R.R corría sin pensar a dónde se dirigía. Sólo sabía que iba a por Ella. A por su amiga, de ojos verdes esmeralda, que le daba las fuerzas necesarias para poder correr, caminar, pensar, hablar.
Sintió que la tenía cerca, muy cerca. Sabía que Ella estaba más cerca de lo que creía. Hizo un esfuerzo para ir mucho más deprisa. Sabía que no iba a llegar a tiempo. Cerró los ojos, se paró un momento, y tocó la nieve con sus manos, se concentró y pensó en Ella. Sintió que se movía sin quererlo, pero no le importó. Abrió los ojos lentamente cuando notó que tenía los pies en el suelo.
Se encontraba en unas grutas de cristal. Estaba rodeada de preciosos cristales. Dejo de mirarlos y siguió corriendo. Corrío mucho más rápido de lo normal. Corría por Ella. Pudo ver a alguien corriendo, llevaba el pelo recogido con una trenza, que se movía de derecha a izquierda. Hizo un esfuerzo todavía mayor para correr más rápido. Alcanzó a aquella persona. La miró a los ojos, haciendo que las dos se pararan. R.R vió que era Ella. Ella vió que era R.R. se miraron a los ojos durante un minuto. Las dos sonrieron y siguieron corriendo, intentando escapar.
- ¿R.R? - pregunté extrañada.
- ¿Rmarina? - preguntó R.R
Las dos nos miramos a los ojos. Los ojos de R.R brillaron por un momento. Compartimos una sonrisa. Juntamos nuestras manos. Se produjo un destello de luz en medio de la gruta de cristal, que deslumbró a las dos personas que nos perseguían, y que hizo que se pararan, y corrimos hacia la salida.
Una luz iluminó nuestros rostros. Estábamos muy cansadas. Caminamos hacia un árbol para tumbarnos a su sombra. Cerré los ojos por un momento, y me dormí profundamente. R.R sonrió. Caminó hacia un río que estaba a nuestro lado. Se sentó al lado del río. El sonido del agua era relajante. R.R sonrió, y caminó hacia delante, dejándome allí.
R.R volvió al cabo de unos minutos. Se sentó a mi lado, como si no hubiera pasado nada en realidad. Suspiró un poco agotada. Tenía que decirle a Ella todo. Que era la única capaz de ayudarla. Me miró con una bella sonrisa iluminando su rostro. Sus ojos brillaron por un momento al mirarme.
Ya era por la noche. R.R intentaba seguir el viaje, pero era imposible. Había demasiadas patrullas por delante, y si las veían se llevarían a Ella. Me miró por un momento. Me tocó la frente, y se sentó a mi lado, esperando a que me despertara.
Me desperté al amanecer. R.R me miró con unos ojos dulces llenos de pasión y con una sonrisa en sus labios, me abrazó. Era un abrazo lleno de amor. La miré otra vez a los ojos. Sus ojos, que antes habían sido serios, ahora eran dulces. Me levanté lentamente. Me tuve que apoyar en un árbol. Me sentía débil. Pero me dirigi hacia R.R, que estaba un poco lejos. Se dirigía hacia un pueblo pequeño.
- Hola, R.R - dije con un hilo de voz.
- Hola, R.M - me respondió R.R, feliz.
- Tengo que preguntarte algo - dije seriamente.
- Dime, ¿qué quieres saber? - dijo R.R suavemente.
- ¿Dónde estabas cuando yo estaba siendo engañada por dos personas iguales que tú? - pregunté con decisión.
R.R se paró en medio del camino.
- ¿Dónde estabas? - pregunté.
R.R dudó. ¿Debía decirle que había estaba prisionera en el anillo de hielo? ¿Que la estaban buscando por ser Ella? ¿Que en realidad ella no era una persona del todo normal? ¿Que estaban en otro lugar? No era el momento adecuado para decírselo todo. No de golpe. Además, estaban muy cerca de una patrulla. Si las escuchaban, la cogerían.
- R.M, no es el mejor momento para decirte todo lo que tengo que decirte. Necesito decírtelo en un lugar mucho más alejado. Es importante - dijo R.R con frialdad.
No respondí. Miré hacia abajo. R.R se volvió hacia a mí. Me sonrió. Sonreí también.
- Lo entiendo. Pero ¿tan importante es? - dije yo.
- Sí. Nos vamos a un lugar alejado, y allí te lo contaré todo. Lo prometo - me dijo R.R con una sonrisa.
Yo asentí con la cabeza, y seguí a R.R. Su pelo corto se movía con el viento. Andábamos juntas hablando. Éramos inseparables. No nos separábamos. <<Es como si ya la conociera desde siempre>>. pensé <<No lo entiendo>> . Aparté ese pensamiento de mi mente y seguí a R.R.
Por el horizonte se divisaron unas montañas. Miré a R.R. R.R me miró. Las dos nos reímos a la vez.
- ¿Es ahí? - pregunté.
- Si. Pero primero tenemos que ver si hay alguien. Si hay alguien nos vamos a otra parte, y si no hay nadie te o diré todo allí. ¿Te parece bien? -dijo R.R
Yo asentí con la cabeza. Nos dirigimos a aquellas montañas. Caminamos un buen rato. Yo me quedé sentada mientras R.R iba a mirar si había alguien. R.R se había ido hace mucho tiempo, y yo empezaba a aburrime. Cerré los ojos. Sentí un leve temblor bajo mis pies. Abrí los ojos. Todo estaba como antes. No le di importancia. Me senté en el suelo. Miré a mi alrededor.
R.R avanzaba por los estrechos senderos que había por las montañas. R.R estaba alerta todo el tiempo. Tenía que vigilar por si alguien venía a por Ella. Estaba a punto de volver, cuando una voz sonó detrás de ella:
- Has venido con Ella ¿verdad?
- ¡Atrévete a tocarla y te arrepentirás! gritó R.R furiosa
- No la tocaré. Solamente la quiero para mí - dijo la voz.
- Ni si te ocurra. Déjanos en paz. Puedes hacerme todo lo que quieras, pero ni se te ocurra hacerle nada a Ella - dijo R.R
Nadie respondió. R.R se dió cuenta de lo iba a suceder. Se fue corriendo hacia donde me había dejado sola.
- No debería haber dejado sola a Ella - dijo R.R.
R.R hizo un esfuerzo para llegar a mí.---
Me levanté al oír un estruendo. Me fui corriendo hacia dónde se había ido R.R muy preocupada. No podía correr mucho, pero hacía lo que podía. Pude ver a alguien corriendo hacia mí. Hice un esfuerzo por ir rápido. Caí en el suelo, sin fuerzas para levantarme. Sonreí al ver que era R.R quien venía corriendo. Intenté levantarme. Me costaba mucho caminar. R.R llegó hacia mí. Me abrazó. Me ayudó a caminar. Juntas conseguimos salir de aquel lugar.
- Había alguien ¿verdad? - pregunté.
- Si. Todos los sitios están vigilados. Pero creo que hay uno que sigue sin estar vigilado - dijo R.R.
- Espero que haya un lugar en el que me digas todo - dije, con un tono cansado.
- Lo habrá, no te preocupes - dijo R.R
Sonreí. R.R también. Nos dimos la manos y caminamos por allí, buscando un lugar que no estuviera vigilado por las patrullas.
Llevábamos días caminando. El paisaje siempre era el mismo. Los días pasaban lentamente. Sólo parábamos para comer y descansar por las noches. Nuestro viaje era muy importante, y a veces resultaba peligroso. Había demasiadas patrullas por todos lados.
R.R nunca perdía aquella sonrisa que iluminaba su rostro. La primera vez que la vi con aquella sonrisa me resultó muy extraño. La R.R que me había rescatado y ayudado no sonreía. Sólo miraba a las demás cosas como... peligrosas. Algo había cambiado en su interior. Y no sabía si eso era bueno o malo.
Llegamos a una cueva muy oscura. R.R decidió entrar primero, para ver si había alguien. Pasó mucho tiempo, y R.R no volvía. Decidí entrar para ver si estaba bien. La cueva estaba oscura. No se podía ver bien. Yo seguía caminando despacio, pero con decisión, sin darle importancia a lo que podía haber allí. Lo único que me importaba era ir con mi amiga. Pasara lo que pasara. No me importaba lo demás. Sólo me importaba mi amiga. Me di cuenta de que una energía recorría mi interior. Me dió fuerzas para poder seguir, e ir mucho más rápido.
Fin del capítulo 3
ESTÁS LEYENDO
Escribí esto a mis 11 años: una supuesta historia de fantasía, amor y drama.
FantasyEncontré esta cosa que escribí a mis 11 años y el mundo debe leerla. Fue una época oscura y muy emo. Sé que da asco y en su momento estaba muy orgullosa del resultado. No he modificado absolutamente nada, está cómo se escribió hace casi seis años. T...