Yo: Kefla.

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La inminente confrontación ante la verdad.

Un día entero transcurrió para todos sin incidentes de relevancia o importancia alguna. En el Planeta Supremo, Kefla trataba de entender todas las explicaciones de los Supremos Kaiosama y a la vez estos trataban de responder sus preguntas de forma que la saiyajin no estallara en ira.

En la Tierra la situación no era muy diferente, a medida que pasaban las horas los Guerreros Z se ponían al tanto de la situación, la posible amenaza que podría representar la saiyajin fusionada en caso de volverse abiertamente hostil.

Las preguntas iban, venían y ante la impotencia de Goku y Vegeta estos harían lo inimaginable.
Entrenar juntos en una área desértica y remota donde nadie pudiese interrumpir o molestar.

─Cielos, creo que hubiese sido muy buena idea traer a Gohan con nosotros. Después de todo el es más fuerte entre nosotros. ─Decía Goku deteniéndose por un instante, ambos saiyajin habían intercambiado golpes en su forma base. Una gota de sudor caía por su frente, el arduo entrenamiento ya llevaba algunas horas.

─Tch, tu hijo solo obtuvo ese poder gracias a la magia. No gracias al entrenamiento y esfuerzo arduo que se debe un guerrero a si mismo. ─Respondió Vegeta con cierta molestia, colocándose en guardia frente a Goku, pese a que este había relajado su postura. El príncipe estaba decidido a continuar hasta que el sol cayera en el horizonte.

─Vamos... Vegeta... Eso no me molesta, creo que era todo su potencial. Es solo su fuerza la que ese viejito ha sacado a relucir.

─Además, es muy probable que lo necesitemos si tenemos que enfrentarnos al poder descomunal de Kefla. ─Dijo Goku rompiendo el silencio ante la falta de respuesta de Vegeta.

─Entonces ¿Qué se supone que hace entrenando con el namekiano? No va a llegar a ninguna parte si entrena con ese bueno para nada. ─Contesto Vegeta viendo como Goku volvía a colocarse en posición de pelea. El príncipe saiyajin dio por concluida la breve plática al cargar a toda velocidad contra Goku.

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—Señor Piccolo ¿Cree qué podamos hacer algo en contra de esa saiyajin? —Pregunto Gohan sin moverse o abrir los ojos. El y Piccolo meditaban sentados frente a frente, sentados en posición de flor de loto.

—Gohan, seré honesto. —Respondió Piccolo a secas.

—Cuando ella te enfrentó, solo logramos derrotarla porque ella no se esperaba mi aparición, pero ya igualaba... Corrijo, ella ya superaba tu poder y eso que apenas parecía estar despertando su instinto de pelea. —El namekiano carraspeo y continuo, el breve silencio solo era interrumpido por el canto de las aves, la sombra de los árboles, el cielo azul despejado, el lugar era idílico para cualquier amante de la naturaleza.

—Ahora que su fuerza parece haber sido liberada, no tenemos oportunidad de enfrentarla. Pero una cosa si me queda clara y es que carece de técnica, su poder se limita a fuerza bruta.

—Entonces si tenemos que enfrentarla, podríamos idear algo. —Asintió Gohan.

—Por supuesto, no todo esta perdido e incluso podríamos hacer uso del poder de Gotenks.

—¿Usted cree eso, Señor Piccolo?

—Se que Vegeta se niega rotundamente, considera que la fusión es algo bajo y personalmente pienso que la fusión de ese par de chiquillos es arrogante e inmadura, pero en este momento necesitamos estar preparados para lo peor. —Contesto el namekiano perdiendo la compostura por un breve momento, el recordar a Gotenks solo lo hacía lamentarse mentalmente.