¡Vívela!.

1.3K 130 9
                                    

Bakugou había tenido una semana difícil, había reprobado un examen por una pregunta en la que no respondió todo, los maestros lo habían regañado más de lo normal y sólo era miércoles, obviamente el chico estaba con el ceño más fruncido que nunca.

Uraraka, kirishima y él se habían acercado y ahora pasaban todos los almuerzos juntos, pero Uraraka decidió hacer algo para animar al chico al menos un poco, porque quería que bakugou se diera cuenta que tenía que disfrutar este pequeño trazo de la vida, era corto, pero intenso y no podía estar todo el tiempo enojado con el mundo.

Era el primer receso, así que tomó de la mano a bakugo y salieron.

– ¿que mier- – no alcanza a terminar cuando Uraraka empieza a hablar mientras caminan por los pasillos del instituto.

– escucha, dicen que los sueños son engaños que al final desaparecen, ¡que el amor es sólo un juego y una estúpida ilusión! – suelta la mano de bakugou y camina hacia atrás para no darle la espalda al chico, nunca dejan de caminar.

– y el estúpido resulta ser aquel que no ama a nadie de corazón, así que intenta, camina, dibuja libremente el camino – mientras hablaban, el chico la seguía inconscientemente, subían escaleras, pasaban por en medio de la gente, era como si ellos eran los únicos en el universo. Por primera vez en la semana, bakugo sonrió.

– perdimos tiempo en rebuscar pedazos de un pasado vacío – en ese momento habían llegado a la terraza del edificio, estaba vacío y se veía el sol en su máximo esplendor.

– así que vive sin barreras, libre, dejate de problemas y ven, saca de tu pecho el rencor y mira bien hacía donde se dirigen tus pies, ¡enséñame tus alas y grita que la vida es bonita aunque esté del revés! – acabo la castaña con una sonrisa resplandeciente.

– ¿todo eso para animarme, cara redonda? – mostró una sonrisa ladina el rubio.

– ¿sirvió? – preguntó la pequeña con miedo a un "no".

– un poco – dijo mirando a un lado el rubio.

La castaña sonrió, porque a pesar de que no había progreso en lo amoroso, podía hacerlo sentir feliz después de todo.

– ¡al fin los encuentro, chicos!, compré dulces para todos, Mochis para la pequeña, ácidos para el explosivo y rock candy para mí – dijo sonriendo kirishima, acto seguido el chico se sentó y los otros dos lo siguieron.

– ¡gracias kirishima! Hace tanto que no probaba Mochis – dijo la castaña tomando un mochi de chocolate.

– no hay de qué, pequeña – la chica se había acostumbrado a que el pelirrojo la llamara así, le gustaba, se sentía como su hermana pequeña.

Y así pasaron el resto del receso conversando de temas triviales tranquilamente, nada sabían de los dramas que se asomaban.

—————

¡Aviso!
Algunas frases que dijo Uraraka son parte de la canción Vívela de Pablo alboran, eso, bai <3.

Before. [kacchako drabbles]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora