How To Play The Guitar; n.h au

III. Mala y Buena Suerte.

Creo haberte dicho que tengo mala suerte. Bien, esta última semana eso se reafirma. Un millón de veces.

Cuando Josh volvió con su amigo Happosai (ya sabes, ese es el apodo que le coloqué) yo fui a recorrer la universidad para no perderme al día siguiente. Así que, con el horario de clases arrugado y en mi mano, le di la vuelta completa a la universidad.

Esa fue la primera vez que lo vi. Supongo que estaba en lo mismo que yo, pero rodeado de chicos y chicas, mientras yo estaba sola. Bueno, estaba mi papel también, pero no cuenta mucho.

Allí no intente acercarme. Tampoco el miércoles de la misma semana, porque el tipo siempre está rodeado de gente y yo, a pesar de parecer la mujer explosiva, también me siento nerviosa alrededor de gente a la que no conozco. Y más aún si llego y digo «Hey, Niall ¿puedes enseñarme a tocar la guitarra?» cuando ni siquiera lo había visto el año anterior.

La segunda vez que lo vi fue en el patio, junto a un árbol, rodeado de chicos. La tercera, en el comedor, rodeado de chicos y chicas y por última vez, riendo por los pasillos, rodeado de chicos y chicas.

Jodido tipo popular.

Pero en fin. Hoy es sábado, y como día sábado, debo ir a admirar el hermoso trasero de mi hermoso jefe. Bueno, y a trabajar, por supuesto.

Cuando llego al cine, mi jefe (y por cierto, su nombre el Jack; hasta tiene nombre de macho dominante y de buenas nalgas) me sonríe y me dice que hoy me toca ser acomodadora. Mierda, me van a doler las piernas al final del día, pero no importa, porque hoy voy a trabajar con él.

¿Has visto como las moscas acarician sus patitas? Así mismo estoy ahora, con cara de plan malvado y todo.

Uh, mierda, allí viene.

—Abbie, ¿qué haces?

Planear cosas malas. —Amm –nada. Estaba... acomodando mi camiseta.

Mi jefazo levanta una ceja (ay, mierda) pero sonríe ampliamente. —Ven, vamos a ordenar las salas.

Hago el saludo militar y él sonríe más amplio, mientras niega con la cabeza. Bien, ahora a poner en práctica mi plan. Debo tocarle el trasero perfecto a mi jefe y que parezca ser un accidente.

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Ámame. Lo he hecho. Le he rozado la nalga derecha con mi mano.

Mi jefecito se inclinó para recoger algo del piso y yo pasé demasiado cerca (aproveché porque había un grupo grande de personas pasando) y le toqué la maldita nalga derecha. Y él no dijo nada, como si no le importara. Tengo que volver a hacerlo.

Josh me pregunté qué era lo que me ocurría cuando entre a la habitación, pero yo no le dije mi malévolo plan. Solo le dije que había hecho algo de lo más genial y que estaba feliz.

Soy realmente la mejor.

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Round 1:

Veo a Niall. Oigo a Niall (Josh tenía razón cuando dijo que se reía muy fuerte) y puedo olerlo, también. No, espera, no lo hago, él está muy lejos. Pero lo oigo y lo veo, que es lo que cuenta.

Día lunes por la mañana. Con Josh y Happosai estamos tomando el desayuno en la cafetería, al igual que unos cien estudiantes más. Hay ruido, mucho ruido, pero la risa de Niall se escucha aun por sobre todo eso. Una parte de mi desea saber de qué chiste se está riendo.

—Abbs, pareces una psicópata ¿Por qué miras hacia esa dirección tan concentrada?—pregunta Josh, apuntando con su taza de café hacia donde estoy mirando.