CAPÍTULO XXX

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Por un momento se detuvo el tiempo al escuchar que tal vez podían sellar ese poder de doble filo, sería lo único que faltaba para que ambos fueran felices.

-Hace mucho tiempo en el reino de los seres del cielo se creó este pequeño objeto en forma de luna para proteger a la reina de ese lugar, aquella mujer era una humana, que se enamoró del primogénito del rey celestial, y cuando este murió, ellos unieron sus vidas, muchas cosas sucedieron y huí de ese lugar con esto, aún no se que sucedió con ellos, voy a conjurar esto para que pueda usarlo- la sacerdotisa pretendía retirarse del lugar con un pequeño destello de nostalgia en sus ojos, aquella anciana siempre amable mostraba un deje de tristeza por primera vez.

-¿Por qué quiere ayudarme? - era bien sabido que Dororo siempre había sido muy desconfiada, pero aún así quería conocer a qué se estaba exponiendo y si al final la anciana quería su poder para algún fin desconocido. Hyakkimaru se percató de que aquello no era de su incumbencia, bueno si lo hera pero esta sobrando, llamó por su nombre a su compañera para decirle que se adelantaría a revisar como estaba la situación en la aldea, ella asintió aliviada porque podría hablar con la anciana Nozomi.

-Y bien, va a decirme el ¿por qué? - Dororo estaba impaciente, no es que desconfiara de la sacerdotisa, es solo que la ida ha sido tan difícil para ella que ya no puede fiarse ni de su propia sombra, solo confía en él.

-Entonces será que nos sentemos a tomar el té también, esta historia es muy larga- la mayor comenzó su recorrido hacia su cabaña seguido de la chica que acomodaba las mangas de su vestimenta.

FLASHBACK NOZOMI

Cómo te lo he dicho pequeña, esto ha sucedido hace más de 500 años, el poder que reside ahora en tu cuerpo es descomunal, y muy buscado por los seres más perversos, pero créeme que el mayor riesgo es el drenaje, este objeto que usarás perteneció A Koemi, ella era una simple humana que juntaba hierbas medicinales en un bosque, y sin querer se topó con un habitante del reino celestial, este reino está en el cielo, y las personas de ahí solo pueden bajar a este mundo cada 8 años, durante 3 lunas, de lo contrario desaparecerán sin dejar rastro, los humanos nos pueden llegar así como así a ese lugar sagrado, pero si un ser te lleva lo lograrás, el punto es que esta joven ayudó al príncipe Hayato, quien fue expulsado por su hermano malvado, estaba mal herido y por sí sólo sería incapaz de regresar y reclamar el trono, pero Koemi lo ayudó, lo curó y lo alimento durante dos noches al tercer día el regresaría a su mundo y así fue, pero en esos 8 años el no pudo olvidarla ni ella a él, así que volvió por ella, en el mundo celestial se armó un lío, el principe querer casarse con una humana, todo el mundo se interpuso a aquello que era tan descabellado y nunca se había escuchado, el príncipe estuvo al borde del exilio pero su padre falleció y el heredó el trono dándose la libertad de casarse con quien quisiese, fue así que esa joven se convirtió en reina de mundo celestial, ocupando mi lugar, si, yo era una habitante de ahí, y no cualquiera, era la prometida de Hayato, pero dicen que cuando amas a alguien debes dejarlo ir, yo lo deje ir hacia su felicidad, cuando Koemi presentó los síntomas del drenaje, nadie sabía que hacer, y ver sufrir al rey para mi era sentir sal en las heridas más profundas, como dije yo sobreviví a aquello, y ese poder lo mantenía en mi, lo use para sellar la maldición de Koemi al costo de mi juventud, si los seres celestiales teníamos juventud eterna, pero no te confundas con la inmortalidad.

Cuando iba a usar este amuleto me enteré que la reina esperaba un hijo, y se negó a usarlo, porque podría ser peligroso, y así fue ella dio a luz y uso el poder de mi amuleto para sellar el poder su hija, fue una niña, al poco de nacer la Pequeña Koemi murió, el Rey ordenó mi captura, pues según se aún cree que yo fallé mi misión, y tratar de hacerlo entrar en razón era en vano entonces, yo huí con esto en mi manos hasta el mundo humano, y desde entonces he usado este amuleto para tratar de curar a otras jovencitas como tu, perdí mi juventud, pero desde ese entonces he dejado de envejecer.

FIN FLASHBACK NOZOMI

-Ahora que lo dice es verdad, no ha cambiado en nada desde que la conocí... - la anciana casi pierde la  cordura al escuchar aquello, si duda esta pequeña era inusual.

-Creí que te preocuparía otro tipo de cosas...- dijo ella.

-Porque tanto sacrificio por un hombre que se casó con otra- Dororo estaba indignada, pero a decir verdad, ella hubiese hecho lo mismo, quizá hasta más, sin duda el amor también es un arma de doble filo.

-No he sabido nada desde ese entonces...así que haré esto rápido, ve a descansar ahora, mañana en la mañana podrás usarlo, por cierto pequeña, el castillo pronto estará terminado y tendremos que organizar un gran casamiento no es así... - La anciana no perdía el carisma.

-Es verdad pero usted me ayudara con el castillo, después de todo fue una especie de princesa... - ambas rieron, Dororo vio en la anciana una especie de abuela que nunca tuvo, esa armonía y compañía delicada de una verdadera dama, la admiraba por todo lo que ha tenido que pasar y como puede seguir sonriendo sin más.

El tiempo no perdona y con el amuleto colgando de su cuello, Dororo estaba lista para la ceremonia más importante de su vida, aquel objeto le brindó la oportunidad de vivir, habían sido 6 largos meses de preparación pero ya todo estaba listo, los invitados, la comida, música, en fin este sería un día de fiesta, por fin todos tenían un nombre, una tierra, quien los guíe, y los represente, los aldeanos tenían esperanza, armonía y una vida tranquila llena de prosperidad.

-¿Lista? - preguntó Rié, ella y Kaori llevaban kimonos parecidos.

-Si...espero no tropezar con todo esto... - Dororo nunca dejaría de ser ella.

-Te ves tan hermosa... - Kaori estaba a punto de llorar.

-Hay por favor, no empiecen... - las tres comenzaron a reír, Dororo llevaba su cabello semirecogido, con grandes adornos, y un kimono blanco de las más finas telas, sin duda la novia más hermosa, el obi tenía un lazo enorme en su espalda, era difícil moverse con tanto, sus amigas la ayudaron a seguir.

Hoy es un día especial, de los muchos que nos  esperan, Aniki, prometí estar contigo para siempre, era una niña, pero jamás olvidaré esa promesa, no sabía cómo la hiba a cumplir y me alegra que haya sido de esta manera, aún sigo creyendo que no hay mejor lugar para mí que en tus brazos, y desde hoy, juntos para siempre. Te amo.

La dulce melodía de las flautas de bambú ameniza la entrada de la novia, camina sola hacia su destino, para unirse a la persona que la acompañará para siempre, nadie podrá separarlos.

Las miradas se vuelven hacia ella, y ahí están todos, los aldeanos, sus amigos, los invitados de honor de Asakura, los líderes de las tribus, todos mirándola, pero ella no siente el más mínimo nerviosismo, porque la vida ha sido tan cruel con ella que cada cosa sucedida la endurecido, su caminar es firme y decidido, y mirando una sola cosa, los ojos de su futuro esposo, esa mirada cobriza capaz de hacer que despegue los pies de suelo, estaba tan galante y varonil, como siempre, el kimono que Hyakkimaru llevaba tenía telas grises y negras, su cabello recogido en una coleta baja, era un sueño todo aquello.

Aún no puedo entender muchas cosas, se que aún me falta aprender, pero siempre he estado seguro de algo, desde que vi la silueta de tu alma algo me hiciste, porque desde ese instante quise protegerte, te quise para mí, como mi primer y único deseo egoísta, Dororo, gracias, por cruzarte en mi vida, por existir, por quedarte a mi lado. Te amo.

Aquella fiesta se oía lejana para los novios, se miraban uno al otro, en el Gran salón del castillo todos brindaban y bailaban para celebrar, ahora Kogane No To tenía una emperatriz y no era cualquiera, era nada más y nada menos que la más fuerte e inquebrantable alma, Dororo.

Muy ajenos a la fiesta un grupo de encapuchados, observaba atentos al pueblo, desde la cima de las colinas.

-Bien, en los próximos días quizá la guardia baje, tengo entendido que en Asakura la princesa Sayuri también se casará, una pequeña ceremonia pero ellos asistirán estoy seguro... - Hiroshi, aun no había sido capturado y empezaba a mover las piezas a su favor.

DORORO: CAPRICHOS DEL DESTINODonde viven las historias. Descúbrelo ahora