Capítulo 05

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Miré aquel techo blanco contemplando la división en cuadros que tenía, esto solo me hacía preguntarme cuantos cuadros había en esta habitación, ¿y si los contaba?

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Miré aquel techo blanco contemplando la división en cuadros que tenía, esto solo me hacía preguntarme cuantos cuadros había en esta habitación, ¿y si los contaba?

Uno, dos, tres, cuatro...

—Doctora Shuster.

—¿Eh? —miré hacia el frente acomodándome sobre mi asiento, el doctor Carmona se cruzó de brazos.

—Si la junta le resulta aburrida puede salir de aquí.

—¿Realmente puedo?—me levanté de mi asiento pero al verlo cerrar la puerta con seguro volví a tomar asiento —. Mire sin ofender, pero usted no quiere mis opiniones al respecto y si solo me tiene aquí por órdenes de Jai-Jai, mejor me largo. Estoy desperdiciando un valioso tiempo que puedo utilizar en algo más.

—¿Que causa sinestesia, glóbulos rojos elevados, taquiarritmia y también ataques de pánico? —interrogó el doctor Carmona mientras abría un plumón.

—Primero debemos descartar las opciones, tanto puede ser como una elevación de glucosa, tiroides o problemas de hígado. ¿Que análisis han realizado ya?

—Ninguno—confesó Kerry.

—¿Y qué están esperando? ¿Qué se muera el paciente?

—El paciente no quiere ser sometido a ninguna prueba—comentó Terry.

—¿Sufre algún trauma o está loco?

—Es alguien devoto a la medicina tradicional —mencionó Abby.

—Esta loco. A lo que lleva a otra interrogación, si es alguien devoto a lo tradicional, ¿que hace en el hospital?

—Su hija lo a traído al hospital—mencionó Terry.

—Parece que alguien si está cuerda hasta cierto punto.

—¿Y que podemos hacer? Sin los análisis es imposible el obtener las pruebas médicas en su estado —comentó Abby un tanto preocupada.

—Ante acciones desesperadas se toman acciones desesperadas.

—¿Que sugiere doctora Shuster? —preguntó el doctor Carmona.

—El seguirle la corriente. El hombre quiere métodos tradicionales eso obtendrá.

—¿Quieres engañar al paciente para hacer sus análisis?

—¿Tienes alguna mejor idea? —le pregunté a Abby quién sólo se acomodó sus anteojos.

—¿Y cómo piensas engañarlo? —cuestionó el doctor Carmona cruzándose de brazos. Me levanté de mi lugar para abrir la puerta para dirigirme hacia la habitación del paciente, antes de entrar me quite mi bata para lanzársela a Terry.

Invidente amor ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora