vigésimo primer capitulo

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Maria le pasa su mano sobre su pantalón se sienta en su silla dónde procede a desayunar, ella se sienta en la silla para hacerle compañía Eduardo termina de comerse su desayuno éste piensa que su hijo ya tiene doce años

solo falta poco tiempo para que cumpla sus dieciocho años de edad Maria lo mira y le pregunta ¿que te pasa amor estás bien te pasa algo? éste le contesta si estoy bien y Eduardo le dice amor me puedes hacer un favor

ésta le dice claro dime él le pide que le compre un revólver con seis balas de plata, ella se extraña como que un revolver aún le falta mucho para que cumpla su mayoría de edad, Eduardo se dirige a ésta si pero los

años pasan rápido, ella le dice tengo algo que me regaló
mi padre antes de morir, Maria se pone de pie y se dirige a su cuarto dónde busca un pequeño cofre el cuál guarda un revólver sin balas, regresa a la misma y pone sobre la
mesa dicho cofre dónde procede a abrirlo, Eduardo mira dentro del mismo y pone al descubierto el revólver éste
brilla como la plata misma; unos minutos después él se va a trabajar sale de su casa se dirige a su trabajo a

dónde llega y entra, en la casa Maria está llorando sin consuelo decide esconder el revólver en el cofre nunca pensó usar lo que un día su padre le regaló en vida regresa el cofre, a la habitación más tarde Eduardo se

toma un rato y va a la tienda de armas entra a la misma y le pregunta al tendero si tiene balas de plata, el tendero le contesta si tengo lo que pides, Eduardo las compra y regresa a la tienda dónde trabaja y empieza a tallar

algunas figuras, mientras Jaco se levanta de su cama sale de su cuarto dirigiéndose a la cocina dónde su madre està sentada pensando,éste se le acerca y le pregunta ¿que pasa madre estás bien? la cuál está distraída Jaco

camina hacia ella y le coloca su mano derecha sobre su hombro Maria salta del susto sacándola de su mente y con una sonrisa le dice pasó algo cariño; éste le preguntó lo mismo ella le dice si estoy bien tranquilo. En la calle

Jesús agarra piedras pequeñas y las lanza hacia el cristal de la ventana de la casa de éste, Jaco camina pensando será el imbécil de Andrés pero cuándo se asoma por la
ventana y ve que su amigo Jesús está abajo, Jaco le dice a

su madre que irá con Jesús a la calle ésta rápido le contesta claro que puedes ir éste se despide con un beso
en la mejilla.

LA MALDICIÓN DEL HOMBRE LOBODonde viven las historias. Descúbrelo ahora