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Jungkook tenía seis años cuando una de las personas que más ama en la vida lo abandona; y a pesar de los esfuerzos de su mamá por querer hacerlo feliz, él no puede dejar de estar triste del todo.
Un día ve movimiento en la casa...
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Jungkook jamás ha dudado de cuánto es que ama a Taehyung. Él no tiene idea de si hubo un momento exacto en el que empezó a quererlo, o si simplemente fue natural y automático cuando lo conoció; lo único que sabe es que Taehyung fue especial desde el primer instante en el que entró en su vida. Jungkook sabe que cuando cayó en la cuenta y pudo asumirlo, el amor que sentía por ese chico estaba desbordándose de él. Puede que él no sepa demasiadas cosas acerca del destino y el futuro, pero si hay algo que sabe a ciencia cierta, eso es que no puede imaginar tener una vida distinta, sin Taehyung en ella. Él está muy seguro acerca de la fuerza de los sentimientos que el omega despierta en su ser y nunca ha tenido conflictos por eso.
Jungkook sabe que Taehyung lo aprecia, lo ve en sus ojos y en su forma dulce de ser; cuando Taehyung lo besa y le dice que lo ama hay burbujas explotando en su estómago y calidez instalándose en su corazón. Jungkook no es inseguro acerca de cuán verdaderas son sus palabras, porque confía ciegamente en él; y no es simplemente por amor o instinto, es así porque sabe que las manos de Taehyung son completamente buenas para dejarse fluir entre ellas y ser auténtico con lo que siente. Jungkook sabe que es alguien en la vida de Taehyung, que han compartido un camino y han experimentado lo que crecer significa mientras se tienen el uno al otro. El alfa nunca ha dudado acerca de la autenticidad y el valor del cariño de Taehyung, porque lo siente y experimenta tan de cerca que se vuelve tangible en muchas ocasiones.
Sin embargo, hay una parte minúscula de él que se le escapa en contadas circunstancias. Es una parte de la que no está orgulloso en absoluto, una parte que lastima y crea caos cuando aparece. Sabe a la perfección de dónde proviene y por qué lo afecta tanto, pero también sabe que no es su culpa en absoluto y que no puede hacer nada para remediarlo. Es esta pequeña parte de su alma que sigue rota a través de los años y que se quebró cuando su padre se fue, es algo que es duro de sobrellevar y de aceptar, y aun así es algo con lo que ha tenido que vivir desde que tiene memoria. Es la inseguridad de no ser lo suficientemente importante, y la ansiedad que le provoca la idea de ser abandonado.
Recuerda a la perfección la sensación de ahogo y vacío que experimentó cuando vio a Taehyung en brazos de Hoseok aquella vez, y recuerda como todo fue confuso y doloroso hasta que las cosas volvieron a la normalidad. Y sabe que tiene que ver con que Taehyung fuera su destinado, pero también sabe que su idea de no ser suficiente fue lo que hizo todo mucho más complejo. La fuerza de ese sentimiento de desazón no es agradable en absoluto, pero no es algo que él pueda manejar y a lo que pueda poner límites.
Desde que esta idea surgió en su cerebro, la parte más racional de su instinto se dedicó a decirle que es absurdo y que debería dejar de pensar en ello; pero esta parte minúscula y poderosa simplemente revuelve todo y hace las cosas difíciles cuando el tema sale a colación.
Jungkook es tal vez, después de Jimin, la persona más orgullosa del avance que Taehyung pudo hacer en cuanto a relaciones sociales. Todavía sigue siendo maravilloso descubrir cómo puede hablar con seguridad con otras personas y moverse con soltura, sin miedo alguno por quién o qué es. Es algo que le ha tomado un tiempo, es algo que siempre lo ha condicionado y es algo en lo que se ha esforzado bastante. Jungkook es el más feliz cuando la noticia de nuevos amigos llega, sobre todo ahora cuando su carrera ha terminado y él pasa muchas horas en oficinas y laboratorios deportivos.
