DISCULPAS

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Romina POV

Me encontraba sentada en mi lugar, escuchando música, tratando de olvidarme de todo el drama que últimamente ha ocurrido en mi vida, cuando veo una cajita con un botón frente a mí.

-Aprieta el botón –dice Samuel tomando asiento frente a mí. –

-¿Esto qué es?

-Es una máquina del tiempo –dice simplemente. – aprieta el botón

Reí un poco pero hice lo que me pidió, me senté correctamente en la silla y procedí a apretar el botón lentamente

-Ahora mismo estamos viajando en el tiempo, al lunes de la semana pasada, justo al momento en el que comencé a pedirte disculpas, esta vez no te digo nada acerca de mis sentimientos hacia ti, solo te abrazo y te brindo mi apoyo –cuenta mientras toma mi mano, mirándome un poco tímido. – ¿lo he arreglado? Porque si no, lo sigo intentando en bucle hasta que lo consiga.

-Lo has clavado a la primera –murmure apretando su mano, mientras los dos sonreíamos. –

-Vale, mejor, porque esto era un timbre para ciencias que no consigo que suene

Los dos reímos acerca de lo que me ha contado, paso los siguientes treinta minutos conversando con él, acerca de todo y de nada, debo de ser sincera y admitir que lo he extrañado mucho. Poco después llegan todos, y el profesor comienza a entregar los exámenes que realizamos.

-En hora buena, Romina –Me entrega mi examen, donde se encontraba un diez. –

-Este examen es de diez –preguntan Lu y Nadia al mismo tiempo. –

-Bueno, también lo era el de otra compañera y ya sabes que aquí evaluamos con la técnica de la curva de campana

-Perdona, ¿La qué? –pregunta Nadia mirándolo. –

-¿No se lo explicaron a los nuevos? Os lo cuento en un momento –Se coloca frente a la clase, realizando una curva en la pizarra. – este es un mapa de la inteligencia humana, en un extremo, se encuentra una minoría con baja capacidad intelectual. En otro extremo, se encuentra una minoría extremadamente inteligente y la mayoría se mueve en el medio. Pongamos que la clase es una muestra de la sociedad. Hay quien tiene diez, hay quien tiene cero. El resto se distribuye en el medio, nunca puede haber dos dieces ni dos ceros.

-Entonces, las notas se asignan antes de hacer el examen –Dice mirándolo fijamente. –

-Eso es, si perteneces al veinte por ciento más bajo, suspendes aunque lo hayas hecho bien

-Coño, por eso cateo siempre –exclama Christian. –

-¿Eso no es un poco injusto? –Pregunta Samuel.-

-Chicos, esto os prepara para la vida, ahí fuera, si sois del veinte por ciento que no rinde, no conseguís nada y en el puesto del podio... no puede haber dos personas

-Pero si Romina no necesita eso, ella prácticamente puede vivir una vida de rica y nunca pasaría por nada económico –murmuro un chico del salón. –

-Es por eso que perteneces al veinte por ciento que no rinde –Conteste levantándome de mi lugar, mirándolo fijamente. – si tienes una mentalidad tan vana, pensando solo que porque tengo dinero, me deberían regalar las calificaciones, es que estas muy mal. Tengo estas calificaciones porque yo si estudio, entrego todo a hora y tiempo, me he ganado todo a base de esfuerzo. Si no estás conforme con la nota que se te dio, te invito a estudiar y tratar de superarme.

Sin más que decir, con todo el salón en silencio, tome mis cosas y salí con la cabeza en alto del salón, camine hacia los casilleros de la piscina, cuando lo abrí me encontré con una cajita roja, la guarde en mi bolso, sabía que era de Guzmán, así que camine hacia donde se encontraba.

-Entonces, ¿se supone que debería agradecerte por el regalo? –pregunte mirándolo. –

-Cariño, de verdad que no sé qué te dijo Lu, acerca de que estaba hablando con Nadia –murmuro mirándome. – no podría engañarte a ti, Ro. Tú has sido la única persona que se ha mantenido a mi lado, no podría hacerte daño, al menos no queriendo.

-Guzmán, solo necesito que seas sincero conmigo –me senté a su lado. – confió en ti, siempre hemos sido tú y yo.

-Lo sé, Ro

Sin más que decir, me dio un beso en mí frente, mientras que yo colocaba mi cabeza en su hombro.

-¿Iras conmigo a la gala de este año? –me pregunto después de estar un tiempo en silencio. –

-Pero si eso no se pregunta, cariño –sonreí mientras la miraba. – estaré encantada de ir contigo

-Todos estarán celosos de la hermosa dama que estará a mi lado

-No digas tonterías Guzmán –me reí con él. – por cierto, mi abuelo quiere que cenes con nosotros, los extraña bastante

-Estaré encanto de ir

-Muy bien, le avisare a Ander y Polo, seremos los cuatro, de nuevo –lo bese y me levante. – como en los viejos tiempos

-Te veo en la gala,cariño

INEFABLE/ ELITEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora