c i n c o

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El celular de Yugyeom vibraba sobre la mesita de luz, al lado de la cama de ambos. Yugy se reusaba a apagarlo, la pereza lo tomaba por completo ni siquiera podía abrir por completo los ojos, al fin viendo que su celular no paraba de sonar, lo tomó entre sus manos y vio el contacto de su amigo el tailandés marcándole, se sorprendió y para que su novio no se diese cuenta de lo que ocurría, salió de la habitación.

- Bambam, ¿Q-Qué sucede?
Yugyeom estaba temblando tratando de ya terminar la llamada ya que sabía cómo se pondría su novio si se enteraba de quién era.
- ¡Yugyeom!, hasta que te dignas a contestar. Oye, estoy llegando a tu casa, qué te parece si me esperas en la puerta, no tengo en claro cuál casa es.
- ¡Bambam!, no no, por favor. N-no..es-estoy..en ca-sa...
Yugyeom abrió bien los ojos cuando escucho salir de la boca se su amigo eso de que ya estaba llegando, tartamudeó al escucharlo, casi se desmayó allí mismo.
- ¿Sí, okey?, no vemos allí. Adiós.
El tailandés no había oído lo último que había dicho su amigo, por lo que se contestó a si mismo y no le importó, colgó y siguió su ida.
- N-no, Bam-Bambam...n-no..
Yugyeom casi que no respiraba, su respiración se agitaba cada vez más, cuando de repente sintió una voz detrás suyo.
- ¿Quién era?
Yugyeom se paralizó por completo, un gran escalofrío recorrió por completo su cuerpo, sentía como su corazón dejaría de responder en cualquier momento. Sin más se dio la vuelta y miró a su novio quien lo miraba con una ceja arriba.
- Te hice una pregunta.
- N-no, no es nadie...era un número equivocado...Por qué mejor no volvemos a la cama, es temprano, ¿no crees...?
El menor no sabía ni en dónde meterse en ese momento, sentía como el frío le recorría el cuerpo de una manera veloz y ni hablar de los latidos de su corazón.
Yugyeom dio pasos hasta llegar a Jae a quien le quiso tomar las manos para poder convencerle de regresar al lugar donde se hallaban antes.

De pronto el sonido del timbre retumbó por todo toda la casa.
La sangre de Yugyeom se hizo hielo en un instante, no podía ni moverse, su corazón parecía salirle de inmediato. Yugyeom iba a soltar el llanto de una vez, cuando su novio lo miro al escuchar el timbre.
-Abriré yo.
Dijo Jb mirando seriamente al menor.
Yugyeom tiró de la muñeca de Jb para denerlo.
-N-no, no amor. Abriré yo.
Yugyeom tragó duro e hizo una sonrisa como para disimular lo que sucedía, ni sabía lo que decía pero sabía que estaba en un gran problema.
- No.
Jb se soltó con fuerza del brazo de su novio dándole un azote de una vez. Yugyeom sólo deseaba ser tragado por la tierra sabiendo lo que le esperaría.

Jb dio pasos apresurados para llegar hacia la puerta, y al estar en frente la abrió.
- ¡Hey!, buenos días. Qué tal. ¿Está Yugyeom? Tú debes ser Jaebeom, creo que aún te recuerdo, cuánto tiempo. Un gusto, Soy Kunpimook, pero puedes llamarme BamBam. El llamado mejor amigo de Yugyeom.

Desde arriba Yugyeom oyó la voz alegre del tailandés por lo que cerró y apretó muy fuerte sus ojos, de inmediato bajó hasta al primer piso y vio a su novio frente al su amigo, no sabía que sucedía allí, pero quiso esconderse yendo a la cocina pero la voz de su amigo lo detuvo.
- Hey, Yugyeom. Te veo. Ven aquí amigo.
El muchacho había observado de lejos como su amigo trató de dirigirse hacia dentro de la cocina, pero fue detenido.

- H-hola, Bam. ¿Qué estás haciendo aquí?, no sabía que vendrías.
-Oh, te llamé hace un rato, ¿recuerdas? Okey, tal vez estabas dormido, te noté la voz. No importa, ja.

Jb volteó inmediatamente a mirar a Yugyeom, estaba que casi soltaba humo del cuerpo, estaba realmente enfadado con el menor, no tan solo por tener al tipo que detestaba frente a él, sino que también porque Yugyeom le había mentido respecto a la llamada.
- Ven aquí Yugyeom. Tu amigo te espera.
Se notaba en la voz del mayor de los tres, el enojo que sentía. Pero no pudo hacer nada, por estar frente a él.
- Bambam, por favor pasa. Toma asiento.
Jb no podía ver al mejor amigo de su novio frente a él, era algo insoportable, no podía mantener contacto con la persona aquella.

El tailandés hizo un gesto de agradecimiento por la invitación del novio de su amigo. Por lo que con una sonrisa se sentó en el living.
Jb dio un portazo luego de verlo entrar, ambos menores casi saltaron al oír aquel ruido. A continuación el mayor, pasó por el  lado de Yugyeom, la piel del menor se erizó y no pudo ni moverse solo miraba a su amigo allí en el sillón.

- Te quiero en la cocina, ahora.
Murmuró por lo bajo Jaebeom, con voz bruzca, Yugyeom sentía que su vida acabaría en ese mismo momento no tuvo más remedio que asentir e ir con el mayor.

- Ahora vuelvo, ¿sí?
Dijo Yugyeom mientras se maldecía a si mismo dirigiéndose al lugar donde se le indicó.

Allí dentro se encontraba su novio, estaba tan molesto que se le podía notar por todos los lados que quieras ver. Yugyeom tenía sus lágrimas sobre sus ojos apunto de lanzarse al suelo a pedir perdón por la visita.

- ¿Qué hace él aquí?.
Cuestionó el más grande.
Yugyeom no pudo responder a eso.
- ¡KIM YUGYEOM, ¿QUÉ HACE ÉL AQUÍ?!
Jb alzó la voz y el menor moría por dentro, lanzando sus lágrimas guardadas por un buen rato, su boca no podía expresar nada, solo no pensaba en nada.

Mientras tanto el tailandés escuchaba todo desde fuera. Los gritos de Jae lo asustaron bastante, tenía la vista pegada hacia donde estaban aquellos dos, ya que la puerta de la cocina no haba sido cerrada del todo, por lo tanto podía ver lo que sucedía.

- ¿Crees que soy estúpido?, ¡¿EH?!
Tomó el cuello del menor lo trajo hacia él,  mientras Yugyeom seguía soltando más lágrimas. Realmente Jb no estaba pensando en lo que hacía. El último dio un rodillazo al menor en su estómago, dejándolo caer al piso, comenzando a patear a Yugyeom con muchísima fuerza. El menor comenzó a soltar gritos de dolor, llorando sin consuelo allí tirando en el piso, siendo pateado como un perro, por su propio novio.

Bambam, observaba y escuchaba todo desde allí, vio como aquel hombre pateada a su amigo como si fuera un perro, la sangre le hervía y sus ojos se cristalizaron al momento, pero lamentablemente no quiso hacer nada, estaba entre ayudar al joven o quedar inconsiente en el suelo como el último. También quiso llamar a la policía, pero vio parado al violento hombre frente a él, y su respiración se detuvo.

- Oye, emm. Disculpa a Yugyeom, el dice que está algo mareado y le duele la cabeza. Va a recostarse un poco. Desea que te vayas a casa, luego se verán, lo siento.

Jae no esperó ninguna respuesta y se encaminó hasta su puerta, abriendo la misma y haciendo una seña con su mano para que saliera del lugar.
El tailandés no quiso pedir explicaciones ni nada, solo quería alejarse de las garras de ese animal, un asqueroso ser, lo único que pedía era volver a ver a su amigo. Sin ninguna palabra trató de adelantar sus pasos y salir.

- Adiós.
Dijo en tono burlón el mayor. Casi una sonrisa se formaba allí.

𝘕𝘰 𝘵𝘰𝘥𝘰 𝘦𝘴 𝘤𝘰𝘭𝘰𝘳 𝘥𝘦 𝘳𝘰𝘴𝘢𝘴 ; 𝘽𝙜𝙮𝙚𝙤𝙢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora