«¿Que diferencia hay entre el amor y la obsesión?
Amar implica ser apasionado y dedicado para Jeon Jungkook.
Pasión que lo lleva a ser tan pendiente a los asuntos de un chico que roba todos sus suspiros; Min Yoongi.
Yoongi es un chico introvertido e...
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Después del día más humillante de todos, con la ira a flote en cada poro de su piel. Planeó lo que sería su primer crimen a sus dieciocho años de edad.
Faltando así tres días a la escuela, tanto por el plan como por su orgullo.
Había estado buscando formas del como desquitarse con la rubia, pasando totalmente en tener que mancharse las manos de sangre, literalmente. Investigó más sobre cómo provocar muertes ante una intoxicación, hasta que dió con el ácido bórico.
Le pareció interesante, así que optó para investigar aún más sobre aquel polvo. No sería un problema, ir a buscar aquello sería lo más fácil de todo el plan. Su mente solo reproducía lo que Kim Chanmi le había dicho y su corazón solo reaccionaba de la manera más dolorosa, cada latido era un peso para su consciencia quién solo le decía que lo hiciera, el mayor arrepentimiento que iba a tener después de todo iba a ser silenciado con su muerte, que la muerte le llega a todos.
Cosas que comenzaban con un punto terminaban en otro para nada igual, en aquella cabeza.
No era la manera más adecuada de reaccionar a esos constantes abusos, pero no era lo justo para su orgullo, que tuvo que reprimir cada que aquella chica rubia hacía de las suyas, quería sentirse bien, quería quitarse aquella humillación de encima y de paso a Chanmi.
Caminando por las calles de la ciudad, tenía que parecer sereno, de lo más normal. Aunque su personalidad casi sea inexpresiva, irónicamente tenía el ceño fruncido y ojos asustadizos, solo por los nervios.
¿Por qué tan asustado?
Nervioso...
Mantente al margen.
Llegó a la tienda y rápidamente fue al mostrador para pedir, el químico. Nadie le miró raro, nadie le preguntó del porqué de su compra y nadie le preguntó por sus manos temblorosas, cosa que agradecía.
Nada ocurrió que le hiciera retroceder, en su mente solo estaba marcar aquel objetivo. Suspiró hondo, volviendo a caminar por la misma calle, de regreso a su departamento. Era de noche y una suave brisa fresca de comienzos de verano hizo que su cabello negro se moviera ligeramente.
Quería sentirse fresco. Ligero, sin ningún pesar.
Haberse enamorado podría ser su mayor error antes de lo que estaba planeando hacer.
