Pepper

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Cuando Pepper Pots se levantó lo primero en lo que pensó fue en hacerse un buen café cargado. Necesitaba algo que le ayudara a su cerebro a procesar la visita que le había hecho el idiota que tanto amaba.  Como pudo se paso un poco la mano por el cabello y sin prestar mucha atención se puso un suéter azul pastel ligero y largo que estaba en una silla.

No encontró sus pantuflas donde se supone debían estar, pero le restó importancia y caminó hacia la cocina descalza. El suelo de madera estaba limpio y lo suficientemente fresco para relajarla sin despertarla del todo.

En la cocina siguió moviéndose en automático, preparando el café y un desayuno ligero.

Cuando estaba acomodando los platos en la mesa notó algo extraño en su sala, no había volteado a verla así que se sorprendió un poco dando un ligero salto cuando vio a dos muchachos muy conocidos acostados en el sillón, uno sobre el otro.

Después de que tomó su café volvió a ver a los chicos y sonrió. Eran el legado de Tony, ambos se habían metido inconsciente y silenciosamente en el corazón de Pepper y cuando lo notó se prometió cuidar de ambos, actuar como una madre, una tía, una amiga o lo que necesitarán, eran dos grandes brillos de esperanza y alegría que merecían ser felices, y ella haría todo lo que fuera posible para evitar más desgracias en la vida de ambos jóvenes. Deseaba regresarles el favor que ellos le hacían al poner una muy gran sonrisa en el rostro de Morgan.

A pesar de que la imagen era muy adorable tuvo que despertarlos, el primero fue Kenner, este parecía un adorable cachorro con el adorable desastre que era su cabello. Sólo hizo un suave sonido indicando que estaba medio despierto pero que le iba a tomar algo de tiempo ponerse en acción, Pepper le acomodo el cabello a ambos y salió en busca de su mounstrito.

Entró a la habitación de Kenner y vio como la niña estaba a punto de caer de la cama con la boca abierta de la que salía un poco de saliva, roncando y con el cabello mucho peor que el de Kenner. La mano que colgaba de la cama tenía su guante de IronMan con el que sostenía un muñeco cabezón de tela de Spider-Man. Pepper sonrió aún más, sólo cuando estaba con esos tres niños le era difícil dejar de sonreír, y saltó hacia el lado vacío de la cama, agarrando al instante a Morgan y llenandola de besos en la cara. Cuando escuchó a la niña reír se separó y la miró a los ojos.

-Buenos días, corazón, el desayuno ya está listo.

-Buenos días -volvió a abrazarla y Pepper se levantó de la cama, Morgan seguía pegada a su cuello y acariciaba su cabello. De vez en cuando soltaba una pequeña risa.

Cuando entró a la sala pudo ver a ambos chicos despiertos terminando de acomodar todo para el desayuno.
No le sorprendió ver los fluidos movimientos de Peter, sabía que además de ser Spider-Man había estudiado ballet, pero cuando vio a ambos chicos moverse creyó que se leían la mente, ninguno chocaba con el otro, ambos hacían una perfecta coreografía.

-Buenos días, Peps, Morgan -dijo Harley acercándose y dando un beso en la mejilla de la menor la cual se le lanzó riendo con sus mejillas todas rojitas. Harley miró a Peter, ambos sonrieron y Peter se acercó un poco, Harley le lanzó a Morgan y esta gritó de felicidad, Peter la atrapó sin mucho problema.

-¡Una araña bebé cayó del cielo! Que suerte la mía -dijo mientras la movía de un brazo al otro.

-Nop -se quejó.

-¿No qué? ¿No eres una araña bebé?

-No -Pepper y Harley rieron por el puchero de ambos niños.

-Bueno, si no eres una araña bebé ni una araña entonces eres una arañita -Morgan no se vio tan convencida, pero aceptó.

-De acuerdo, arañitas, vamos a desayunar -soltó Harley y todos se sentaron en la pequeña mesa donde los cuatro cabían perfectamente y comenzaron a desayunar, la primera que habló del tema de la visita que recibieron en sueños fue Morgan que estaba tan feliz que no pudieron pararla toda la mañana.

Pepper no trabajaba, claro, de vez en cuando monitoraba todo, pero ahora tenía que aprovechar a su hija, pronto entrará al kinder y dejará de verla por mucho tiempo, le daban ganas de ponerla a estudiar en casa, pero primero tenía que enseñarle todas las opciones.

No debía de aislarla del mundo que logró su padre. Además podía conocer más gente igual de genial y amable que Peter y Harley.

-Deja de robarte mi comida -lloriqueo Peter mientras Harley reía y seguía comiendo y Morgan también intentaba robarle comida.

Ojalá pudiera asegurar que las cosas no empeoraran.

No quiero seguir sin ti (Iron-dad) [Endgame]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora