Capítulo 4.

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¡Hola, queridos lectores! Aquí les dejo el capítulo 4. Es un poco cortito, así que subiré el próximo más rápido. ¡Gracias por los comentarios y las votaciones! Espero más c:

Besos, Marina.

***

Al día siguiente, Marina se levantó con la ilusión de que Marc fuera a buscarla ese día también, aunque no hubieran acordado nada. Pero no fue así, ese día nadie apareció.

-¿Pasa algo? -María, que había notado la cara de tristeza de Marina, preguntó.

Ella negó lentamente.

-No, tranquila. -Miró como el autobús llegaba a la parada-. Nos vemos mañana. -Y sin decir nada más, se fue.

Cuando llegó a casa no comió nada, subió a la habitación y se tiró en la cama, mirando la ventana abierta. Frunció el ceño y escudriñó con la mirada el borde de la ventana. En este, había un avión de papel. Marina se levantó corriendo y lo cogió, sentándose en la cama y abriéndolo.

Marina... siento haberme ido sin decirte nada. Pensé que los entrenamientos empezarían el Miércoles, pero ya ves que no fue así... probablemente no nos veamos hasta el día de la carrera, y si puedes venir. No sé si mi madre vendrá, si lo hace, por favor habla con ella y veníos para Valencia las dos. Espero que estés bien. Besos, Marc.

Cuando terminó de leer la carta en voz alta, suspiró y una lágrima se escapó de sus ojos, dejó la carta a un lado y se tumbó en la cama, escondiendo la cara entre los cojines, cuando pegaron al timbre. Se levantó a regañadientes y abrió la puerta, cuando vio a María se secó rápidamente la lágrima.

-Oh... no te esperaba. -María, sin decir nada más la abrazó.

La chica le correspondió el abrazo y escondió la cabeza en su pecho

-Soy una tonta... se ha ido y no le he podido decir lo que siento. No sé si le volveré a ver más.

-No dramatices. -Dijo María cerrando la puerta y acompañándola hacia el salón-. Claro que le verás, por nada del mundo te perderías la final en Valencia, ¿verdad? Además, después de eso él volverá aquí. ¿No te has parado a pensar que estás exagerando las cosas?

Marina negó y se volvió a limpiar las lágrimas con los puños.

-Vale, tienes razón...

María preparó dos tazas de chocolate y le echó una manta por los hombros a Marina, esta, le contó todo lo ocurrido.

-Venga, la carrera es el día 9 y estamos a día 3. El Viernes por la tarde nos iremos para allá, ¿vale?

-¿Iremos? -Marina la miró.

-Sí, has escuchado bien. -Sonrió-. No te dejaré sola en esto.

Marina sonrió y la abrazó, terminándose el chocolate.

-Gracias por todo, en serio...

María se terminó su chocolate y llevó ambas tazas al fregadero.

-Bueno, ¿piensas quedarte ahí? Hay que hablar con Roser.

Marina negó rápidamente.

-No... yo... María le cogió del brazo y la sacó de la casa a rastras, pegó en casa de los Márquez y la mujer abrió.

-Oh. -Sonrió-. ¿Puedo ayudar en algo? -María tiró del brazo de Marina, que se había escondido tras una planta-. ¡Marina! Pasad, pasad.

Ambas chicas entraron y fueron hacia el salón. Roser y María se presentaron y Marina tuvo que contarle a la mujer lo que ponía en la carta.

-Claro que iré a verle. Y tú también. -Miró a Marina-. Las tres. -Sonrió.

Las dos chicas la imitaron.

-La última vez que fui me quedé en un hotel del centro, podemos quedarnos allí.

-Pues mejor reservar ya. -Comentó María.

-Me he adelantado. -Roser sonrió.

Después de un rato más hablando, María anunció que debía marchar y se quedaron solas Roser y Marina.

-No sé si lo sabes... -Empezó ha hablar la mujer-. Pero cuando Marc está contigo parece un niño completamente diferente. Es decir, está como más feliz... aún. -Añadió riendo.

Marina la imitó con un leve sonrojo.

-Marina. -Cogió las manos de la chica-. Pocas veces he visto a Marc hablar tanto de algo o de alguien. No sé lo que piensa él, pero yo estoy segura de que no te ve solo como una amiga. -La mujer le dio una palmada en la mejilla a la chica, la cual estaba más colorada aún-. Es tarde, vuelve a casa

La chica asintió, y despidiéndose salió por la puerta en dirección a su casa. Cuando estuvo dentro no cenó nada y se fue directamente a dormir, con una sonrisa en los labios.

Noventa y tres. | Marc Márquez.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora