You. Me. Together (Martin Garrix) CANCELADA

Capítulo IV

Capítulo IV

-¿Asqueroso? ¿Yo? No, nena, hay una línea entre ser extremadamente irresistible y ser un asqueroso -dijo agarrando uno de mis brazos.

-De la cual tú ya cruzaste la frontera hacia lo repugnante, Garrix -respondí y sonrió obligándome a quedar a tan solo milímetros de él.

-¿Desde cuando soy Garrix y no Martin? -preguntó arrogante.

-Veamos... Desde haber visto eso -contesté. Garrix sonrió y se alejó de mí.

-¿No quieres saber donde dormirás? -preguntó.

-No dejaré a Cristina, no tengo fe en ti, Garrix -comenté.

-Tranquila, Josh se quedará con ella -respondió.

-Al menos sé que si algo sucede, Cristina se defenderá -dije siguiendo a Garrix por las escaleras.

-Bienvenida a la suite presidencial, adivina, es mi cuarto -dijo Garritsen y casi me atraganto.

-¿Qué? Ni loca, no lo haré, Garrix -dije.

-Tenemos una apuesta, belleza, si quieres irte, puedes hacerlo -susurró acercándose.

-Prefiero morir, antes de perder contra ti, inútil -mascullé apretando los dientes.

-Imagínalo, tú y yo, en la cama, juntos... Todo puede pasar, nena -murmuró acariciando mi espalda por debajo de la blusa.

-Si planeas tener sexo conmigo, deberías aprender a jugar mejor -murmuré haciendo que una media sonrisa apareciera en su rostro.

-Planeo tener más que sexo contigo, planeo volverte loca -susurró.

-Lamento desilucionarte, pero la primera imagen de ti con tu prima, no es un beneficio, ¡Te felicito! Te acostaste con ella -gruñí. Su mano seguía recorriendo mi espalda, jugueteando con el corpiño de mi sostén.

-¿Quieres que lo admita? Sí, me acosté con ella y fue lo mejor, a menos de que te conozca a ti en la cama... Deberías saber que tengo altas expectativas -dijo rozando mi cuello con su boca. Contraataca, me ordené. Lentamente subí mis manos por su abdomen hasta enredarlas en su nuca y acariciar su cabello.

-¿Altas expectativas? Mmm, la verdad, no sé si podría romper el record... Te daré una idea de como soy en la cama, te hato las manos y beso cada parte de tu cuerpo sin control -dije y sentí como él se quedaba helado.

-¿De verdad? -musitó.

-Si quieres que te lo pruebe, lo haré... No quieres saber como muerdo -seguí. -Pero como no pienso ser un peón en tu juego de ajedrez, no me veras desnuda ni tendré sexo contigo -finalicé. Garrix rió.

-Tengo un mes para acostarme contigo, fiera, si no lo logro seré un estúpido y le dirás a todo el mundo que domaste al gran y fabuloso Martin Garrix -dijo petulante.

-Tú lo dijiste, yo no -contesté.

-En una hora vendrás con nosotros a una fiesta, allí comenzará nuestro juego -dijo él.

-Es oficial -mascullé alejandome. Salí de allí y Mía estaba afuera.

-Realmente me caes bien, Katherine... Ven, te daré detalles para ser una fuerte contrincante en su jueguito -dijo ella sonriendo con malicia.

-Gracias, Mía -respondí sonriente.

-Ven -dijo y la seguí hasta su recámara. Me pasó ropa y me obligó a ponérmela. Luego de unos minutos, Cristina llegó con un bello vestido de su estilo. Yo salí del baño y ella abrió los ojos. Llevaba puesta una falda negra con tacones negros y una blusita que llegaba hasta un poco más arriba de la cintura, ambos tirantes esran cadenas doradas que mostraban bastange piel. Mía me maquilló delineando y resaltando todos los puntos que ella decía, captarían a Martin enseguida.