Prologo

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Mis ojos se abren, lentamente

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Mis ojos se abren, lentamente. Mi familiar amigo hace presencia apenas soy consciente, el dolor de cabeza.

Vuelvo a cerrar los ojos y giro mi cabeza, alejando mis ojos del sol. Suspiro y vuelvo a abrirlos, al ver una toalla blanca en el suelo, enseguida deduzco que estoy en un hotel.

Estuve en tantos que ya reconozco sus toallas.

Un cosquilleo recorre mi lado izquierdo, hay alguien mas en la cama.

Apoyo mis antebrazos en esta y giro mi cabeza, mis cejas se levantan al ver una gigante espalda, junto a un negro cabello. Me quedo unos segundos en sus musculos, pero sacudo la cabeza.

Hago una mueca cuando un dolor se abarca en mis caderas, al momento de mover mis piernas. Lo miro unos segundos más, si que es bruto.

Sera un recuerdo de que la pase bien.

Apretando mis labios, me muevo sigilosamente fuera de la cama. Mirando cada cinco segundos, procurando que no me vea.

Mientras busco mi vestido, pienso en que sucedió la noche anterior.

Mmh, muchos vasos de tequilas nublan mi mente. Supongo que de eso se baso mi noche. Oh, también los tacos del mediodia.

Me encanta Mexico.

Cuando veo el destello rojo del vestido, sonrio y lo alcanzo. Miro hacia la ventana mientras me lo coloco. El sol no esta tan fuerte, significa que es temprano. Tengo tiempo para desayunar, hacerme una amiga en un bar y convencerla de salir a la noche.

Exacto como hice ayer, y antes de ayer, y básicamente desde que tengo memoria.

Tomo mis zapatos con mi mano y con la otra acomodo mi cabello, mientras me dirijo a la puerta.

Me detengo antes de tomar el pomo, giro mi cabeza hacia el. Su espalda es linda, sus brazos también, su cabello también, ¿el lo sera?

No soy alguien curiosa, pero verle el rostro no me hara nada.

Aun manteniendo mis pasos sigilosos, procurando no pisar nada, me acerco a su lado de la cama. Entre mas me acerco, más mi cabeza se asoma.

Entreabro la boca y luego sonrio al verlo. Que genia que soy, yo me folle eso anoche.

Me arrodillo y me acerco a su rostro, se ve tan tierno. De seguro es de aqui, cada mexicano que conoci fue un pan de dios.

Mis dedos cosquillean por tocarlo, mi lado brujo reclama saber de su vida, de el, como se llama. Hago una mueca.

Supongo que no tiene nada de malo ser chismosa aqui, después de todo, puedo ser quien yo quiera.

Sonrio levemente. Es tan divertido simular ser alguien, nunca me intereso en hacer las cosas bien, de todos modos.

Señora del Alfa (ACTUALIZACIONES LENTAS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora