Capitulo 4

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Llevo esperando unos cinco minutos, y aún quedan unos pocos para que sea la hora que decía el papel. Y estoy congelada de frío. ¿Me habré equivocado decidiendo venir aquí? Algo me dice que tomé la decisión correcta, pero no sé qué pensar.

Me da vergüenza haber mentido a Blad, sobretodo porque he venido a ver a un completo desconocido. Pero, por algo que desconozco, cada vez que leía su nombre... y cada vez que pienos en ello, mi corazón va a mil. ¿Por qué?

Y puede que esa fuese la razón por la que decidí venir. Eso, y porque no estoy agusto estando cerca de Blad, y espero que el tal Drake pueda explicarme eso, o el por qué no soporto las rosas.

*Frio* se queja mi subconsciente.

Vale , mis dedos están conjelados. Puede que ponerme solo un vestido negro de media manga no fuese tan buena idea. Y aún quedan tres minutos, aún estoy a tiempo de irme...

Siento como algo me roza los hombros, y al instante mi cuerpo comienza a entrar e calor.

-Pensaba que no ibas a venir, pero siempre confié en que lo hicieras.-Dice una voz masculina. Es suave, y un poco ronca, pero normalmente ni es así.

Al escuchar esa voz, mi corazón se acelera. Me doy la vuelta y me quedo asombrada.

Frente a mí hay un chico de no más de veintiún años, sonriéndome. Lleva unos vaqueros negros, bastante gastados, una camiseta azul oscuro y una chaqueta por encima de esta. Su pelo negro está desordenado y sus ojos castaños brillan por la emoción. No es nada del otro mundo, pero aún así al verlo, casi me desmayo.

Drake.

Es él. Sé que es él. Nadie más podría serlo.

*¡Lo amo!* 《¡CALLATE!》

Nos quedamos unos segundos observándolo, con nuestras miradas entrelazadas. Después él avanza hasta mí y me abraza.

-Te he hechado tanto de menos...-Dice, mientras que con una mano me acaricia la cabeza. La otra continúa en mi espalda.

Yo al princidio me quedo quieta, quizá por la impresión del abrazo. Poco a poco, lo correspondo; y al final ambos estamos abrazando al otro como si nos fuera la vida en ello. Tardamos un rato en separarnos, pero cuando lo hacemos, sus manos se anclan a mis muñecas y su rostro no dista casi nada del mío.

-Tienes que estar helda, y seguro tienes muchas preguntas que hacer. Ven, este no es el mejor sitio para hablar.

Y dicho esto, me condujo por callejones y callejas, cada vez más estrechos, hasta que al final acabamos andando entre escombros y esqueletos de antiguos edificios. ¿Por qué ese cambio? ¿Qué había pasado?

Estoy a punto de preguntarle, cuando nos paramos frente a una pared medio derruida. No lo entiendo.

-Ya hemos llegado.

Y dicho esto, nos conduce directos a la pared. ¡¿Pero qué hace?! Yo tiro desesperadamente de él, tratando de evitar darme de bruces, pero él es más fuerte y no lo consigo.

Cuando estamos a punto de chocarnos, cierro los ojos, aguanto la respiración, esperando el golpe, y... no pasa nada. Abro los ojos.

Estamos en una enorme sala iluminada por una única bombilla colgada del techo. Las pareparedes está forradas con un papel que alterna el dorado y el rojo imperial. Hay unas cuantas sillas mal colocadas y algunos sillones. Y en el centro una enorme mesa.

-Bienvenida a los refugios.-Dice Drake con una sonrisa, mientras que hace un gesto abarcando toda la sala.

-Esto... Gracias.-Digo un poco confusa.

Él me coge de la mano y me conduce a uno de los sillones. Nos sentamos.

-Bien... supongo que tendrás un montón de preguntas. Adelante.

No se anda con rodeos. De momento me cae bien.

-Te conozco de antes, pero no sél muy bien de qué y... me gustaría saberlo.

-Eras mi... una amiga. Si, de momento quedate con eso. Supongo que aún estas confusa por la perdida de memoria, no te quiero dar más cosas en las que pensar.

Lo miro dolida, esperando la verdad; pero él mira al suelo, ausente.

-¿Qué pasó? ¿Cómo perdí la memoria?

Él suspira y se tensa, como si le doliera lo que está a punto de decirme.

-¿ Qué te ha contado Blad?-Pregunta, haciendo una mueca de asco al pronunciar el nombre.

-Pues... no mucho. Para ser exactos, prácticamente nada. Sólo que perdí la memoria al desmallarme y que me llevaron a la enfermería hasta que despertara.

Asiente, como si ya supiera que iba a decir.

-Acomódate, tenemos para rato. Y lo que voy a decirte probablemente no vaya a gustarte...

En eso que de una puerta medio caída en un lalateral sale una chica.

Tiene el cabello castaño oscuro, ondulado, y unos ojos grises empapados en lágrimas. Y cojea un poco. Pero lo que me asusta es que prácticamente se lanza sobre mi para abrazarme.

-¡Zoe! Cuanto te he hechado de menos.

Yo me quedo perpleja.

-¡Kate! Os dije que esperaseis hasta que supiera un poco lo que ha pasado.

Ella le saca la lengua, sin dejar de abrazarme.

-Es mi mejor amiga, no pretenderas que me pudra mientras tú estás aquí con ella. Además, tengo que ponerla al día.

Y dicho esto, me agarra de la manga y me conduce por un interminable pasillo hasta una habitación.

-¡La tendrás dentro de una hora!-Le grita a Drake.

Entramos y cierra la puerta. Ambas nos sentamos en una cama polvorienta y ella me sonríe con una mirada que me asusta un poco.

-Bueno, supongo que no te acordarás de mi. Soy Kate, tu mejor amiga.-Dice, extendiendo una mano hacia mí. Yo se la estrecho.

-De seguro tendrás mil preguntas, así que pensé que te sentirías más cómoda hablando con una chica que con un chico, por mucho que lo quieras.

Yo me quedo un poco en silencio. Lo cierto es que tiene razón, y le agradezco que haya pensado en ello.

Y le cuento todo lo que ha pasado desde que desperté en aquella habitación blancs hasta que vino ella; incluido las rosas, el que me dé asco tocar a Blad y lo que sentí al leer la nota de Drake y al verlo.

Ella escucha todo atentamente, sin interrumpirme más que con alguna sonrisita.

- Lo de las rosas es por el funeral de tus padres, rodearon tanto la iglesia como los ataúdes con un millon de ellas. Si te sirve, yo las odio por lo mismo. Lo de Blad es mejor que te lo explique Drake. Y ablando de él... ¡Es precioso! Te sigues acordando de lo que sientes por él incluso habiendo perdido la memoria.

Me quedo a cuadros.

-¿Lo que siento por él?

Ella me mira extrañada, como si me hubiera salido de la boca una colmena de abejas que ahora estuvieran zumbando por mi cara.

-¿Lo que... Siento por él? ¿Y qué es lo que siento por él?

-¡No te lo a dicho!-Exclama con los ojos a punto de salir se le de las órbitas.- Es... Drake es tu novio.

Extraña intuiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora