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Había pasado un tiempo desde que empecé a trabar con Jumin, era un jefe exigente y perfeccionista, cuando cometí mis primer errores y me hizo llorar más de 5 veces, él dijo un frase y la he recordado hasta el día de hoy: "se puede crear a la mejor secretaria dependiendo de como la moldees, por eso soy así contigo", supongo que tiene razón así que pensar en que debo ser una asistente eficaz y rápida para la comodidad de ambos me reconforta un poco por así decirlo. Ver el trabajo esplendido que hacía Jaehee como su secretaria me pone en duda si alguna vez llegaré a hacer tan buena empleada como lo fue ella.

─¿So Min? ─pregunta mi compañera de trabajo, Haneul, quién era la rubia de antes.

─Oh, lo siento ─reí un poco apenada.

─Estaba diciendo que me gustaría teñirme de negro, ¿crees que me quede bien? ─hizo una expresión intentando ser tierna y jugó con un mellón de su teñido cabello.

─Te verías diferente y linda ─dije sinceramente mientras sonreía.

Todo el departamento que trabajaba con el vicepresidente Han salió hoy después de trabajar a tomar algo de soju y comer carne asada, salimos temprano después de semanas de trabajar hasta tarde y había que celebrarlo. Me sentía tan agradecida con mis nuevos compañeros que rápidamente nos volvimos amigos y algunas veces maldecían a Jumin cuando me dejaba más trabajo que el que debería, decían que siempre había sido así, que no tenía remedio.

Me empezaba a acostumbrar a este tipo de vida, me gustaba si era honesta, los primeros días Jumin era atento conmigo y demasiado simpático para ser cierto, en el chat de la RFA todavía Zen creía que me estaba sobre explotando y que probablemente se me iba a caer mi pelo de lo estresada que iba a estar, y aunque sí ha sido muy duro conmigo y me he llegado a frustrar de tanto hacer, seguía creyendo que Jumin era un buen jefe aunque todos dijeran lo contrario.

«Llamada entrante: vicepresidente Jumin».

Contesté tan rápido como pude mientras mis demás compañeros disfrutaban la cena.

─¿Si, señor Han? ─automáticamente todos los ojos estaban encima de mí, les sonreí incomoda mientras me miraban dudosos.

─Ya saliste del trabajo, ¿y aún así te llama? Puff ─bufó otra compañera, Sunhee.

─¿Puedes venir por mí? El señor Kim tuvo que una emergencia ─su voz se escuchaba diferente y parecía que había estado tomando demasiado vino.

─Sí, esta bien. Allá estaré en cinco minutos ─colgué rápidamente y me levanté de mi asiento.

─¿Te vas? ─preguntó otro compañero.

─Lo lamento chicos, nos vemos ─tomé mi bolso y salí del lugar con el teléfono en la mano mientras pedía un auto.

Jumin se encontraba a las afuera de un restaurante lujoso como los que frecuentaba, tenía puesto una gabardina con la que debía admitir que le quedaba muy bien y su corbata desaliñada. Me acerqué a el con el auto, cuando me reconoció se subió rápidamente y el olor a alcohol que emitía llego a mis fosas nasales.

─¿Estuvo tomando demás, señor? ─pregunté mientras lo veía ponerse el cinturón en el asiento del copiloto.

─Un poco, aun así, gracias por venir.

─Tsk ─en mi cara se pudo notar el desagrado, ¿por qué siempre hacía lo mismo cada vez que tomaba? Por alguna razón, me llamaba a mí primero que al señor Kim y siempre decía alguna excusa de que él no podía llevarlo.

Antes de manejar, me acerqué a él sin decir nada, acomodé su corbata y limpié un poco su traje, mientras hacia esto me miraba en silencio, no era la primera vez que hacía algo así pero su mirada era un poco diferente, una mirada de un borracho.

─Tome esto, por favor ─saqué de la guantera una bebida hidratante, que le ayudaría con la resaca del día siguiente.

─Gracias ─la tomo con ambas manos y le dio un trago para volverla a cerrar─. Tengo que admitir que has sido mejor de lo que pensaba, señorita Oh.

─Gracias, supongo ─le sonreí mientras ponía el auto en carretera.

Trabajar con Jumin a veces era un poco incómodo debo decir, no por la forma en que nos tratábamos, bueno, quizás sí, pero más que todo porque durante el trabajo no era nada más que su empleada y eso era un poco incómodo, porque antes de preguntarme como me fue en el día,  preguntaba sobre el trabajo. En la mañana le decía su horario del día de hoy, le servía café caliente y me iba a mi oficina, trascurría el día y aunque a veces se tenía tanto papeleo que leer, me invitaba a comer a pesar de que la mayoría de cosas eran sobre la compañía o sobre la RFA, parecía que nuestra vida personal pasaba a un grado inexistente, no se sentía como antes y eso me aterraba un poco, no quería perderlo.

─Tengo tiempo sin preguntarte cómo estás ─y como si hubiera leído mis pensamientos, me preguntó sorpresivamente.

Sonreí tontamente─: He estado bien, señor, un poco menos estresada que la semana pasada ya que termine todos los informes de la siguiente semana, ¿usted está bien?

─So Min, ya no estamos en la empresa ─intentó reír un poco hablándome casualmente─. Yo también he estado bien desde que llegaste, ¿sabes algo sobre la RFA? Últimamente no he podido actualizarme con lo que pasa.

Todavía no había perdido mi "puesto" en la asociación así que tenía que seguir organizando fiestas y buscando invitados, gracias a trabajar con Jumin la gente que se invitaba ahora también tenía mucho dinero y daba grandes donaciones.

─No he escuchado muchas noticias sobre V, pero Yoosung está en etapa de exámenes, Seven esta un poco desaparecido por su trabajo, Zen tomó un nuevo papel y Jaehee se encuentra muy feliz en su cafetería.

─Me alegro escuchar que estén bien todos... Tendremos que ir a visitar a Jaehee, me gustaría probar su café.

Sonreí tanto como pude al escuchar eso.

─En cuanto a ti, So Min ─me detuve en el semáforo y nos volvimos a ver─. Quiero agradecerte sinceramente, has sido tan buena conmigo y has trabajado arduamente para mejorar, eres una excelente asistente y, sobre todo, una muy buena amiga y apoyo.

Cuando escuche sus palabras me sentí conmovida, no sabía si era el alcohol que le había hecho decir ese tipo de cosas, pero quisiera escucharlo más a menudo, su mirada era relajada y podía notar una pequeña sonrisa de su parte, Jumin era más dulce de lo que todos podían imaginarse, no era un robot ni mucho menos un mal jefe.

Era cierto que al comienzo cometí muchos errores, siempre hacía las cosas al revés y ni siquiera sabia como hacer un nudo de corbata, recuerdo como el señor Han me enseño 3 veces con mucha paciencia, era una verdadera inútil, estuvo al rededor un mes junto a mí en todo lo que hacía para que las cosas salieran minímamente bien, me enseñó como imprimir y hacer su café tal y como le gustaba, había sido un mes difícil con tantas equivocaciones que hacía por día.

─Me he esforzado mucho y me alegra oírlo decir eso ─sonreí un poco avergonzaba─. Muchas gracias, Jumin, aquí voy a estar siempre a su lado.

Así como yo, él sonrió, de una manera diferente, una sonrisa amplia y sincera, sus ojos se achinaron más y sentía que mi corazón iba a estallar de la preciosa imagen que tenía al frente. Gracias por hacerme sentir tan bien, señor Han.

─Eres alguien muy leal, por eso eres mi asistente.

Me miro unos cuantos segundos con una pequeña sonrisa en su rostro para voltearse y tomar de la botella que le ofrecí, todo mi esfuerzo había valido la pena para este momento, tenía una expresión de alegría en mi rostro. El semáforo cambio a verde así  que seguí mi camino hacia el edificio del señor Han.

«¿Era normal que mi jefe pudiera hacerme sentir así de feliz?»

「 mr. han 」★  mystic messenger  ⟩  jumin hanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora