Las cosas en Ciel D'or iban de maravilla, las sirenas en el lago, los duendecillos y hadas en el bosque y las brujas, en la comodidad de sus cabañas, todos viviendo muy felices y en paz junto a los humanos.
Todo estaba tan tranquilo que nadie se imaginaba lo que estaba por venir, que ese mundo de seres mágicos y maravillas que la naturaleza ofrecía estaban por acabar.
Que los días de cielo dorado estaban contados.
Los Foret, familia fundadora de Ciel D'or, tenían el deber de proteger el reino.
Los Tres Foret, como así se hacían llamar, tres hermanos altísimos y de cabello negro y espeso, fuertes como el roble, eran fieles negociantes con las brujas y brujos, ellos habían pactado proteger y cuidar del reino a cambio de que los tres cuidaran y velaran por el lago mágico, el cual tenía poderes curativos para los humanos y era la fuente de energía de las criaturas mágicas, una sola zambullida cada tanto y podrían volar todo lo que quisieran, humanos, enanos, sirenas, magos y brujas vivieron en paz durante años, hasta que algo terrible ocurrió, la codicia y sed de poder de uno de los hermanos desato la furia de la reina de las hadas, Cailyn.
Jhon Foret, uno de los hermanos, quería tanto tener poderes como las criaturas del bosque, que empezó una serie de experimentos con el agua del lago, contaminándolo en más de una oportunidad.
Jhon se ganó la confianza de la reina, enamorándola, que aunque estuviera prohíbo que las hadas de aparente forma humana y los humanos se relacionasen, los dos habían estado viéndose en secreto. Cailyn estaba perdidamente enamorada de Jhon, y cuando un hada se enamoraba, era para siempre, en cambio los humanos, eran egoístas, capaces de destruir todo a su paso a cambio de lograr lo que se proponían.
Jhon durante meses extrajo agua del lago, en pequeñas cantidades para su comedido, traicionando la confianza de Cailyn. Pero no lo hizo solo, tenía el agua, pero le faltaba alguien que lo ayudara con el tema mágico, desde el primer momento supo con quién ir, la mayor enemiga de la Reina, una de las brujas del reino que había sido expulsada de la corte de brujas real, la joven inexperta, rebelde, la única que se atrevió a ayudarlo, había creado unas pociones que según ella harían junto con unas gotas de agua mágica, que cualquier persona que la bebiera tuviera poderes.
Cansado de tantos fallidos intentos, Jhon se dirigió a la orilla del lago, como lo venía haciendo hace meses, cargando una de las múltiples pociones que la bruja le había preparado, tan concentrado estaba que no se dio cuenta de que una de las botellas se sumergió en el fondo contaminándolo por completo.
Se fue del lugar lo más rápido que pudo, como cada vez que profanaba el lago por miedo a ser descubierto, sin darse cuenta si quiera de su gran error.
Al día siguiente, el panorama era desolador, el lago dorado que antes brillaba en todo su esplendor, ahora estaba negro, muy negro y denso.
Todas las criaturas esperaban alarmadas las órdenes de su reina.
Nadie sabía que había pasado, hasta que una de las hadas contó lo que había visto la noche anterior. Relató el momento en el que Jhon llegaba, tomaba agua en un cuenco y se iba apresurado.
Cailyn se dio cuenta enseguida de lo que pasaba, lo que le habían dicho sus informantes era real, Jhon la había traicionado.
Le había entregado todo, lo había amado con todo su ser, y él, por codicia, había traicionado su amor y confianza.
La reserva que tenían en sus cuerpos los seres mágicos se fue acabando, nadie se dio cuenta de que junto con la magia... también morirían los seres.
No había nada por hacer, el daño estaba hecho y así fue, cada uno de esos seres se fue esfumando, caían desmayados y minutos después se transformaban en un montón de hojas secas arrastradas por el frió viento que azotaba al reino. La madre naturaleza estaba enfurecida y se los hizo notar con años de sequías y frías lluvias, llovía una temporada, arrasando todo y luego llegaba la sequía que duraba meses, toda la gente que había vivido tan feliz durante años, se fue marchando, buscaron asilo en los reinos vecinos, los Foret, solo dos hermanos que quedaban, se quedaron, sintiéndose traicionado por su hermano que desapareció apenas las cosas comenzaron a ir mal, algunos ancianos y familias que se negaron a marcharse decidieron quedarse con la esperanza de que algún día las cosas mejoraran.
Por su lado Cailyn, desilusionada y completamente culpable por el grave error que había cometido, pensó en una manera de salvar la esencia del lago, de guardarla, para que algún día alguien pudiera darle vida otra vez.
Pensó y pensó, tendría que usar a un humano, era la única opción. Ella también moriría tarde o temprano, tendría que hacer algo drástico para preservar la sangre dorada. Urgente fue en busca de la bruja suprema. Una joven inmortal, de rasgos delicados como los suyos, que sin la ayuda del lago, también moriría. Su poder era tan grande como el de la Reina, juntas unieron poderes, sangre dorada y sangre doraba, cada una ofreció un poco, disponiéndola en una fuente de oro. El poder del lago todavía vivía en ellas, en su sangre, por lo que no necesitaron nada más. Cada una recitó unas palabras mientras quemaban su sangre.
"La sangre que aquí yace, que no se extinga jamás.
Dentro de mil años, nacerá una criatura, de sangre dorada, pero también humana.
Tendrá todos los poderes de un ser mágico, su bondad y desinterés. Pero también, será humana, tan humana que podrá odiar, traicionar y engañar si así lo desea.
Vivirá una vida humana plena hasta lograr la madurez, pero al cumplir los 18 años, deberá vengar a su reino, y no el reino azul en el cual vivirá por 17 años, si no el reino dorado, ella será la encargada de devolver la magia al lago.
Su nacimiento será solo con ese fin.
Siempre y cuando su sangre humana o gris no se interponga."
Ninguna sospechó que sus almas quedarían cautivas en el hechizo, que cuando la profecía comenzará a cumplirse, ellas volverían, pero no solo ellas, volvería alguien que haría peligrar la vida del lago una vez más.
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Espero que les haya gustado esta primera parte! Me hace muchísima ilusión retomar esta historia que había comenzado allá por el 2016, y que ahora con algo más de tiempo libre he decidido terminar.
Muchas gracias a todos los que se atrevan a leerla. Michelle
~sería de gran ayuda que me dejen su ⭐ y comenten que les pareció~
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El lago de Hanna
FantasyLa sangre que aquí yace, que no se extinga jamás. Dentro de mil años, nacerá una criatura, de sangre dorada, pero también humana. Tendrá todos los poderes de un ser mágico, su bondad y desinterés. Pero también, será humana, tan humana que podrá odia...