Capítulo 26: Tu payaso

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El tiempo pareció pararse, la mano la mantenía en la cremallera ahora unos centímetros bajada. Ajenas a mi osadía estaban las otras chicas del escenario que seguían bailando como si la cosa no fuera con ellas, y realmente era verdad.

Amber me miraba con los ojos abiertos y había parado de pasarse la pluma por el cuerpo para detenerla en su hombro izquierdo, estaba esperando mi próximo movimiento al igual que James que me contemplaba con cara de pocos amigos, como cuestionándome que yo no era de hacer eso, que me estaba corrompiendo o algo por el estilo, ai McVey, si tu supieras.

Él que tampoco me quitaba ojo de encima era Connor que había pasado a sujetarse el labio con la mano izquierda y con la otra mantenía agarrado el vaso de whisky, le brillaban los ojos y pensaba que iba a saltar al escenario en cualquier momento.

El grupo de chicos de la esquina tampoco parecían perderse la escena, se daban codazos unos entre otros mientras aplaudían y señalaban, pero había uno que no hacía nada de eso, me miraba, o al menos pienso que lo hacía porque no podía verle la cara. Estaba sentado en la parte de la mesa más lejana al escenario y no movía ni un músculo para mostrar su diversión.

De repente, el tiempo vuelve a correr y todo pasa muy rápido, termino de bajar los últimos centímetros de cremallera y empiezo a deslizar el mono hacia el suelo a la vez que ya se empieza a ver el tirante de mi sujetador de encaje negro.

Amber se tira encima mío literalmente e impide que la tela baje por debajo de mi pecho evitándome un buen espectáculo esperado por tantas personas, en parte le quiero estar agradecida por parar a tiempo mi locura, pero otra parte de mí está enfadada por no dejar rebelarme.

Siempre ha sido ella la que está dando el cante y todos le reímos las gracias, claro ella es la alocada y yo la monja medio muerta que siempre está diciendo las consecuencias de los actos, por una vez quiero ser yo la alocada, la que le dé igual como actuar porque posiblemente mañana ya no me acuerde de nada, la que quiere conservar buenos recuerdos de su adolescencia.

Así que esa parte de mí gana a la de amiga agradecida y pongo mala cara cuando Amber me sube a la fuerza el vestido, o al menos lo intenta, porque no tiene muchas fuerzas.

-Déjame.-consigo decirle a la vez que le arranco las manos del mono para volver a intentar bajármelo, sin embargo, ya es demasiado tarde y Connor ya está en el escenario actuando de salvador y poniéndome la parte superior en el lugar que se suponía que debería estar, en mi cuerpo.

-Creo que deberíamos irnos.-dice James a la vez que abraza a una Amber que no me mira a los ojos.-Sobretodo antes de que nos echen por el espectáculo que acabamos de dar.-aclara mientras conduce a Amber por las escaleras y nos indica que le sigamos.

Connor se queda detrás conmigo y pasa su brazo por mis hombros, me mira con cara de no comprender mis actos, pero a mi no me engaña el rubito, estaba deseando verme en ropa interior por mucho que haya recapacitado y me haya impedido hacerlo.

-¿Estás bien?.-me pregunta Connor mientras me mira a los ojos.

Esa es la última cosa que me hubiera imaginado que me hubieran preguntado, esperaba una reprimenda, unas palabras de hermano mayor, una mirada de menosprecio o incluso unas risas por mi osadía.

-Perfectamente.-le contesto toda orgullosa de mí misma.

-Yo creo que no.-contesta mientras me abraza intentando hacerme que me sienta mejor. No sé por qué pero me siento muy protegida y me doy cuenta de la tontería que he estado apunto de hacer, de lo loca que he podido estar por pensar eso y se me humedecen los ojos.

-Gracias de verdad.-le digo a Connor.

Él me mira con una de sus sonrisas, y me doy cuenta de que siempre hace las cosas para mi beneficio, que siempre piensa en ayudarme y me siento afortunada de tenerlo esta noche conmigo.

Con miedo a equivocarme (Bradley Simpson/ THE VAMPS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora