Caminé y caminé hasta que mis pies sangraban, hasta que mis pulmones escaseaban de oxígeno y mi cuerpo entero perdía todas sus fuerzas. Pero aún permanencia intacta aquella convicción de dar más de mi. La esperanza fue mi único motor y el bálsamo para no caer en la desesperación.
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¡Tengo Algo Que Decir!
Literatura FemininaSiempre habrá mucho por decir y mucho que transmitir a través de las palabras «Las palabras son mi espada y escudo»