•my only star• >>park seonghwa

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—Nada, ¿de qué hablas?—pregunto como si nada.

—No pudo haberte pasado nada, teniendo el pie así de hinchado.—se me acerca y agacho la cabeza.—no importa si no quieres decirme, pero quédate igual, iré a comprarte una venda.—dice y asiento.—llamaré a Jongho para que te ponga ungüento, mientras.—dice y se fue sin dejarme contestar.

Solté un suspiro, y antes de que me volviera a acostar, entra Jongho con un ungüento en sus manos.

—Oh, gracias.—dije extiendo mi mano para recibir el ungüento, pero solo recibo un "dame esos cinco" de su parte.

—Yo lo aplicaré.—dice.—vaya, es peor de lo que pensé.—dice viendo mi pie.

Jongho comenzó a aplicarme aquel ungüento, y justo en ese momento entra San con la venda.
Jongho termina con el ungüento y procede a vendarme el pie.

—Gracias.—les dije a ambos haciendo una reverencia.

—De nada, Ellie.—dijo Jongho.

—Ahora si, ven a comer.—dijo San y asiento.

Salimos de mi habitación y nos dirigimos al comedor, donde todos nos esperaban.

—¿Eh? Ellie...¡me habías dicho que estabas bien!—exclamó Yunho y sonreí nerviosa.

—Lo siento.—digo.

Nos sentamos en la mesa y comenzamos a comer, esta vez quedé al lado de Mingi y HongJoong.

—¿Cómo te lastimaste?—pregunta Wooyoung con un tono de preocupación.

—Me tropecé, pero no es nada.—dije sin interés, y todos asienten.

—Al menos puedes caminar.—bromea HongJoong y yo río.

—Iré por un poco de jugo.—dijo Seonghwa levantándose de la silla.—¿Alguien me ayuda?

—Yo.—dije antes de que alguien mas se ofreciera.

Si no lo hacía ahora, no lo haría nunca. Es decir, nunca me dejan hacer nada, así que debo aprovechar estos momentos.

Me levanto de mi silla, y sigo a Seonghwa hasta la cocina.

—¿Estás bien?—pregunta Seonghwa de la nada.

—Ya dije que lo estoy, no es para tanto.

—¿Segura?—pregunta y asiento.

Seonghwa se agachó, tomó mi pie, y presiona ligeramente con sus manos el lugar donde me lastimé.

—¡Auch!—exclamé.

—¿Lo ves? No estás bien. Duele.—dijo volviéndose a parar.

—Si me haces eso, obviamente dolerá.—le dije.

—Lo siento.—ríe.—pero si para mañana no estás me aseguraré de que uno de nosotros te lleve al hospital.—dijo.

Volvimos a la mesa con las vasos y los jugos y seguimos comiendo y hablando, de varias cosas sin sentido.

—Ellie, ¿por qué gritaste cuando fuiste a la cocina?—pregunta de repente Yunho.