septimo capitulo

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Y un gemido se hace presente, Eduardo se desabrocha el cinturón y se baja el pantalón,su pene se hace notar,
Arica al mirar el tamaño del pene erecto se pone de pies y le pide que se tumbe en la cama,Eduardo se postra en

la cama y Arica agarra el pene, inclina su rodilla, su cabeza queda a la altura del pene el cual esta firme como un soldado lo toma con su mano y empieza con un movimientos rítmico, los jadeos de Eduardo excitan mas

y mas a Arica en ese momento se lleva el pene a su boca
bañándolo con su saliva, desliza su lengua por todo el tronco y al llegar al glande succiona de manera frenética,Eduardo jadea mas y mas se pone de pies y se

sube a la cama,coloca sus rodillas en cada costado de la cintura de Eduardo y con su mano introduce el pene
erecto en su húmeda vagina,Arica se mueve al son de las
envestidas que le propina Eduardo, sube sus manos por

la cintura de avispa hasta llegar a sus cálidos pechos el cual aprieta con suavidad, Arica acerca su bello rostro
a Eduardo buscando sus finos labios,procede a besar con pasión y fiereza,el rodea el cuerpo de esta con sus

musculosos brazos haciendo una vuelta de campana quedando ella debajo de este,el cual se pone de pies y coloca a Arica en la posición en cuatro, Eduardo mira el
trasero redondo y nalgas muy firmes, expresa que rico

propinado unas suaves nalgadas,Arica suelta un grito de placer,este vuelve a introducir su húmedo y duro miembro en su estrecho ano,ella se retuerce de dolor
pero Eduardo deja en su interior su miembro sin

moverse para que se adapte a su miembro viril, empieza un movimiento lento y continúa moviéndose mas rápido,los gemidos y chillidos de Arica son como musica para sus oídos, los jadeos de Eduardo al igual que sus

envestidas son mas frecuentes y rápidas hasta que ambos llegan al clímax los latidos de sus corazones van muy acelerados como en un par de caballos galopando en la pradera a todo trote,Eduardo se deja caer sobre la

espalda húmeda de sudor y esta también cae sobre la cama empapada de fluidos y un olor a sexo que se pasea por toda la habitación como un fantasma, un rato mas tarde Eduardo se viste y se acerca a Arica le regala un

corto beso de despedida y se lleva consigo el regalo de hacerla su mujer por primera vez que se entrega a un hombre, mientras Arica en la cama dormida con finas gotas de semen deslizándose por sus nalgas.


LA MALDICIÓN DEL HOMBRE LOBODonde viven las historias. Descúbrelo ahora