Capitulo 6

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Pov Camila.

Cuando abrí mis ojos nuevamente lo primero que ví fue a Dinah a mi lado mientras lloraba, recuerdo hablar un poco con ella y luego recuerdo que el Dr. Ogletree entro a la habitación para realizar los debidos exámenes.

Sabía que Dinah estaba preocupada por mi condición y por lo que había pasado aquel día, y a pesar de que ya habían pasado algunos días desde aquel día, ella aún continuaba cuidándome como si me fuera a romper en algún momento.

-No soy tan débil como para tener una niñera. -dije a la nada.

Ese día no me apetecía hacer nada, le dije a Dinah que no viniera al hospital y que no se preocupara por qué solo quería descansar un poco, ella poco convencida acepto y resistió las ganas de venir.

Mire hacia hacia la ventana de mi habitación y suspire mientras veía el gran y extenso cielo azul. Vi algunas aves volar sobre el cielo y me sentí celosa de aquellas afortunadas criaturas que eran libres y podían surcar los cielos sin preocupaciones.

Abrace mis piernas y escondí mi rostro en ellas. Si, estaba cansada de permanecer en aquel hospital debido a mi corazón, pero no iba a cambiar mi decisión, podrán decirme de egoísta o estúpida pero no aceptaría un corazón de otra persona que acaba de morir y perder la oportunidad de disfrutar de la vida solo por qué mi cuerpo decidió nacer con un corazón débil. Había otras personas que si deseaban vivir más del tiempo que su corazón se los permitía.

2 años eran suficientes para mí, con aquel tiempo podía hacer muchas cosas y aunque eso no incluiría casarme. Nadie se casaría con una chica que podría morir pronto.

-Veo que hoy no estás de ánimo. -una voz sonó desde la puerta de la habitación, una voz que no había escuchado desde hace unos días o semanas y que realmente no deseaba escuchar jamás.

-Austin.... -dije sin ocultar mi molestia.

Levanté mi rostro de mis piernas y me acomode mejor para mostrarme fuerte e indiferente ante su presencia.

-tranquila. -sonrió de forma molesta y solo rodé mis ojos mostrando mi molestia ante su presencia. -Solo vine por qué estoy preocupado por tí. -dijo utilizando un tono de voz de falsa preocupación.

-No estás preocupado, solo quieres fastidiarme. -dije con enojo y el solo sonrió con satisfacción. Maldición estaba reaccionando como el esperaba. -sal de mi habitación antes de que llámame a una enfermera y haga que te saquen los de seguridad. -amenacé con enojo.

El soltó una risa muy molesta y camino unos pasos hacia mi con aquella sonrisa arrogante y molesta.

-Largate. -ordene con enojó y tomando una de mis almohadas golpeé a el estúpido en su estúpido y feo rostro.

-Mierda Camila. -dijo mientras se acomodaba el cabello. -comienzo a recordar por qué rompimos. -dijo con un tono de molestia en su voz y eso solo me enfureció.

-Si, tu eras un gilipollas caliente que se follo a media escuela cuando yo salía contigo. -dije con rabia mientras me levantaba y sentía mi sangre hervir.

Lo odiaba. Odiaba con todo mi ser a este miserable.

-Vamos Camila, tu no querías acostarte conmigo. ¿Que esperabas que hiciera? ¿Quedarme con las ganas? -lo decía con tanto indignación, que me hacía ver a mi como la única culpable. - Jamás te insulte o trate mal cuando salíamos, te compre cada uno de tus caprichos y te hice feliz. -dijo o más bien me reprochó.

Las lágrimas comenzaron a hacerse presentes en mis ojos al recordar nuestros días como novios. Todo había sido una vil mentira para que yo aceptará acostarme con el, nada había sido real, todo fríamente calculado y cruelmente realizado.

Austin era el responsable por la cual yo me encontraba en el hospital.

No podía seguir con esto... Me dolía y lo odiaba por seguir teniendo el poder de lastimarme. Así que tome uno de los floreros que se encontraban en la habitación y con mi mente nublada por la ira que sentía en ese momento lo lancé.

No recuerdo muy bien que pasó después de aquello, pero recuerdo el sonido de aquel florero al romperse, al igual que el grito e insultos de Austin, pero también recuerdo el dolor punzante en mi pecho.

Era lo mismo que había pasado el día que descubrí las verdaderas intenciones de Austin.

*

Desperté recostada en mi cama, gire levemente mi cabeza hacia un lado y note en uno de mis brazos una intravenosa, el constante sonido del monitor cardíaco comenzó a molestarme pero sabía que nada bueno saciará al quitarlo.

Intenté hacer memoria de como me había quedado dormida pero me sentía algo mareada, tal vez me habían medicado.

Gire mi cabeza hacia el otro lado de la habitación y me encontré con una mujer de pie en la entrada de aquel cuarto, era hermosa y sus ojos eran lo que más me habían llamada la atención.

Ojos color océano.

No sabría decir con exactitud cuánto tiempo nuestras miradas estuvieron conectadas pero recuerdo el movimiento de sus labios al intentar decirme algo antes de que cerrará los ojos debido al cansancio y la medicina.

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