Ella es una profesora muy exigente, y ella una joven muy alegre.
Cuando se conocen las dos empiezan algo sin que la otra lo sepa.
Terminaran en una enredada historia.
Si quieres saber que pasa lea.
Una historia un poco loca y cliché pero que sería...
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Punto de vista Cate
Comencé mi día como normalmente lo hago, tomando una ducha de 15 minutos, después de eso fui a mi closet y elegí un atuendo relativamente común, cuando ya estaba vestida me maquille y me fui a trabajar, nunca desayunado siempre termino con náuseas.
En realidad me gusta mi trabajo, no trabajo porque necesito el dinero tengo de sobra pero enseñar es relalmente una cosa que no puedo describir con palabras, lo que es irónico considerando de que yo soy maestra de Lengua y Literatura.
La mayor parte de mi vida la he pasado sola, soy de esas personas que no le gusta el ruido, las personas bulliciosas o las conversaciones terriblementes tediosas, razón por la que en realidad no tengo muchos amigos, sinceramente prefiero que sea así, no busco cantidad si no calidad, mientras menos personas haya cerca de mi, es mejor.
Me estacione en el lugar donde todos los profesores dejaban sus autos, agarro mi abrigo junto con mi bolso y salgo del auto, comencé a caminar hacia la entrada de la universidad tranquilamente hasta que me fije en una joven que iba en frente de mi, su manera de vestir fue la que llamo mi atención, vestía una blusa rosa junto con una falda negra y lo más peculiar es que usaba suspensores, algo raro ya que casi nadie ocupa un estilo tan peculiar pero tenía que admitir que se ve muy bien, no le tome mucha importancia y seguí con mi camino.
Llegue a la sala de profesores todos me saludaron y me dieron la bienvenida, debo admitir que fue en realidad agradable que haya un ambiente laboral tan amistoso entre colegas, es muy difícil que se vea esto así que lo disfrute al máximo.
Cuando sono el timbre para dar comienzo a clases, agarre mi horario y vi que a la primera hora me tocaba con el curso al que iba a estar a cargo, no esperaba que siendo nueva me dejaran un grupo para ser su tutora, pero supuse que debido a mi historial impecable decidieron que estaría bien, camine hacia el salón de clases, mientras más me acercaba podía escuchar como mis alumnos se comenzaban a quedar en silencio, pero cuando entré todas las conversaciones se detuvieron y me miraron en silencio, sonreí para mis adentros y dije:
-Buenos días mi nombre es Catherine Blanchett y de ahora en adelante seré su profesora de Lengua y literatura, además de su tutora voy hacer que se presenten ya que están grandes para socializar en el receso. ¿Alguna duda?
Todos se quedaron en silencio pase mi vista en todos mis nuevos alumnos y ahí la vi a la bella joven de la entrada me quedé mirándola un poco más, al reaccionar quite mi mirada enseguida.
-Ya que nadie tiene dudas vamos a empezar.
Así pasó toda la clase, sentía su vista fija en mi pero no iba a mirarla, nunca tuve algún alumno favoritos y esta no iba a ser la primera vez, después de dos horas de clases sono el timbre.
-Eso fue todo por hoy, que tengan buena mañana.
Me retiré del salón de clases y fui la cafetería, pedí un café, aun que no podía tomar desayunar necesitaba un cafe en la mañana o tendría un humor horrible durante todo el día, mientras esperaba a que llegara mi café la vi entrar a la cafetería, no sé porque tuve la necesidad de quedar mirandola, ella se junto con una joven y la saludo muy amorosamente con un abrazo y un beso en la mejilla, solo la quedé mirando por un momento más y sentí curiosidad de saber más de ella, algo que muy poca gente sabia de mi es que soy demasiado cotilla, me encanta saber todo de todos, es algo que no puedo evitar, cuando llegue mi pedido pase junto a ellas y me fui a hacia la sala de maestros, sentí su mirada fija en mi espalda pero la ignore, ya dentro con el resto de todos de profesores, me senté en un rincón y saque un libro de mi bolso, comencé a leerlo y de vez en cuando tomaba un sorbo de mi café, seguí así hasta que una maestra se me acercó para saludarme.