LA MALDICIÓN DEL HOMBRE LOBO

vigésimo séptimo capitulo

Ésta preocupada se dirige hacia Simón para que la lleve
a la casa de Jaco para hablar con él, mientras éste yace a fuera de su casa en dónde ayuda a sus cansados padres
a cortar leña en eso aparece Calexia en su carroza de la

cuál se baja con expresión de preocupación, corre hacia
Jaco y le explica que tenga cuidado que Andrés quiere
buscar venganza por lo que pasó en el bar la sombra; éste le contesta con arrogancia tranquila que no me

pasará nada, pero la joven lo conoce muy bien Andrés cuándo se propone hacer daño lo logra por eso vengo avisarte,Maria mira hacia dónde están Jaco y esa joven tan guapa, Eduardo se expresa con alegría ésa es su

novia es muy bonita, ambos caminan hacia ellos al llegar Jaco los presenta con orgullo, Maria y Eduardo con humildad abrazan a Calexia que a pesar de su distinción comparte  su humildad, en la casa Aurora decide dar un

paseo cuando pasa por las tienda ella decide entrar a la tienda de telas en la cuál ve una hermosa tela roja como la sangre pero mira en su bolsillo de su vestido mira y tiene unas cuatro monedas de bronce, camina hacia la

tendera para pagar su tela en eso que pasa Hector al mirar hacia dentro de la misma y ve a una linda pero humilde joven y sin pensarlo entra dirigiéndose a dónde ella pero pasando desapercibido, Aurora saca sus cuatro

monedas de bronce pero no son lo suficiente para pagar esa tela pero con tristeza deja la tela se dirige a la salida, a lo que Hector se propone a pagar dicha tela con buen corazón decide ir detrás de la joven sin perder el tiempo

la llama, oye joven ésta tela es tuya Aurora se gira con expresión de incredulidad, Hector le entrega la tela que le compró ésta le dice esa tela no es mía no pude pagarla éste con una sonrisa se presenta, hola me llamó Hector

y yo te la regalo eres muy bonita sin querer ofenderte te invito a comer en un buen restaurante que yo conozco,
ella le dice no lo siento pero no puedo aceptar esa tela ni tu invitación a comer se nota que eres un buen chico

sin temor a equivocarme seguro que eres un joven adinerado de buena familia, a lo que Hector responde no te equivocas si soy de buena familia pero soy decente y
quiero invitarte a comer vamos a dónde tu quieras, ésta

salta los jóvenes como tu creen que al tener todo el oro del mundo piensan que pueden comprar a chicas
humildes como yo, las palabras de ésta ofenden a Hector el cuál le quita la tela y se gira cabizbajo y se retira.