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Un día, en donde el silencio con la poca presencia de movimiento abunda, cetáceos de arriba bajan a vagar sobre el suelo un rato, dificultando poder ver mas allá ,y llegan merodeando anguilas invisibles que chocan contra los postes de sombra pero empujan sus faroles, juegan con las hojas del suelo, y atraviesan la carne.

Si te quedas quieto sentirás como solo ellos dos darán esa sensación que devora a los pequeños depredadores del ahora y a los del después. Esa sensación que recorre entre tus costillas, pantorrillas, en todo tu ser, haciéndote sentir muy vivo y muerto a la vez. Algo tan normal pero especial.

Imagen: Atey Ghailan

Gritos Quebrados Del Valle Donde viven las historias. Descúbrelo ahora