Capitulo 13

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Iris

Respire hondo, cerré los ojos por un momento para contar hasta diez, limpie el sudor contra mis manos mientras saltaba sin parar en mi lugar, todo iba a estar bien, soy fuerte como el hierro y con una gran voluntad de acero, nada malo pasaría. Mire mi celular colocando la canción de September a todo volumen para después con una patada abrir la puerta del área de oncología, todos los presentes giraron a verme mientras yo entraba haciendo un baile, tomé el brazo de un enfermero para acercarlo a mi para obligarlo a bailar conmigo el pobre se veía tan confundido y algo asustado, los niños comenzaron a reír mientras que otros seguía contemplado la escena con cierta extrañeza, señale a una pequeña quien desde su lugar movía sus hombros al son de la canción para después parar mientras me miraba con gracia cuando solté al enfermero al cual obligue a dar una vuelta, sonreí satisfecha para después apagar la música.

—Mucho gusto a todos, soy la doctora Iris Shuster, quien estará pasando por aquí un par de días gozando de su linda presencia, espero que nos llevemos bien.

—Con una doctora como ella ya todos estamos muertos.

Gire para observar a la adolescente quien tecleaba sin parar en su celular, creo que ya había encontrado a la amargada sin razones aparentes para seguir gozando de la vida.

—Gracias por tu cálida bienvenida —comenté con todo el sarcasmo posible, algunos rieron con gracia pero al parecer a ella nada le parecía divertido ya que me miró molesta —. En fin es un placer estar aquí y dígame compañero de baile, ¿quién es mi primer paciente?

Señale al enfermero que con anterioridad había obligado a bailar, él miró alrededor desconcertado para después señalarse a sí mismo, yo asentí y él solo se marchó en dirección a recepción.

—¿Alguien quiere divertirse un poco?

—Doctora Shuster comportese—me riño Raquel mientras se acercaba—. Desde la recepción pude escuchar tu gran entrada triunfal.

—A que fue genial.

—Toma los expedientes y ve al consultorio, no debiste entrar a esta área
—con una mirada de advertencia me entregó los documentos pero no se marchó se quedó de pie mientras se cruzaba de brazos yo le sonreí pero sabía que aquellos encantos ya no funcionaban en ella.

—Volveré, prometido—le dije a los pacientes mientras me marchaba hacia los consultorios, me detuve para girar y notar que Raquel seguía vigilandome con la mirada, era más fácil evitar al doctor Carmona que a Raquel creo que tendría que ingeniármelas si quería hacer los travesuras en este lugar.

Mientras caminaba por los pasillos sentí como alguien tocó la parte trasera de mi bata gire para observar a la pequeña que con anterioridad había bailado conmigo.

—Me gustan tus tenis.

—A mi también, realmente son geniales.

—¿Por qué tienes tantos broches en la bata?

—Esa es una muy buena pregunta, ¿alguna vez tus padres te han premiado con algo? —cuestione a lo cual ella respondió con un simple asentimiento
—verás cada estampilla representa un logro de mis pacientes, todos y cada uno lograron su meta.

—¿Son broches mágicos?

—¿Broches mágicos?

Esto era confuso, normalmente me encantaba seguirle los juegos a los niños pero jamás e sido alguien creyente de la magia, cada que Ilan veía algún truco de magia en la televisión le arruinada el truco mostrándole como se hacía y aunque puede que suene muy cruel lo hacía por su bien no quería que el creyese en cosas tan absurdas.

Invidente amor ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora