Esto realmente no me lo esperaba, el mensaje era de hacia 45 minutos, sería antes de que me fuera a comer que me aparecía que estaba conectada.
Yo: Hola :)
Cerré la pestaña y abrí Twitter, no tenía notificaciones así que lo cerré. Era viernes así que mañana no había clases. Decidí llamar a Sara para quedar.
Un pitido... Dos pitidos...
-¿Si? -atendió Sara a su móvil.
-Hola Sara. -la saludé.
-Hola. ¿Has encontrado a tu príncipe rubio en Facebook? -me preguntó.
-Cállate.
-Eso es que lo has encontrado.
-No exactamente.
-Cuenta, cuenta. -dijo ilusionada.
-Me ha enviado una solicitud.
-Huy, huy, el rubio se ha enamorado. -comenzó a canturrear.
-Es imposible que se haya enamorado. No te puedes enamorar en un día de una persona.
-Pero le puedes atraer. Eso sí.
-Pero no es el caso. A lo que iba, ¿Quieres quedar para dar una vuelta? -le pregunté yendo al grano.
-Por mi perfecto. ¿Quieres pasar por aquí ahora? -me preguntó.
-En dos minutos estoy. -respondí en tono amistoso. -¡Adiós! -corté.
Cogí mi iPod y el móvil, que ya lo tenía a mano porque acababa usarlo. Me fui al salón donde estaba mi madre leyendo.
-Mamá, voy a dar una vuelta con Sara. -le dí un beso en la mejilla.
-¿Cuando vas a volver? -típica pregunta de una madre.
-Ya te llamó. -la deje tranquila.
-De acuerdo. Adiós. -me sonrió.
-Adiós. -cerré la puerta.
Salí de mi casa y me coloqué mis auriculares.
Llegué a la casa de la abuela de Sara, sin recibir respuesta la vi bajar de las escaleras. Apagué el iPod y moví la mano en modo de saludo.
-Hola. -me saludó.
-Hola. -comenzamos a caminar.
-¿Que tal? ¡Cuéntame lo de tu príncipe! -dijo ilusionada.
-Primero, déjale de llamar ''Mi príncipe'', y segundo solo me ha enviado una solicitud, ya esta. -le respondí.
-Esto es solo el principio. Ya verás que acabaréis juntos. -me dijo.
-No creo. -le contesté.
Dimos una vuelta por el centro de nuestro pueblo, que esta cerca de Barcelona, por si no había quedado claro. No me acaba de quedar bien claro porque a los chicos australianos los han enviado a aquí y no ha Barcelona ciudad, si son de Sidney, pero bueno.
Fuimos a comprar un granizado en una heladería. Salimos de ahí hablando de cualquier tema en general, temas que surgían de otros. Estábamos hablando tan tranquilamente cuando miro al frente, en lo más arriba de la acera, se me acelero el corazón de nervios, soy muy tímida, Fletcher y los otros chicos estaban paseando tranquilamente.
-Sara, ¿Podemos cambiar de acera? -le pregunté nerviosa.
-¿Porque? -dio un sorbo a su granizado y miró al frente. -Ah. -cayó en la conclusión. -Pues no, nos quedamos aquí. -me cogió de la muñeca y me obligo a caminar más rápido.
ESTÁS LEYENDO
Fall in love with me
أدب المراهقين¿Él? Lo única que quería era a ella. ¿Ella? Una tímida chica que nunca había tenido novio y no tenía ni idea del amor. En su tercer curso, al instituto de Blanca llega un chico que no le ha podido sacar los ojos de encima, un chico que ha venido de...