Yo: Kefla.

[05]

Primer enfrentamiento.

Ciudad Satan.

—Parece que estoy de regreso al punto de partida, definitivamente así es, no me equivoco...

Afirmó Kefla tras asegurase que no era vista por nadie, descendiendo cerca de lo que parecía ser una mansión.
La saiyajin sabía muy bien que sus aventuras habían comenzado en esta ciudad, ahora por azares del destino regresaba.

—Bien, parecen que no han notado mi presencia, los dos vuelan igual que yo, pero no sé si podrán percibir a los demás como lo hago yo.

Pensaba la chica mientras observaba entre arbustos, indudablemente era la mansión de alguien muy influyente.
Bien cuidada y de mucha opulencia.

—El chico es fuerte, lo puedo sentir... Esa chica es débil, pero creo que puedo hacerle unas preguntas...

Mientras pensaba, la saiyajin afinaba su oído tratando de escuchar la conversación que tenían Gohan y Videl, pero era en vano a menos que decidiera salir de su "escondite"

—A plena vista no parecen malas personas, a ver... Pero no recuerdo nada, no los conozco, solo quiero recordar algo...

Kefla observa como Videl le da un beso en el borde del labio a Gohan, el saiyajin híbrido retrocede apenado, casi al grado de enrojecerse.

—Gracioso...

Luego Gohan se despediría con una sonrisa tímida, antes de salir volando a toda velocidad.

Evitando caer debido a la corriente de aire provocada por el híbrido, la saiyajin fusionada tropezaría entre los arbustos.

—Rayos...

—¡¿Quién anda ahí?! —Exclamo Videl frunciendo el ceño.

Una ardilla sale de las cercanías, para el alivio momentáneo de la saiyajin que se toma el lujo de ver al pequeño animalito alejarse corriendo.

—Justo a tiempo...

Súbitamente Videl se asoma entre los arbustos y Kefla cae sobre su trasero.

—¡Sabía que había alguien aquí! —Dijo Videl sacando la cabeza de entre los arbustos.

—Solo estaba caminando por aquí, no sé si hay algún problema con eso, ya me voy... —Fue lo primero que se le vino a la mente para responder.

—¡Lo dudo mucho! ¡Estabas espiando! ¡Y además tu voz es realmente extraña! —Contesto Videl con enojo.

—¡Mi voz es perfectamente normal! —Responde Kefla para luego detenerse y parpadear.

—¡No lo es! ¡Me recuerda algo pero no se que! —Grita Videl.

—¡A mí me da igual, yo digo que si es normal! —Contesta Kefla.

—No pareces ser periodista, tu voz es súper rara y hay algo que no me agrada en ti aunque no puedo decir que es. Así que vienes conmigo. —Videl toma la mano de Kefla y tira de ella, pero se detiene en seco al ver que no logra mover a la saiyajin ni un milímetro.