Capítulo XVI

131 11 12
                                    

“¿Contarnos qué?” pensé dentro de mi mientras nos mirabamos confundidos con Ahinu y Connor sin entender. 

Recorrí mis recuerdos de la charla con mamá, a ver si recordaba algo referido con lo que papá decía. No encontré nada. Mientras pensaba, papá tenia los ojos clavados al suelo. 

-Bueno, sabía que iba a llegar este día en algún momento. No se cómo empezar, cómo contarles sin que nos odien por nuestro pasado. Éramos tan jóvenes… -murmuró papá-. Su mamá y yo estabamos tan enamorados que tomamos deciciones incorrectas... –dijo sin dar a entender de qué estaba hablando-. Los papas de Alicia entraron en una gran quiebra cuando comenzamos a salir. Tenía 19 años y yo, 18. Me sentía un ganador. Su mamá venía muy seguido a mi casa hasta que un día vino con una noticia. Estaba embarazada y en ese momento pensé "¿yo concebí ese hijo?". Eramos tan jovensitos. En aquellos tiempos y más en donde vivíamos estaba muy mal visto el emabarazo adolescente, exceptuando a los que se habían casado. Pero nosotros ni siquira vivíamos juntos. Bueno, finalmente, le contamos a nuestros papás, los cuales no aceptaron la idea. Nos hicieron sentir que estabamos siguiendo el camino del diablo, querían que lo abortemos asi nadie del pueblo se enteraba. Era una completa locura, sabiendo que Alicia podía morir si se sometía a un aborto, además no teníamos dinero como para pensar en eso. Por eso, nos opucimos contra nuestras familias, ya que la criatura no tenía que por qué pagar el error que nosotros habíamos cometido. Entonces decidimos escapar. No sabíamos a dónde ir, sólo teníamos un par de billetes en el bolsillo. Hicimos dedo en la ruta y un camionero nos dijo que nos podía llevar a cualquiera de los pueblos en donde tenía que hacer paradas. El segundo sitio al que fuimos era Uranga. Ni siquiera habíamos escuchado de ese lugar, era una cuarta parte de lo que era el pueblo en donde vivíamos. Mientras el señor cargaba nafta y compraba unas cosas en la estación de servicio, dimos un par de vueltas por la zona y pensamos que sería un buen lugar para vivir. Luego, vino el camionero y nos dijo ¿subimos?, a lo que respondimos que no, nos quedaríamos a virvir allí. Conseguí trabajo en una gomería ese mismo día y pudimos solventar económicamente mientras su madre limpiaba casas los primeros meses de embarazo. Alicia se aferró a Dios por todas las descriminaciones que nos hicieron nuestras familias. Tratamos de olvidarnos lo que había sucedido hasta ese momento y empezar una nueva vida hasta que, meses después, llegó nuestra hija, Chiara. 

¡¿Qué?! ¡Eso significaba que tenía una hermana ¿Tenía una hermana más?! Mi mente se bloqueó. Miles de pensamientos recorrían mi cabeza tan rápido que se me hacía difícil alinear esa historia en la vida de mis  papás. "¿Qué pasó con ella? ¿En dónde está? ¿Por qué no vive con nosotros? ¿Vive? ¿Estará muerta? ¿Por qué nos lo ocultaron? Supongo que mis hermanos también estaban recibiendo un colapso mental ya que ninguno aportó ni una sóla palabra. Estabamos los tres callados como tumbas con la boca semi abierta y los ojos grandes como platos, pensando. Me animé a romper el hielo y dije:

-No entiendo nada. ¿Tenemos una hermana?

-Se que esto es muy difícil para ustedes y probablemente no entiendan por qué le ocultamos esto -papá se quebró y agregó- pero la historia continúa...

"¡¿Qué? ¿Había más?! ¿No era suficiente? No es facil procesar que tenes una hermana a la cual nunca conociste. Y por fin hablé.

 -Chiara creció y se convirtió en una chica muy rebelde. No se dejaba poner límites, hacía lo que quería. Se podría decir que era revolucionaria. Siempre analizaba lo que todos opinaban y lo ponía en cuestión. Fue la primera persona de Uranga que criticó el catolicismo.

Yo seguía sin poderme creer este verso, ¿era una joda o qué? No sabía si largarme a llorar  enojarme con mis papás. ¿Habìan críado a Chiara y no pudieron hablarme alguna vez de eso?. Lo que más me intrigaba era por qué ya no estaba aca, pero cada vez que intentaba hablar no podía. Las palabras no salían de mi boca, mis cuerdas vocales no tenían ganas de ayudarme. Estaba en un estado de shock mientras mi papá intentaba contener un par de lágrimas que se les escapaban de sus ojos. 

-Los años pasaron e intentamos educarla de la mejor manera aunque se nos hizo imposible con su personalidad y para su mamá, ya que cuando tenía 17 aproximadamente, su madre quedó embarazada de Lisa y al año siguiente, de Connor. Y, como si eso fuera mucho, el novio de la nena deja embarazada a nuestra hija.

¿Ahora también era tía? Ya era mucho con tener una hermana desconocida.

-A su madre le agarró un ataque de histeria. Creyó que el Diablo estaba en contra nuestro y que no le bastó con traernos un problema cuando nosotros eramos jovenes. Así que, con mamá pensamos que la mejor decicion para ella y para nosotros era abortarla, ya que cuando se enterara el pueblo de esto ibamos a ser la familia de la burla y la irrensposabilidad. 

No podía creer lo que estaba escuchando. Mi papá era un insensible asesino. ¿Quería matar a su nieto? ¿Qué tipo de abuelo hace eso? Se ve que sus familias los dejaron bien traumados.

-Pero Chiara se opuso a esto, ella estaba en contra del aborto, entonces... -papá hizo una pausa y se largó a llorar-. 

-¿Entonces qué? -dije-.

No respondía por el llanto incontrolable que tenía. 

¿Qué, papá, qué? ¿Qué pasó?

-La dejamos en Santa fe -dijo entre lagrimas y angustia-. 

-Ella tendría que hacer su vida, y nosotros no podiamos volver a pasar lo que habíamos pasado con nuestras familias y todos los vecinos. Ella no quiso entender de que eso le iba a arruinar la vida. Nosotros sabíamos lo que se sufría. -dijo mientras se tapaba los ojos con las manos y lloraba-.  

-Era tu hija papá, -dijo Ahini y se reafirmó- ¡es tu hija!

-Ya lo se, no me lo recuerdes. Estoy arrepentido pero Alicia quiere borrar de sus recuerdos toda su vida.

-¿Y por qué para los cumpleaños vienen los abuelos? -preguntó Connor inteligentemente. ¿No se habían peleado?

-Es que luego de un tiempo de que vinimos a vivir a Buenos Aires, Ali llamó a sus padres y se reencontraron. Los abuelos aceptaron volver a hablar con nosotros porque abandonamos a Chiara. Ellos creían que era la hija del Diablo. 

No aguante más, me paré enojada y desorientada y me fui. Abrí la puerta de mi casa y caminé, caminé, caminé...

¿Qué mierda le estaba pasando a mi vida? Pensé mientras me sentaba en el cordón de una vereda. Me largué a llorar. Yo nunca lloraba, siempre mis pensamientos les ganaban a mis sentimientos pero esta vez me había saturado, fue mucho de golpe. Mis padres estaban locos. Abandonaron a su hija y nos mintieron toda la vida. 

Traté de recomponerme un poco así que me recosté sobre el pasto, saqué mi celular y mis  auriculares y me puse a escuchar música.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Nov 21, 2014 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

InimaginableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora