Capítulo 2

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Seguimos caminando. No sabía a dónde íbamos, pero cada vez hacía más frío. Cada vez el sol se ocultaba más. Intenté preguntarle algo a R.R, pero ella me lo impidió, pusiéndome en la boca una de sus manos. Se quedó parada unos minutos mirando al horizonte.

- Silencio -susurró en mi oído - Ocúltate detrás de una roca o algo. ¡Rápido!

Yo asentí con la cabeza. Miré a mi alrededor en busca de un escondite. No era lo suficientemente grande para dos personas, pero al menos nos podíamos ocultar. Señalé con mi mano la roca, y las dos corrimos hacia allí. Esperamos unos minutos. Cuando parecía que nada iba a pasar, algo se acercaba. No podía verlo, algo me lo impedía. Esperé a que lo que fuera eso desapareciera. R.R me miró con unos ojos muy serios. Me cogió de la mano. Se levantó sin hacer ruido y me indicó que me levantara. R.R y yo salimos de nuestro escondite

-¿Qué era eso? - pregunté extrañada.

- Nada. Sigue caminando - dijo R.R

Me levanté de un salto y la seguí. Era muy rápida.

Al fin, llegamos a nuestro destino. Era un anillo de hielo gigante. Era asombroso. Estuve admirándolo un buen rato. Cuando terminé de verlo, R.R había desaparecido. Divisé una persona lejos, con ropa de color negro, así que me fui corriendo hacia allí. Me costó correr por la nieve, que extrañamente se había formado a mi alrededor. Mis pies se undían en la nieve, formando huellas de increíbles formas. Aquella persona no se movía. Parecía que estaba esperando a alguien.

Estaba a punto de llegar a esa figura, cuando una voz dulce sonó detrás de mí:

- Estoy aquí. No le hagas caso a ella.

Me giré para ver quién era. Era alguien exactamente como R.R. Miré exactamente igual que R.R. Sentía algo extraño en mi interior. Cerré los ojos y respiré profundamente. Intenté calmarme. ¿Qué podía ser aquello? ¿Una trampa para conducirme a quién me había encerrado en aquel lugar? Me acerqué a ver a la R.R que tenía delante de mí. Parecía la R.R que había conocido hace poco. Me fui al centro, dónde dos personas me rodeaban. Miré a la R.R que tenía detrás. de mí, había alguien delante

Era la de siempre, pero me miraba con unos ojos muy dulces, pero un poco extraños a la vez. Lentamente me fui al centro. Me quedé unos minutos quieta mirando delante de mí. Sentía frío en cada parte de mi cuerpo, y miré a mi alrededor. La nieve me rodeaba, y parecía la única a la que le rodeaba, pues las dos personas que me rodeaban estaban intactas. Yo, en cambio, tenía hasta nieve en el pelo.

No sabía que hacer. Si me quedaba allí parada, la nieve me cubriría y me quedaría atrapada. Y si me iba con la R.R equivocada, volvería a ese lugar sombrío y oscuro. Cerré los ojos, y empezé a caminar. Lentamente iba caminando hacia donde mi instinto me llevara.

Lentamente abrí los ojos. Sólo pude ver nieve. Miré detrás de mí. Las dos R.R venían a por mí. Intenté quitar la nieve que había delante, pero se había convertido en una pared de hielo que me impedía escapar.

Pensé que sería mi fin. Que ya no volvería a escapar. Que volvería a ese lugar y que me quedaría allí para siempre. Cerré los ojos decidida, esperando a que pasara, y esperando sin temor a volver allí.

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R.R se encontraba en medio del anillo de hielo. Corría, intentando escapar. Pero le era imposible. Estaba atrapada. Hizo un esfuerzo para quitarse las cadenas de hielo que la atrapaban allí. El hielo cada vez se congelaba más, y las cadenas se empezaban a romper.

Tiraba con más fuerza esperando a que se rompieran de una vez y escapar. Y poder ir a por Ella. La que podría ayudarla, y a los demás. Suspirando, hizo mucho más esfuerzo y lo consiguió. Era libre. Podía salir de allí, e ir con Ella, y decirle lo que debía de decirle. El anillo de hielo era inmenso, y la posibilidad de salir de allí era minúscula. Había mucha nieve, empezaba a nevar con mucha fuerza, y empezaba a ver mucha niebla. Pero a R.R no le importó, y siguió corriendo en busca de una salida.

R.R se cansaba cada vez más. La nieve la retenía cada vez más, y le cortaba cada vez más el camino. Intentaba quitarla con las manos, pero si quitaba un poco de nieve, caía con más fuerza, y le cortaba aún más el camino. Era imposible salir de allí. O eso era lo que pensaba ella.

Las fuerzas la abandonaron. Ya le era imposible caminar, sólo podía quedarse ahí sentada, esperando a que se congelara por el frío, y sin poder guiar a Ella por ese mundo tan extraño en el que se encontraban. Sin esperanzas de salir. Miró hacia delante, para ver si había alguna salida, y poder escapar de allí, y descansar. Pero la nieve la rodeaba cada vez más, atrapándola. Cerró los ojos para descansar un poco. Pero le era imposible. El frío la mantenía despierta y la congelaba más.

Pudo ver una sombra que se acercaba a ella, pero que no quería acercarse demasiado para que R.R le viera. Pero ella reconoció quien era enseguida.

- ¡Tú! Sabía que ibas a hacer algo así. La querías para arrebatarle su poder. Y le engañaste a su amiga para que te la entregara - digo R.R

- Cierto - dijo una voz en la niebla - Pero creía que no te atreverías a ir a por Ella y rescatarla, y traerla aquí, un lugar alejado para decirle lo importante que es Ella.

- Soy capaz de hacer más de lo que tú crees - dijo R.R furiosa.

- Y dime, ¿dónde está Ella? - dijo la voz con un tono amenazador

- No lo sé. La perdí de vista cuando me cogiste y me encerraste aquí - dijo R.R

La persona que se ocultaba no dijo nada. Se fue dejando a R.R atrapada y sola, sin esperanzas de salir de allí, pensando que cogerían a Ella, y que no se podría salvar su mundo.

Una fuerza la recorrió por dentro. Era suave y cálida. Llena de cariño, de amor. Le dió fuerzas para seguir caminado y escapar. No perdió el tiempo. Siguió caminando y cada vez iba más deprisa, con esperanzas de escapar de allí. Con esperanzas de que su mundo se podía salvar, con Ella.

Mientras corría, pensó en Ella. Sus ojos verdes esmeralda, cálidos y dulces es lo que le daba fuerzas.

R.R seguía corriendo. Su fuerza, y esa energía de cariño y amor que la llenaba por dentro hacía que la nieve se derritiera y le dejara pasar por los caminos que cortaba. Cada vez creía con más fuerza que escaparía, y que ayudaría a Ella, y que le ayudaría descubrir quién es un realidad. Que no era una persona normal.

Corría con una gran sonrisa iluminando su rostro. Alegrando su ser. Se encontró con una pared de hielo, que seguramente sería la salida. Cerró los ojos, sonrió y tocó con la mano la pared de hielo, dándole todo su calor. La pared se derritió, y pudo salir allí, con nieve en el pelo y en la ropa, pero aquello no le importó y siguió corriendo hacia dónde Ella estaba.

Al principio, R.R no sabía dónde podía estar Ella, pero la energía que la protegía la guiaba hacia Ella.

Sabía que estaba muy lejos, pero daba cada paso con decisión, pensando que con cada paso estaba cada vez más cerca de Ella.

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Abrí los ojos. Las dos R.R se transformaron en dos personas normales, pero con una especie de aura de misterio. La pared de hielo me llevaba hacia las dos personas que querían atraparme. Sentía que pronto iba a desaparecer. Las dos personas estaban muy lejos pero aún así me atraparían tarde o temprano. Dejé atrás las esperanzas de que saldría de allí con vida. Sabía que era imposible no volver a ese lugar.

Me di la vuelta, mirando a la pared de hielo. La toqué con mi mano, cerré los ojos. Sentía que la pared de hielo se hacía cada vez más pequeña.

Abrí los ojos. La pared de hielo se había derretido. No dudé y salí corriendo, intentando escapar de aquellas personas. Quería escapar, aunque pareciera imposible. Tenía miedo, pero intentaba no pensar en aquello. Aquellas personas estaban lejos, pero si me paraba, había más posibilidades de que me cogieran.

Busqué un escondite para esconderme hasta que se fueran. Pero no lo encontré. Seguí corriendo, por unas grutas de cristal.

Fin del segundo capítulo.

Escribí esto a mis 11 años: una supuesta historia de fantasía, amor y drama.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora