NO TE QUIERO PERDER

4.2K 232 17
                                    

Romina POV

Desperté con un terrible dolor de cabeza, ¿la causa? Pasar toda la noche llorando por mi ruptura con Guzmán, estar con el cincos años no era cualquier cosa, así que solo tome una pastilla y me arregle para ir a las encinas. Cuando llegue, camine directo al aula, no tenía humor para aguantar a nadie, hasta que sentí como tomaban mi mano y me metían a los baños.

-¿Pero qué mierda te pasa? –pregunte mirando a Guzmán. –

-Yo... lo siento, no quería hacer eso –se intenta disculpar mientras se acerca a mí pero negando con la cabeza, le pido que no lo haga.

-No mientas, Guzmán. Se sinceró por una vez en tu vida. Si querías hacerlo, estabas disfrutando de ello. ¡Te estabas riendo!

-Lo sé. Pero no pensé en ese momento...

-¡Te pedí que lo dejaras de molestar y no lo hiciste! Samuel nunca te hizo nada, te lo pedí, Guzmán, te lo pedí como amiga y como novia.

-Estaba celoso, siempre lo estas defendiendo, Romina.

-Ni Romina, ni nada. Me he cansado de tus actitudes con Samuel y con los demás.

-Ro, de verdad lo siento –murmuro con la voz quebrada. –

-Guzmán, hazte un favor y deja de pedir perdón. No te perdonare por el momento, solo déjalo.

Guzmán tenia lágrimas en sus ojos, mire como caían una a una. Me dolía verlo así, pero todo eso se lo ha ganado a pulso. En un movimiento desesperado, se acerca a mí y me besa. Cuando recobro la realidad, lo aparto de un empujón.

-¿Qué debo hacer para que me perdones? –comienza a decir desesperado. – ¿Quieres que me arrodille frente a ti y te pida perdón? Lo hare, lo hare si con eso regresas conmigo

Sin más que decir se arrodilla frente a mí, con lágrimas en sus ojos, abrazándome de las piernas

-Por favor, no me dejes Romina –balbucea aun abrazado de mis piernas. – no lo hagas, cariño

-Necesito que me dejes ir, Guzmán –murmure sintiendo las lágrimas en mis mejillas, haciendo mis manos puños, tratando de agarrar valor para dejarlo ir, porque cuando cruzara esa puerta, todo terminaría. –

-Ro

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-Ro... cariño, no te quiero perder –murmuro tomando mi rostro con sus manos, juntando nuestras frentes. – no te puedo perder a ti, nena... no a lo mejor que me ha pasado en la vida.

-Necesitamos un tiempo, Guzmán... ya no te reconozco –murmure con la voz quebrada. – te has convertido en un extraño

Sin más que decir, me separe de él y camine hacia la puerta, al salir tan solo limpie las lágrimas de mi rostro, que no dejaban de salir, sin darme cuenta choque con alguien.

-Perdón –murmure mirando a la persona. –

-¿Te encuentras bien, Romina? –Pregunta Samuel preocupado, tomando mi rostro para verme. – ¿Por qué estas llorando?

-Se ha terminado, Samu –lo abrace y llore en su pecho, el me rodeo con sus brazos. –

-¿Qué se terminó, Romina? La verdad es que no te estoy entendiendo

-Mi relación con Guzmán, se terminó definitivamente

Sin más que decir, camino conmigo hacia los jardines, haciendo que tome asiento en el césped, abrazándome mientras yo seguía llorando.

-Lamento mucho que por mi culpa ustedes terminaran –se lamentó. –

-No tienes por qué disculparte, si el más afectado por los tratos de todos, has sido tu –me separe de el para mirarlo. –

-Bueno, mi madre dice que nada alivia mejor la tristeza que una tarde de películas, chocolate y palomitas –murmuro limpiando mis lágrimas con sus pulgares. – y tú eres una niña demasiado bonita para estar triste, así que, ¿te parece saltarte las clases e ir a mi casa para comer, chocolate, helado, palomitas y una buena película?

-Samu, eres un ángel –le sonreí tomando su mano para levantarme y ayudarlo a levantarse. – ¿Qué estamos esperando?

Esta vez traía mi auto, así que los dos corrimos hacia el estacionamiento y conduje rumbo a su casa, el resto de la tarde la pasamos, entre risas y comiendo todo lo que podíamos, hasta que él fue al baño y yo escuche ruidos fuera de su puerta, con miedo camine y abrí, encontrándome con Nano tirado en el suelo.

-¡mierda! –exclamo tocándose hacia un costado de su torso. –

-¿Qué te ha pasado? –me acerque hacia el tomándolo de la espalda. –

-Nada, ¿Dónde está mi madre y Samu?

-Tu madre en el trabajo y Samu en el baño, ¿le llamo?

-No, que harán preguntas. Ayúdame a levantarme

-Vale, venga –lo tome de su brazo, colocándolo en mis hombros para que se pudiera apoyar, logrando llevarlo dentro de su casa y sentarlo en el sofá. – voy a revisarte

Al levantar su camisa note que tenía una herida, no era lo bastante profunda como para que perforaran algún órgano importante pero si tendrían que suturarla.

-Es un corte de aviso, a la próxima a lo mejor si tendré que ir al hospital –murmuro queriendo explicarle el porqué de su estado. – esto me lo han hecho por deber cuarenta mil pavos

-¿Te han apuñalado por deber cuarenta mil míseros euros?

-Mira, en el mundo real la gente mata por menos, ¿sabes?... aunque para ti esto sea calderilla

-yo te voy a ayudar –tome su mano, apretándola un poco. –

-¿Cómo? Por ahora me sirve que no le digas a mi hermano, ¿vale?

-¿Pero como diablos crees que no le diré?

-Solo... necesito que este sea un pequeño secreto entre los dos, ¿sí?

-Está bien –murmure suspirando rendida. – pero tienes que decírselo, yo te ayudare Nano, no los dejare con estos problemas

Al poco tiempo Samuel llego, le mentimos los dos y sentí un mal sabor de boca por mentirle a la única persona que se preocupó por apoyarme, tome su mano de Samu y caminos hacia su puerta, el trayecto hacia mi casa fue tranquilo, con Samuel siempre me sentía tranquila y con paz.

INEFABLE/ ELITEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora