La observo de reojo. ¿Como demonios es que no tenga ni un poco de modales?, parece una niña rebelde en una guarderia.
Incluso esta cantando, quien sabe que canción.
— Grace, deja de patear el asiento.— Bajo sus pies. Bufa y tira su cabeza hacia atras
— Hace calor. Enciende el aire.— Se abanica con su mano, mientras sujeta su cabello. Mi mirada se queda unos segundos en su cuello, en el movimiento de su mandibula, y sus clavículas
Cosquilleo por tomarla y besar cada parte de su piel. Pero no aqui, no es apropiado en una limosina. Menos mal que tengo suficiente autocontrol, porque su aroma me esta nublando.
No se que hizo, pero lo volví a sentir.
Significa que queria que la encontremos, es bueno.
— Quedate quieta, ya llegamos.— Vuelvo a mirar hacia adelante, pero a los segundos siento su dedo clavarse en mi mejilla
— Luces muy sexy en esa posición.— Me mantengo quieto y ignoro cuando se acerca— Apuesto que lucirías mas sexy conmigo encima tuyo.— Aprieto mi mandibula
Demonios, es difícil controlarse si provoca de esa manera. Tomarla aqui luce demasiado tentador, pero prohibido. Ademas, aun sigue ebria.
— Tomaste demasiado.— Alejo su mano— Te daras un baño.
— ¿Siempre fuiste una maquina de dar ordenes?— Tira su cuerpo hacia atras y estira sus piernas, colocándolas encima de las mias. Observo la piel suave de estas, me controlo a no tocarlas— Encima son todas aburridas. Si me dices que das ordenes mas divertidas, tal vez te obedeceria.— Frunzo el ceño
— ¿Ordenes divertidas?— La miro
Inclina su cabeza y me mira, sonríe de lado mientras arquea las cejas. Suspiro y vuelvo a mirar hacia adelante.
Tiene la mente demasiado depravada.
Y quiere que lo seas.
¿Cómo se le ocurre que de esa clase de ordenes?
Entrecierro los ojos, mientras empiezo a imaginar. Nunca lo imaginé en realidad. La verdad, no se ve tan lejano como pense.
Sacudo la cabeza, no sucedera.
— ¡Me aburro!— Cierro los ojos unos segundos— ¡Elian!— Lloriquea, saca sus piernas de las mias y se arrodilla, acercándose a mi— ¿Vienes a buscarme y no me das un beso?
La miro.
Sera cinica.
— Huiste de mi, de vuelta. Me dejaste en una cama, de vuelta. Creo que estoy demasiado enojado para concederte un beso.— Frunce el ceño. Miro hacia la ventana— Ademas, parece que disfrutabas los besos de otro.
ESTÁS LEYENDO
Señora del Alfa (ACTUALIZACIONES LENTAS)
Hombres LoboElian Miller vivió toda su vida solo, en todos los sentidos. Su vida siempre careció de atención, de cariño, de amor. Lo unico que lo mantenía cuerdo era su poderio y mantener estable a la manada. En una noche, una chispa de esperanza aparece al en...