Una amiga embarazada y un gato con imaginación ¿o viceversa?
El lunes al amanecer, Daryl se despertó algo desorientado, le costó unos segundos recordar donde se encontraba y porque estaba allí.
Era su primer día de trabajo, el primer día de clase.
Intentó pensar en la conversación que había tenido con Rick el día anterior, cuando quedaron para tomar una cerveza y hablar de su trabajo. El Sheriff le había dado toda su confianza, y en gran parte, sus palabras, sin ser las típicas de un manual de ayuda, habían hecho que el pequeño de los Dixon se sintiera tranquilo.
No habían estado demasiado tiempo hablando, nunca hablaban demasiado, realmente. Rick se tomó una cerveza sin alcohol y volvió a King Country antes de que comenzase ha atardecer.
Fue al baño y se mojó la cara para despejarse, mirando unos segundos su propio reflejo en el espejo. Salió y abrió la ventana de la cocina mientras se preparaba un café cargado. Antes de servirlo su nuevo compañero rondaba por la encimera sobre sus cuatro patas, oliendo el aroma del café con interés.
—Hoy te voy a dejar solo —le dijo al felino, sirviendo de la taza —. No destroces la casa.
El gato sin nombre le miró, e incluso pareció entenderlo, pero no hizo ningún gesto que asegurase a Daryl que seguiría sus normas.
—Tampoco hay mucho que salvar...
Terminó su café y se puso el mono de trabajo, pero sin cerrarse la parte superior. Hacía demasiado calor aún para eso.
Como el director le había dicho se dirigió al interior del centro y abrió las clases una por una, para, en último lugar abrir la puerta de entrada.
Los primeros en llegar fueron los profesores, solo algunos le saludaron, otros ni repararon en que era nuevo. Como de costumbre, había imbéciles en todos los sitios, pensó para sí mismo.
El timbre que anunciaba el comienzo del curso se escuchó por todo el edificio. Entonces comenzó el verdadero trabajo de Daryl. Llevaba un walkie-talkie en la cadera, cada vez que un profesor le requería para algo le avisaban y él iba a llevar material a una clase, a instalar alguna cosa o a abrir alguna aula especial.
Estaba llevando un proyector a una de las clases cuando se cruzó por el pasillo con una alumna. Apenas hubiera reparado en ella, sin hubiera sido por la extraña reacción de la joven; que se quedó inmóvil, mirándole fijamente y con cara de estupor durante unos segundos, para salir corriendo después, en dirección contraria a él. Daryl tan sólo la vio huir desconcertado, pero no le dio mayor importancia. Tal vez pensó que le llamaría la atención por estar fuera del aula durante las clases. Pero por suerte ese no era su trabajo.
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Al salir de Biología, Rachel llegó corriendo hasta la taquilla de Beth, jadeando por la carrera, e intentando decir algo que parecía vital. Pero conociéndola bien, seguramente sería algún chisme absurdo sobre algún alumno. Por lo que la rubia no le prestaba ninguna atención. Hasta que su amiga la tomó de las muñecas.
—Está aquí... ha venido a matarnos ¡Le he visto! —decía jadeando.
—¿Quién? —preguntó confusa, mirándola sin entender.
—El mohicano... el gruñón de las flechas —aclaró su amiga, y volvió a la carga cuando vio que Beth mostraba cierta incredulidad en su gesto —. Te juro que lo vi, estaba aquí, en el pasillo. Hace una hora, ha venido a vengarse.
—¿Pero eso no tiene sentido, Rach?
—Te lo juro, llevaba algo en las manos... viene a por nosotros...
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No Eres Para Mi © (The Walking Dead AU)
RomanceDaryl comienza a trabajar en el instituto de Mert Country como conserje, alguien en quién nadie se fija a no ser que algo este roto. Pero teniendo los ojos más grandes de Georgia es difícil que algo se le escape a la pequeña Greene. Aunque la vida d...