Remember The Time [Mericcup 1]

1) Primer encuentro

Narra Mérida

Todo emepezó un día soleado. Me encontraba en el parque con mi perro Angus. Corríamos y corríamos, pero de pronto me resbalé en un charco de barro.

-¡Ahhhh!- grité, a punto de caer de espalda al suelo.

Cerré los ojos, pero lo único que sentí fue unas manos en mi espalda. Me di vuelta y vi a un chico de cabello marrón.

-¿Estás bien?- preguntó el chico

-Si, gracias por sostenerme- Noté que mis mejillas tenían un leve rubor -Soy Mérida Jean DunBroch

-Yo soy Hiccup Paul Haddock, pero todos me dicen Hipo- respondió y me tendió una mano, la cual estreché.

-Curioso nombre- dije riendo

Empezamos a hablar. Él me contó varias cosas, como que había una chica llamada Astrid que nunca había aceptado tener una relación seria con él pero que jugaba con su corazón y que su padre había muerto salvándolo de un disparo, no quiso dar más detalles y también sobre su gato Chimuelo. Aseguró ser un entrenador profesional de gatos. Empecé a reírme sin parar.

-¿Entrenador de Gatos? ¡Demuéstralo!- dije sonriendo

-Bien. Vamos a mi casa y lo probaré- parecía muy seguro de lo que decía.

Miré la hora. Las cuatro. A las ocho debía volver a casa.

-Entonces vamos ¿Es muy lejos?- Pregunté yo

-No- dijo Hipo.

En las dos cuadras siguientes me dediqué a observarlo atentamente. Ojos verdes, muy bonitos. Cabello castaño y un poco despeinado, le quedaba bien. Remera verde con un chaleco marrón (A juego con el pelo). Y los zapatos... Madre mía, le faltaba un pie y en vez de eso tenía un gancho. Pobrecito. No le pregunté porque no quería molestarlo. Como caminaba sin dejar de mirarlo, no me di cuenta de que habíamos llegado.

-¿Por qué me miras así?- preguntó él. Rápidamente se dio cuenta -Ah, claro. Mi pie-

-¿Que tiene tu pie de malo? Sirve para caminar ¿No?- le respondí yo. Debía ser horrible que te miren mal por eso.

Obviamente no esperaba esa respuesta.

-¿No vas a burlarte o alejarte de mi?- dijo desconcertado.

-Las personas no son todas iguales- En ese momento sentí un poco de pena por él.

Luego de un silencio incómodo, Hiccup me invitó a entrar a su casa. Era bonita. De repente, vi a una mujer de unos cuarenta años. Ella debía ser la madre de Hipo.

-¡Hipo! Veo que trajiste a una chica a casa- dijo sonriendo.

Nuestras caras se tiñeron de rojo.

-Ella es Mérida, mi amiga- subrayó la palabra "amiga"

-Buenas tardes, señora- dije yo mientras ella me examinaba. Al parecer le agradé porque me sonrió y dijo:

-Por favor, llámame Valka- me pidió

-Claro, Valka- dije

Subimos al cuarto de Hipo. Estaba repleto de estanterías con libros.

-Te presento a Chimuelo- dijo agarrando a un gato negro de ojos verdes que estaba sobre su cama.

-Aww, que lindo- dije acariciando su cabeza -¿Y los trucos?-

De repente, Chimuelo se paró sobre sus dos patas traseras y se puso a bailar danza clásica. Luego cambió de posición y caminó por toda la habitación sobre sus patas delanteras. Por último, hizo una perfecta voltereta.

Aplaudí fuerte.

-¡Eres asombroso, Hipo! Un verdadero genio- yo no paraba de aplaudir y él se levantó e hizo una reverencia al público.

Nos quedamos hablando un rato hasta que me dí cuenta de que eran las siete y cuarenta. Me paré de repente y dije:

-Lo siento Hipo, debo ir a casa.

El también se paró.

-Te acompañaré hasta tu casa- dijo Hipo

Me despedí de Valka y salimos. Hacía frío y yo no había traído un abrigo. Y pasó lo inevitable.

-¿Tienes frío?- preguntó Hiccup

Asentí con la cabeza.

-Toma mi chaqueta- dijo quitándosela.

Me la puso él y yo sentí que mi cuerpo entero ardía. Nos quedamos en silencio hasta mi casa. Me quité su chaqueta, se la devolví, agarré las llaves y abrí la puerta.

-Gracias por ayudarme- agradecí pero no pude evitar darle un corto abrazo. Lo solté enseguida y entré a mi casa rápidamente.

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