Capítulo 11

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Lena

Ninguna entendía qué hacía Lex, con pelo, delante nuestra con una sonrisa. Kara se puso delante de mí para protegerme mientras que Lillian miraba asombrada y Brainy parecía confundido.

Kara se iba a lanzar para amenazarlo cuando Hester salió a la defensa del que parecía ser mi hermano.

-¡Wow! Tranquila Kara, él es bueno. Sé que es Lex pero es de otra Tierra, y es buena personas. -dijo Hester.

-Así es, cielo. Aunque te pareces mucho a la Kara de mi Tierra, ambas tenéis ese instinto protector para proteger a mi hermana. Me alegra que eso no haya cambiado en esta Tierra. -Lex nos sonrió.

-¿Cómo es posible? -dije por primera vez.

-Según lo que me ha contado vuestra amiga, al parecer tenéis un problema de cálculos y ella pensó que yo sería el mejor para ayudaros. Dado que mi versión de esta Tierra está cómo una cabra.

-Esto es increíble. -susurró Kara.

-¿Verdad? Todavía me asombra ver a mi hermana con el cuerpo que tenía antes del parto. Aunque adoro a mis sobrinas con todo mi corazón.

¿Qué?

Hester se marchó para vigilar la ciudad junto con las Leyendas mientras que Lex se quedó con nosotros para ayudarnos a encontrar el fallo en los cálculos. Kara no pudo evitarlo y le preguntó cómo eran nuestras versiones en su Tierra.

-Pues os peleasteis porque Kara no te dijo quien era, por lo estuvisteis peleadas unos meses hasta que Kara resultó gravemente herida y ahí fue donde dijiste tus sentimientos por ella. -explicó Lex haciendo los cálculos en una pizarra. -Luego comenzaron a salir hasta que se hicieron novias, a los tres años se casaron y a los cuatro años decidieron tener a su primera hija. Y luego tuvieron otra. Pero soy muy feliz con ellas, son un amor.

-¿Y cómo se llaman? -pregunté limpiando la zona de trabajo para tener más espacio.

-La mayor se llama Lilura-El Luthor Danvers, y la menos por dos años se llama Lorelei. Aunque antes de venir a esta tierra vuestras versiones me han dicho que esperan a su tercera hija, que la llamaran Zenda.

-¿Zenda? -preguntó Kara sorprendida.

-Sí, ¿por qué?

-En esta Tierra adopté a una niña mitad Kryptoniana y mitad Daxamita llamada Zenda. -Lex se sorprendió pero sonrió.

-Es mucha casualidad.

-¿Yo cómo reaccioné cuando ambas se hicieron novias? -preguntó Lillian algo intrigada.

-Casi te da un infarto. Pero después de algunos meses de asimilarlo lo aceptaste, claro que amenazaste a Kara, le dijiste que cómo le hiciera llorar a Lena se las vería contigo y una gran habitación llena de Kryptonita.

-Ya sabes, Kryptoniana inútil, si haces llorar a mi hija te llevaré a tu fin. -dijo Lillian con total seriedad.

-Claro...-Kara parecía no saber qué decir, por lo que solo respondió eso y siguió trabajando.

Hester

Junto con las Leyendas nos marchamos a casa de Sam para estar junto con Zenda un rato. Jugamos un rato con ella hasta que mi anillo comenzó a parpadear, cada vez con más intensidad. Adara me miró y vi que a ella también le ocurría, ambas nos levantamos y los demás siguieron nuestros pasos.

Creé un escudo con mi anillo y todo explotó, dejando un gran boquete en la pared de Sam. Todos caímos al suelo por la onda expansiva, y porque mi escudo no soportó tal ataque.  De entre el humo apareció Sinestro junto con Lex, en un armadura de kryptonita especial para kryptonianos.

-Al te encontramos, Zenda Ol-Vir.- Dijo Sinestro asustando a la pequeña.

La abracé protectoramente y todos se pusieron alrededor nuestra en modo de defensa y listos para atacar. Sinestro usó su anillo y paralizó a todos menos a mí.

-Es mejor que nos la des, Hester.

-Ni lo sueñes. -materialicé mi traje, y me preparé para luchar.

Sara logró romper su prisión y se lanzó contra Lex, este solo la golpeó y la estrelló junto a un mueble, destrozándolo en el acto. Sentí una energía rodearme y cuando menos lo esperé, Sinestro me tenía en sus manos.

-Es hora del adiós, Hester Jordan.

-Una pena que Supergirl no estuviera aquí, me hubiera gustado acabar con ella. -dijo Lex, mostrándonos una espada de kryptonita.

Sinestro cogió a Zenda con su anillo y se la entregó a Lex, ella pataleaba y extendía sus manos hacia nosotros. No podía moverme, su anillo era muy poderoso. Sinestro sonrió y nos empujó a todos contra las paredes, dejándonos inconscientes.

Lo último que recordé fueron los gritos de Zenda.

Kara

Decidimos parar de buscar el error e irnos a casa, Lena y yo junto con Lex nos fuimos a casa de Sam para ver a Zenda. Pero cuando llegamos vimos que salía humo de la casa y había una parte destruida.

Al entrar vimos a todos tumbados en el suelo e inconscientes, pero algunos empezaron a recobrar el conocimiento. La cortina estaba ardiendo y con mi aliento la apagué, Lena fue hacia Sam y la ayudó a levantarse.

-¿Qué ha ocurrido? -preguntó Lena.

-Nos atacaron...Sinestro y Lex. -dijo Sam aturdida. -Se la llevaron, se han llevado a Zenda.

-Lo lamentamos, no hemos podido salvarla. -dijo Hester, levantándose del suelo cubierta de polvo.

-Maldito. -gruñí.

Sam se asustó al ver a Lex de Tierra 56 ahí con nosotras, le explicamos la situación y comprendió. Ahora debíamos darnos prisa, tenían a Zenda en su poder y con ella la posibilidad de activar la máquina, que acabará con humanos y alienígenas por igual.

La cuenta atrás había comenzado.

La última hija de Daxam (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora