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Taehyung entró a su casa con la esperanza de encontrarla vacío. A pesar de lo mucho que amaba a su familia en ocasiones podían resultar sumamente exasperantes en los momentos menos oportunos. Para su desgracia, al parecer, todos estaban en casa.

La primera persona que vio fue Jimin, cómodamente sentado en el sofá, absorto en la pantalla de la televisión que reproducía una película de Bob Esponja. Le saludó con un gesto de la mano y le regaló una sonrisa al percatarse de su llegada. A su lado, SeokJin estaba leyendo un libro, como era su costumbre. Ambos habían salido antes de la escuela, lo que explicaba que ya estuvieran en casa.

-¿Está mamá? -preguntó Taehyung mientras dejaba su mochila en el suelo, junto a la puerta.

-Está en la cocina con la vecina -respondió SeokJin sin despegar la vista de su lectura.

-¿La señora Choi? -preguntó Taehyung, alzando una ceja.

-Jeon -aclaró Jimin, negando con la cabeza-. Apareció de la nada, diciendo que hace años que no nos veía. Como si no fuéramos vecinos -susurró al final de la oración, asegurándose de que solo sus hermanos escucharan.

-Ayer mismo la vi en el supermercado, y me dijo que había crecido desde la última vez que nos encontramos -comentó SeokJin-. Aunque hace menos de una semana, cuando saqué la basura, me dijo exactamente lo mismo.

-Los Jeon son raros, no te juntes con los Jeon -advirtió Jimin.

Taehyung asintió en señal de acuerdo con su hermano. Luego, se encaminó hacia la cocina para saludar a su madre y a la señora Jeon.

Se encontró con la escena típica de dos mujeres disfrutando de una taza de café, seguramente compartiendo chismes, como si estuvieran en una película.

La señora Jeon, para ser sincero, irradiaba juventud. Era de esas mujeres que te hacen preguntarte si no era actriz por su elegancia natural. Taehyung siempre había estado convencido de que de ahí provenía la belleza de los hijos Jeon. Soyeon, a sus 15 años, era la envidia de muchos, DoJae era modelo y, en cuanto a Jungkook... Bueno, Jungkook tenía salud.

-Volvi, mamá -anunció Taehyung en un intento de captar la atención de su madre.

Era consciente de que podía sonar un poco mimado, pero en ese momento, todo lo que deseaba era que su madre dejara de hablar y le preparara una taza de leche con chocolate acompañada de galletas con chispas de chocolate. Sí, podía tener diecisiete años, pero su madre nunca había dejado de hacerle esa merienda especial, y se había convertido en una especie de ritual.

-¡Bebé! Pensé que volverías con tus hermanos. Me preocupé cuando no te vi con ellos, pero Seokjin me explicó que sales más tarde que ellos -respondió su madre.

-Taehyung, hace tanto que no te veía -intervino la señora Jeon.

Taehyung se sintió tentado a responder que se habían visto el día anterior, cuando se les escapó el perro y él tuvo que devolverlo.

-Estás tan alto y guapo -lo elogió la señora Jeon.

-Muchas gracias, señora Jeon -respondió Taehyung con una sonrisa un tanto forzada. La situación le parecía un tanto ridícula, incluso para él.

-Oh, no. El señor Jeon y yo nos divorciamos hace años. Soy Seo HyunJin, así que ya nada de señora Jeon.

-Lo siento mucho -hizo una pequeña reverencia para disculparse.

-No te disculpes. Todo el mundo me sigue llamando así -hizo una pausa para tomar un sorbo del café que tenía en manos-. Jungkook me dijo que tenían un proyecto que hacer, pero no me dijo de que era ¿puedo saber?

Lettering © |KOOKTAE| [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora