Crush

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Al día siguiente de la fiesta Jungkook amaneció en una cama que no era la suya y con una chica utilizando su brazo como almohada; cuidadosamente la sacó de sus brazos y silenciosamente se vistió. Bajó a la primera planta dirigiéndose al salón encontrándose con Taehyung acostado como crucificado a mitad de la sala sin un zapato. Lo sacudió hasta que por fin abrió los ojos, parpadeo y con dificultad se levantó —Mi zapato...—dijo aún medio dormido —No encuentro mi zapato, ayyyyyyyy zapatooooo nooooooo —Jungkook le hizo señal que se callara, éste no hizo caso, el menor hastiado buscó con la vista y al encontrarlo se lo lanzó a la cara —Cállate, ponte eso para que me ayudes a encontrar a Jimin —.Besó su preciado zapato para luego colocárselo. Echaron una vista a todos aquellos tirados en el piso durmiendo, a los de los sillones, subieron a las habitaciones, en los baños; bajaron nuevamente recorriendo toda la planta baja hasta llegar a las otras escaleras; un cuerpo inmóvil recargado en la pared con la cabeza de lado y puesta la sombra de la lámpara de pie, sus extremidades izquierdas en un escalón arriba y las derechas abajo. –Jimin, Jimin... ¡Jimin coño!.

Él mencionado del susto pegó un brinco cosa que le hizo rodar escalera abajo; quejidos por su parte se escucharon y se enderezó sacándose la parte de la lámpara —Joder Taehyung, cállate, me explota la cabeza —.Habló sobándose la cabeza.

—Qué cosa habrás hecho para amanecer ahí.

—No se, no se y no me interesa, ¡shhh! me duele el cuerpo por tu culpa.

Jungkook sonrío burlón —Eso no importa, ayúdame Tae para llevarlo al coche y regresemos a casa —.Se acercaron y tomaron al que estaba tirado por las axilas, salieron de la casa, abrieron el coche y lo aventaron cual saco de papas a la parte trasera, éste se removió.

El recorrido fue en completo silencio hasta llegar al apartamento de Jungkook, Jimin ya pudo bajar por su propio pie y juntos caminaron al elevador.

—Niño, donde te fuiste ayer, que de un momento a otro te perdimos de vista —.preguntó Tae.

—¿Yo? Ustedes se largaron dejándome abandonado.

—Déjalo Tae, no cuestiones cosas que pasaron anoche, ¡aaah! ya está grandecito.

Los chicos durante el tiempo de vacaciones antes de reiniciar labores se la pasaron paseando y sus mayores por su parte se encargaron de llevarlo de fiesta en fiesta, algo que antes le desagradaba; prefería mil veces un libro en la mano que una cerveza. Él menor era una persona tranquila, sí, era porque sus amigos lo estaban acostumbrando a como ellos son, se volvió parlanchín como Taehyung y coqueto como Jimin, estaba agarrando actitudes de sus hyungs.

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Un gran bostezo salió del interior de Jungkook —¡Ya voy! —.Apoyándose del barandal bajó las escaleras dirigiéndose a la puerta para abrir.

—¿Acabas de levantarte? Qué, ¿acaso pretendes no ir a tu primer día de clases? —.Reprochó Jimin abriéndose paso —Mira Jeon arréglate porque Taehyung está esperando abajo para irnos juntos.

—Eres tan escandaloso hyung, ¿y quién mierda te pidió que vinieras?, si llego tarde es mi problema.

—Ve a cambiarte pero ya.

Jungkook viró los ojos soltando una expresión de aburrimiento —Ya voy mamá, ya voy —. Volvió a subir en camino a su habitación, abrió el armario y lo primero que vio sacó; una camiseta blanca totalmente, unos jeans negros y sus botines favoritos, se pasó el cepillo por sus cabellos y corrió al baño a lavarse la cara y los dientes.

Los tres iban caminando por el campus, Jimin y Taehyung saludaban y devolvían saludos, al dar el toque se tuvieron que separar pues la edad era un poco problemática.

Al entrar al salón no pasó desapercibido, le hicieron presentarse, algo que él se le hizo estúpido, ya van en universidad eso déjenselo a los de secundaria. Aquel niño tierno de apariencia sí que se puso más bueno que el pan, sus nuevas compañeras lo confirman.

—Oye... ¿tendrás un lapicero que me prestes? —le sonrío a la chica de su lado —Por supuesto—. Asintió repetidamente y se apresuró a sacar uno de su mochila, se lo tendió —Gracias—. Volteó para empezar a anotar.

En su primer día hizo amistades con sus compañeros y compañeras de curso, echó ojo a las de curso mayor y "trabajó" en sus clases, sí claro.

Tae y Jimin corrieron por su pequeño al marcar la hora de salida, iban caminando por los pasillos hacia la salida, pero se desviaron a comprar una soda en una maquina dispensadora que había en el pasillo. Jungkook después de meter las monedas requeridas presionó el botón que contenía su bebida favorita, se agachó para sacarla de la máquina, limpió y destapó. Jimin se colgó en él mientras seguían su caminata, estaban rodeados por alumnos yendo y viniendo. Taehyung, cumpliendo al pie su rol; contó un chiste, el chiste era tan malo, de esos tan pero tan malos que te mueres de la risa; él no tan pequeño Jungkookie acababa de darle un gran sorbo a su fría bebida, no queriendo escupirle a su imprudente amigo, volteó el rostro y expulsó todo.

Gran error.

Jungkook abrió los ojos horrorizado —¡Lo siento, lo siento!, y-y-yo no quería, no te vi.

La chica suspiró divertida moviendo sus hombros de arriba hacia abajo, abrió los ojos —Oh vamos, no es para tanto, fue un accidente no hay de que disculparse.

Jungkook quedó boquiabierto ante tal respuesta, cualquier otra chica le hubiera gritado histéricamente.

—Iu noona, disculpa al pobre Jungkookie, no fue su intención escupirte.

—¡Tae! Cuántas veces te he dicho que no me digas noona, no me gusta, que no se preocupe tú amigo, no vale la pena enojarse por accidentes.

—¡Tienes razón noona!.

–¡Jimminie!, chicos nos vemos luego, voy a limpiarme para no estar tan pegajosa —hizo una reverencia a los tres y se dirigió a los sanitarios de mujeres.

—¡Ooooohhh!, creí que moriría, por dios, que susto, juro que no fue mi intención.

—¡Yah! Tranquilidad niño, suerte tienes que haya sido ella.

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