Capítulo 3: Trabajo

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Después de un adiós se sintió solitario, extrañar es una de esas palabras que no esperaban encontrar.

Una vez que el muchacho se fuera, hundió profundamente su rostro en la almohada, cayendo bruscamente a la cama del dueño

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Una vez que el muchacho se fuera, hundió profundamente su rostro en la almohada, cayendo bruscamente a la cama del dueño.

¿En serio esto es real? No lo sentía así, y tampoco quería que no lo fuera.

Todo esto le parecía una locura bastante agradable de alguna manera. No sabría decir si mataría a ese par por meterla en todo ésto.

—Shit  —Despegó su cara de la cama y se acordó.

¡Ella estaba en la casa de Momo! Había organizado una piyamada con Mina. Lo único que bien recordaba era que se estaba divirtiendo hablando de cualquier babosada cuando de repente... Una sirvienta de Momo trajo bebidas y...

¡¿Me drogaron?! Pensó. Su cara era digna de un drama, no podía creerlo, su mejor amiga la drogó. Esto podría ser denunciable, ¿acaso no lo sabe?

Un momento, Momo no sería capaz — Analizó. La conocía muy bien como para saber que ella no lo haría. Pero Mina sí.

Sospechó que la mente maestra detrás de todo podría ser Mina, la alegre tez rosa. Pensando ya en esto, estaba segura de que la segunda integrante no estaba muy de acuerdo con el plan, llevándola a pensar que la convenció.

Las ahogaría en sus propias lágrima de perdón si no fueran sus amigas. Dejó de pensar en toda la enredada de esta situación y terminó durmiéndose. Olvidando donde estaba.

La cafetería abrió, dándolo a entender el muchacho rubio, que giró a la rectangular madera que escribía con una agradable caligrafía un "Open" en esta

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La cafetería abrió, dándolo a entender el muchacho rubio, que giró a la rectangular madera que escribía con una agradable caligrafía un "Open" en esta.

Él era de los primeros empleados, tenía que llegar siempre a tiempo, sabiendo eso, a veces llegaba a cumplirlo.

Secó su sudor de su frente y suspiró. Fue regañado por el jefe del café y sin duda era aterrador. Por suerte salió vivo de ésta, tuvo peores regaños de parte de este.

Esperando a que llegaran los clientes pensó en la muchacha que se encontraba anterior mente en su cama, a su lado.

No esperaba para nada que sus dos amigas -o desquiciadas como las llamó ella - fueran capaz de hacer algo así.

Aunque lo peor de todo es que ni siquiera sabía como lo hicieron, que él supiera, no tenia sueño pesado para no notar que alguien colocara un cuerpo atrás de él.

Según lo que le contaron querían que saliera con ella y que se la presentarían, ¡pero no de esta manera! esperaba algo más normal de parte de ellas.

Pensó que tal vez predijeron que diría que no o alguna cosa así pero ¿hacer eso? vaya que sorprendió bastante cuando se despertó, en ese momento ella seguía durmiendo, pero gracias a que la vio y pudo ver sus rasgos pensó inmediatamente que era la chica que le mencionaron, no supo bien cómo la pudo reconocer así, pero lo hizo, sorprendiéndose así de sí mismo.

Cuando se dio cuenta que se estaba despertando se giró, y apuntó su vista al espejo, logrando ver su cara de confusión.

Se quería reír, pero no podía, se movió un poco y ella lo había notado.

No aguantó más y se volvió a dar la vuelta, entre abrió sus ojos para que no viera que la observaba y, aunque ella no lo supiera, vio su primer sonrojo.

Ladeó su cabeza y abrió los ojos en grande. ¿En que estaría pensando? Se preguntó en ese entonces. Es extraña.

Su mirada se había perdido en el techo y cada cuánto fruncía el ceño. Pareciera que planeaba un plan, planeaba escapar.

Sus ganas de reír aumentaban, pero pudo soportarlo por un rato más.

Puso una cara de determinación pero esta se fue cuando vio que su brazo derecho estaba en la cabeza de él. Debió ser cuando me giré. pensó él.

Él rostro que el contemplaba en ese entonces fue el mas chistoso de la noche, toda su valentía, tirada por el retrete, muy feo todo.

Pero no se detuvo, le agradó esa parte de ella. La sacó y cantó victoria en silencio mostrando así su alegre sonrisa. Y vaya sonrisa que pudo ver.

Le gustó tanto que no pudo evitar decirlo en voz alta, error suyo. Maldijo a sus adentros.

Si le preguntaran a él si le gustó, respondería sí, sin dudarlo.

Tenía algo que le atraía, a parte que le pareció muy bonita y graciosa a su manera. Esperaba volver a su departamento y encontrarla de nuevo alguna vez si es que se va.

Prometieron un día juntos de todos modos. Para ser exactos, una cita.

Después de unos minutos los clientes empezaron a dar presencia al lugar.

Y uno en particular que no esperaba se sentó en la mesa junto a la ventana.

Debes estar bromeando.

—¡Kaminari-san! Gritó a lo lejos levantando su mano en señal de saludo.

—¡Kaminari-san! — Gritó a lo lejos levantando su mano en señal de saludo

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↳789 palabras de historia.

✘Es un intento de suspenso croto. Se les quiere <3

✘Espero que les haya gustado.

✘¡Nos leemos pronto!

↳Estrenado:01/02/2020

𝓢𝓲𝓷𝓲𝓷𝓮 𝓡𝓸𝓱𝓮𝓵𝓲𝓷𝓮

La Extraña Manera Que Te ConocíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora