Me enamore de mi enemigo

Capítulo 30: Reconociendo sensaciones

Cuando la vi ahí parada no se si sentí enojo o celos, solo sé que no me agrada para nada esa mujer y vaya suerte la mía, la señorita peliteñida resbalosa termina siendo nada mas y nada menos que una de las socias, esto es perfecto

-Oh vaya, no sabía que eran nuestros socios -Dijo ella con una aterradora sonrisa

-Debo afirmar que yo tampoco tenia idea -Dije viendo hacia yesid

-Ni yo -contesto él mientras me miraba con cara de no Me mates

-Bueno, pues debo decir que es una maravillosa coincidencia que seamos socios después de ese bello encuentro -Dice ella viendo y sonriendole a yesid de una forma que dejaba mucho en que pensar

Indignada de esa escena, me levante de donde estaba con la excusa de ir al baño, mientras caminaba fuera de ellos, podía sentir mi sangre hervir, esa arpía quien se cree que es pensaba durante mi transcurso al baño, el cual se vio interrumpido por un choque

-Que pena disculpe no lo vi -Dije dirigiéndome al joven que había golpeado sin querer

-No se preocu...No puedo creerlo, otra vez tu -Dijo aquel joven al que había conocido esa misma tarde en la playa

-Sí, otra vez yo que inoportuno no? -Dije viéndolo algo incomoda

-Creo que el destino nos quiere juntos preciosa -Dice él con una la sonrisa egocéntrica en su rostro

-Mas bien creo que el destino se empeña en molestarme en estos días -Dije para ir al baño pero él me tomo de la mano y me dijo

-Espera, no te vayas molesta, solo estaba jugando tranquila -Me dice aquel chico que me estaba empezando a desagradar 

-Esta bien, pero no estoy molesta, sólo que quiero ir al baño y no me dejas hacerlo -Dije arqueando una ceja y dando una sonrisa falsa, que por lo visto el chico creyó porque volvió a darme una sonrisa y muy grande

-Vale esta bien, nos veremos después si...y disculpa pero me podrías volver a decir tu nombre

-¿Ya lo olvidaste? Bueno no me sorprende yo también olvide el tuyo

-Mi nombre es Dylan, ¿me recuerdas cuál era el tuyo preciosa?

-Mi nombre es Liz, para que dejes de llamarme preciosa -Dije seca

-Ahh bueno, pues dejame decirte que el nombre es tan bonito como el de la persona que lo usa

-Gracias y ahora si me permites enserio quiero ir al baño, adiós - dije para marcharme de ahí rápidamente

Después de entrar al baño y de relajarme un poco, salí para continuar con la prestigiosa cena y tratar de no matar a alguien que era lo importante

-Hey! Menos mal que llegaste -Me dice yesid

-Sí, disculpen la demora pero tuve un pequeño percance

-No te preocupes querida, casi ni notamos que no estabas -Dice ella sonriendo egocéntrica

-Me alegro que así fuera -le dije con una sonrisa falsa (maldita trepadora me las pagara)

-Bueno, la señorita Rebeca Linares me estaba comentando que estaremos trabajando con ella y con su hermano mayor, que también es uno de los socios

-Interesante... Así que son dos -Dije volteándola a mirar

-Sí, como ustedes mi hermano y yo apenas estamos empezando a trabajar en la compañía

-Osea que se puede decir que eres una principiante novata no?

-No lo diría así, pero es algo parecido Señorita Evans -Dice ella viéndome de una manera que podía sentir que quería clavarme un tenedor, y como culparla yo quería darle con el cuchillo pero eso dañaría mi vestido y no estaba dispuesta a mancharlo