Crush

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—Es hora de despertar, se hace tarde —lentamente empecé a abrir los ojos, no recuerdo muy bien que había pasado, solo vagos momentos pasaban por mi mente de como  bebía y bailaba al ritmo de la música mientras unos brazos me abrazaban y se balanceaba a mi compás. Unos besos sabor whiskey y un aroma a lavanda que inundaba mis fosas nasales, el cual mi cerebro reaccionaba positivamente pues era un hábito de los fines de semana. El humo del cigarrillo haciendo todo nuboso, un peso encima mío y unas caricias reconfortantes de madrugada. Todo se volvió oscuro y solamente sé que Suni se encontraba paseando por la habitación vistiendo mi camisa que le quedaba como vestido a medio muslo. Se acercó a mi y me miró desde arriba —Si sigues de flojo no llegaremos a la primera hora —un gemido se escapó desde lo más interno de mi —cinco minutos más —me tapé con las sábanas y ella me las arrebató para observarme —Hablo enserio —puso su semblante serio y sonreí para seguidamente jalarla del brazo y hacerla caer en la cama otra vez y comenzar a besarla, cosa que no rechazó en absoluto y después me acurruqué en su pecho y escuché su corazón latir —¿A quién le importa si no llegamos a la primera hora? —sonreí pícaro y ella negó para golpearme en la cara con la almohada —Me voy a bañar.

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Después de estar un rato acostado y entrar a otro baño para tomarme una ducha, me vestí y arreglé para que saliéramos de camino a la universidad. Al llegar ella se fue con sus amigas y yo con los míos. 

Las clases pasaban tan lentas que juraba que en cualquier momento moriría de aburrimiento, y de hecho estaba recostado en mi pupitre cuando la vieja amargada de "definición estética del objeto artístico" volteó para preguntarme algo y observar que estaba dormitando; gritó mi nombre haciéndome saltar en mi lugar, después de su regaño me sacó de la clase y rodando los ojos tomé mis cosas y me fui a vagar en los pasillos. Mientras caminaba por los solitarios pasillos, hasta llegar al salón de instrumentos, el cuál llamó mi atención, pues se podía escuchar como una guitarra sonaba y una voz tarareando una canción que era totalmente desconocida para mí me atrapó por completo.

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—¡Kim Taehyung! —mi amigo se sobresaltó al escuchar mi llamado y volteó hacia mi —Hey —Saludó y me acerqué a él —¿Por qué tu presencia ha estado tan ausente en nuestro círculo amistoso?.

Sonrió —Hay cosas las cuales me han mantenido ocupado.

—¿Se puede saber cuáles son esas "cosas"?.

—Muy pronto lo sabrás, si me disculpas... me voy —.Lo observé un poco extrañado cuando se alejó, a veces Taehyung era tan... raro y misterioso.

Desde aquel viernes en que me encontré a Ji-Eun en la biblioteca no habíamos tenido otro acercamiento, solamente la observaba cuando cambiaba de clases y cuando iba con sus amigos a algún lado en la universidad. Su presencia nunca pasaba desapercibida por mi, como sonreía ampliamente y sus acciones llenas de aegyo de vez en cuando, me enternecía y me divertía viéndola de esa manera.

A veces me ponía a pensar demasiado en todo, y ahora en mi habitación, recostado en mi cama con los pies en la pared moviéndolos al ritmo de la música que se reproducía en las vocinas me relajaba y animaba, de pronto el ruido insistente del timbre opacó la música y me hizo levantarme de mi cómoda posición para ir a atender la puerta y ver quién osaba acabar con mi bonita tarde de martes.

—Hey —Saludó con una diminuta sonrisa encorvándose en su boca, sonreí, hacía mucho tiempo que no veía a mi amigo de años —¡Yoongi! —no pude contenerme y lo abracé —Pasa pasa, ¿a qué se debe tu visita?.

Me quité de la puerta para dejarlo pasar —Me enteré que habías llegado a la ciudad y quería venir a visitarte antes pero el trabajo no me lo permitía. 

—¿Hyung te ha dicho?.

—Algo así, me preguntó por ti y no sabía que responder pues no te había visto.

—Tengo mucho que contarte entonces.

Sonreí ante su típico levantamiento de hombros. Y sé qué es raro que de repente aparezca y que tengamos una amistad mucho más fuerte de la que tengo con Jimin y Tae. Pues aquí vamos. 

Yoongi es hijo de la mejor amiga de mi papá desde que sus padres de ellos eran niños, crecieron juntos, misma escuela siempre y aunque se separaron para la universidad siguieron siendo amigos, la mamá de Yoongi se fue a estudiar a Daegu pues sus tíos estaban pasando por una situación difícil y toda su familia fue a apoyarlos. Después cuando regresó a Busan, regresó casada y con dos pequeños, uno de cuatro años y un pequeño Yoongi de un año al igual que mi hermano mayor. un año después nací yo y aunque no tengo recuerdos; mis papás me dicen que Yoongi, mi hermano y yo siempre estábamos juntos, éramos cómplices y aunque había discusiones, descontentos, celos y uno que otro golpe eso solo hizo que nuestra amistad se volviera más firme y transparente.

—¿Qué ha sido de tu vida Min?.

—Nada realmente, la vida de adulto es un asco, disfruta la universidad.

—Lo creo, pero... ¿no hay una chica que llame tu atención?. —levanté las cejas sugerente —No.

—Cuánta seriedad Hyung, enserio, ¿cómo no hay una chica si es que tu eres muy atractivo?.

—No soy como tu, don juan, necesito a alguien que soporte mi inestabilidad emocional.

—Wow, eso realmente dolió, o sea, sé que lo soy, pero oírlo salir de tu boca hirió mis sentimientos —dramaticé.

—¿Todavía no llega una chica?.

—Vayamos a una fiesta Hyung, y te presentaré a unas chicas, ¿te parece?.

—Cuando tenga tiempo en mi ocupada agenda. 

Sonreí animado y seguimos platicando el resto de la tarde hasta que la noche cayó y tuvimos que despedirnos.