Iron Man (TERMINADA)

Parte II

Rhodey apoyó completamente la idea de que la Capitán tuviera la misión de cuidar de Tony. La seguridad de su amigo siempre había sido demasiado importante para él. Además, después de haber leído y escuchado el reporte de ella, era probable que se tratara de algún infiltrado o algo más, no sabían a lo que se enfrentaban y estaba seguro que la soldado sabría qué hacer.

A Pepper se le tuvo que explicar todo desde el principio para que pudiera aceptar la presencia de la soldado en el hogar de Tony. La secretaria había sido muy cautelosa, pero al final también estuvo de acuerdo.

***

—¿Lista?

—No me siento cómoda con tener que mudarme.

Natasha sonrió. Terminó de adentrarse a la habitación de la soldado y le ayudó a empacar lo último de su ropa.

—Solo será algo temporal—animó Natasha—. Además, también puede ser bueno para ti convivir con alguien más que no seamos Sam, Bucky o yo.

Stephanie viró sus ojos y negó.

—Esto no es una visita social. Es un trabajo.

—Bueno... Nunca se sabe—agregó la espía de manera sugerente.

—Trabajo—recalcó la soldado para luego tomar su enorme bolso y una maleta más pequeña dónde cargaba su escudo.

—Entonces deberías...

—Cero citas, Natasha—negó la rubia—. Mira, sé lo que intentas, y está bien pero... Enserio, no quiero saber nada. Lo siento.

Natasha alzó una de sus cejas, un poco sorprendida con la actitud de su amiga.

—¿Estás bien?

Ambas bajaron por las escaleras los cuatro pisos desde el departamento de la soldado. Ambas en completo silencio. Natasha sentía una enorme curiosidad por presionarla y saber qué ocurría, pero el silencio en su amiga parecía bastante inusual.

Cuando estuvieron fuera, Stephanie siguió sin decir nada y de esa misma manera cargó sus cosas a la caja de la camioneta que usaría para moverse a la sede se SHIELD que estaba en Washington y de ahí, ser transportada a California. Stephanie subió de chófer y luego Natasha se sentó a su lado de copiloto.

—Se suponía que tendría un descanso—comentó de pronto la rubia sin mirar a la pelirroja. Sus manos apretaban el volante—. Esto quizás lleve meses de arreglar, Nat. Yo...

—Yo puedo sustituírte—ofreció la espía sin pensarlo demasiado.

Stephanie negó.

—Era mi misión, yo fallé en Afganistán y pasó esto, así que yo debo arreglarlo.

—No fue tu culpa.

—Lo fue. Y por otro lado, Fury pidió por mi y la señorita Potts y el coronel Rhodes ya están informados de mi presencia. No creo que un cambio les agrade, no confían en nadie.

Stephanie puso en marcha el carro y ya no dijo más al respecto. Natasha respetó su silencio y así se mantuvieron la mayor parte del camino. La pelirroja por un momento se sintió mal por su amiga. Ciertamente Stephanie lucía cansada, tantas guerras y conflictos debían tenerla agotada, el suero del súper soldado era como una maldición para ella, pues tenía la vitalidad de una joven de 25 años y evidentemente, el mundo se aprovechaba de ello.

***

Stephanie se despidió de sus amigos. Sonrió forzadamente y subió a la nave que la transportaría. Internamente agradeció que está fuera grande para poder llevar también su camioneta. Claro que si hubiera podido escoger, habría preferido su motocicleta, pero Fury le dijo que fuera lo más normal y seguro posible.