una pequeña y muy sonrojada Ochako se hacía presente en una mesa donde estaban todas sus amigas preguntándole si le gustaba el chico rubio explosivo.– sí, me gusta – dijo casi susurrandolo.
Una breve explicación de esta situación: las chicas habían pillado a la castaña varias veces admirando a bakugo y obviamente las demás habían sospechado algo.
Todo empezó días después del festival deportivo, ahí fue cuando la castaña empezó a notar lo lindo que eran los ojos carmesí del rubio.
– ¡AHHH! ¡NO ME LO CREO! – Mina, Hagakure, Tsuyu, Momo e incluso Jirou empezaron a gritar, haciéndose notar en cada centímetro del salón donde almorzaban.
– ¡chicas!, ¡podrían molestar a la demás gente! – no, no era eso, no quería que cierto rubio notase lo que estaba pasando, aunque era demasiado tarde.
– ¿cómo no me voy a emocionar?, ¡mi pequeña Ochako está enamorada! – dijo sin rodeos Mina, siempre tan directa.
Hasta este punto Ochako ya estaba tan sonrojada que parecía el pelo de kirishima.
– ¡m-mina!, alguien podría escuchar – dijo la castaña tapándose la cara son sus manos, de pronto sintió una mirada más profunda que las demás, Buscó a sus alrededores y ahí mismo estaba el cenizo, mirándola, pero no con odio, era, ¿Tristeza?. No, simplemente no.
Algunos minutos después de que sucediera aquella ola de gritos por parte de sus amigas, Uraraka seguía pensando en la mirada que puso bakugo, por más que intentó ver las emociones del rubio, simplemente no pudo.
Las chicas habían decidido ir a su sala ya que quedaba poco para clases, caminaron juntas hablando de temas triviales. Al llegar, Ochako dijo que tenía que ir al baño y emprendió camino.
Después de unos pasos se dio cuenta que cierto rubio venía solo en dirección contraria, Uraraka asumió que se dirigía a la sala.
Nunca habían intercambiado más de cinco palabras, pero la castaña esperaba un saludo, incluso con un insulto la haría feliz. Nada, no recibió ni una mirada.
Uraraka quedó parada unos segundos después de que el cenizo pasara, para después correr hacia al baño.
Las inseguridades y ilusiones la carcomian, odiaba sentirse así, odiaba saber que no era correspondida, odiaba pensar en las miles de chicas más lindas que ella tras bakugo, odiaba pensar en lo lindo que sería abrazarlo, besarlo, decirle lo guapo que era.
Le salieron unas lágrimas, se las limpió con la manga de su blazer. Hace unos minutos había sonado la campana para ir a clases, así que corrió y rezó para que el profesor Aizawa no haya llegado, pero claro, todo lo que puede salir mal, sale mal.
— permiso profesor — Ochako estaba mirando el piso, para que no notarán que había llorado. Y nuevamente, todo lo que puede salir mal, sale mal.
— Uraraka, ¿se encuentra bien? — se preocupó el pro héroe.
— sí profesor, no se preocupe por mí — sentía la mirada de toda la clase A, y cuando digo toda, es toda.
— sólo por hoy la dejo pasar sin consecuencias —
Ochako pasó y se sentó en su puesto, ignoró las miradas de todos y sacó su cuaderno y lápiz para escribir lo que estaba en la pizarra.
Paso la hora demasiado lento, de vez en cuando miraba al cenizo por instinto y siempre hizo contacto visual con él.
Cuando terminó la clase era hora de irse a los dormitorios. Casi todos se habían ido, sus amigas habían notado que el rubio estaba esperando algo, y como siempre se ponen en todos los casos posibles, se fueron sin Uraraka.
Sólo quedaban ellos dos, pero la castaña se había quedado dormida en su mesa con sus brazos cubriendo su rostro.
— tsk, cara redonda — una fuerte y profunda voz se hizo presente, haciendo que la pobre diera un salto.
— b–bakugo, ¿qué sucede? — dijo algo atontada la castaña, claro que con un notorio sonrojo
— si te das cuenta, ya acabó la clase dormilona — dijo serio el rubio acercándose al puesto de la castaña.
La castaña se paró para estirarse y admirar mejor al de ojos carmesí. De pronto el rubio quedó al frente de ella.
— sólo tengo curiosidad, ¿por qué saliste corriendo cuando pasaste a mi lado y volviste a clases con claros signos de haber llorado? —
¿Qué?
— n-no lloré, fueron una lágrimas por... ¡Bostezar! Sí, eso y salí corriendo porque tenía... ¡m-muchas ganas de ir al baño! Sí — ¿en serio Uraraka Ochako? Se reprochó a sí mía en su mente.
—tsk, mientes, bueno, tampoco me importa una mierda — dijo el rubio yendose de aquella sala.
ouch.
¿Acaso el se había preocupado por Uraraka? Se sentía cálido, se sentía bien.——————
Este fue un poco largo jiji.
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Before. [kacchako drabbles]
Fanfictionserie de drabbles antes de la confesión de Ochako Uraraka hacia Katsuki Bakugo. - personajes no son míos - no copias ni derivados - drabbles: pequeña historia de 500 a 600 palabras.