Iridiscencia [YoonJin]

Kim Seokjin

La luz que atraviesa la pequeña apertura que hay entre sus ventanas chocha con su rostro, molestándole con gran intensidad teniendo que usar sus sabanas para impedir que el calor del sol matutino le siga quemando.

Aún así, al abrir los ojos es oscuro, todo es negro, sus paredes, sus ropas tiradas por la habitación, sus sabanas, su todo. No logra recordar la última vez que sus luces fueron encendidas, ni siquiera puede recordar con exactitud el tono azul que era el cielo al salir de casa, pues solo puede ver al exterior cuando el sol deja de arder y la luna se abre paso junto a sus estrellas, sólo así puede ver hacia afuera.

Su cuerpo aún pesado por el poco movimiento físico es obligado a pararse de su cama, únicamente para terminar de cerrar la tela, dejando todo en absoluta oscuridad y vuelve a acostarse. Todo el día, como todos los días.

— ¿Quién carajos es Kim Seokjin? -escupe furiosos Yoongi justo después de que la campana señale el termino de sus clases del día, su mejor amigo, Hoseok estalla en risas por visualizar un pequeño gato resentido en su amigo, pues sus ojos entrecerrados junto su ceño fruncido y un puchero notable no le ayudan en absoluto.

— ¿Qué tiene ese chico? -pregunta poniendo interés en el nombre nuevo que escucha de la boca de Min.

— El hijo de puta de literatura me emparejo con el para el proyecto de lites del vanguardismo. Dios, ni siquiera recuerdo ese nombre cuando pasan la asistencia- dice mientras ambos están guardando sus cosas que habían sacado durante la última clase-. Tú tienes suerte -alarga la última letra de la oración haciendo notable su pereza-, te toco con Taehyung y él es una de los mejores de la materia.

— Tienes razón -acepta Seok, alzando su barbilla por lo afortunado que es-, tú tendrás que preguntarle al Coordinador de alumnos y docentes, el tiene toda información sobre los alumnos -sugiere Hoseok sin dale muchas vueltas ni problemas al asunto, es una fácil solución después de todo.

— Que pesado... -vuelve a aparecer el pequeño puchero en su rostro sacando otra carcajada en Jung, quien niega levemente por la ridícula flojera que siempre acompaña a su mayor.

— Al menos que quieras preguntarle a cada alumno que tiene el profesor de literatura, que son alrededor de 900 y 1000, pues es la manera mas fácil- dice recalcando la opción con sarcasmo y aguantando la risa al ver la expresión asustada de Min y como este niega con euforia ante la idea-, idiota.

— No me llames idiota, idiota -termina por quejarse antes de caminar directamente al ese rutinario camino que toman para ir a casa, mañana preguntaría por el tal Kim Seokjin.