En algún lugar remoto del amplio mar, más específicamente, dentro de un curioso submarino amarillo. Se llevaba a cabo una pequeña charla, que solo generaba sorpresa con cada palabra que se pronunciaba.
—¿Qué?
Nadie daba crédito a lo que había salido de la boca de su capitana, ni siquiera era posible realizar tal hazaña.
—Lo que escucharon. Debemos cazar 100 piratas, para luego retirarles sus corazones.—repitió suavemente la azabache.
—Pero... ¡¿Por qué?!—exclamaron eufóricos todos los tripulantes.
—Debo convertirme en uno de los Siete Guerreros del Mar.—siguió hablando con un tono tranquilo, pero firme.
—¡¿Qué?!—un grito más fuerte salió esta vez de sus bocas.
—Lo que escucharon. ¡Así que ya no me hagan repetirlo!—sentenció cansada la azabache.
—Pero... ¡Capitana!—intentaron hacerla razonar algunos.
—¡Sin peros!¡estas son mis ordenes y espero que las cumplan!—y con la última palabra, Law, se retiro a su habitación.
Un suspiro salió de sus labios.—Esto es más difícil para mi que para ustedes, pero por su protección, estoy dispuesta a ir tan lejos.—su mirada se notaba decidida tras aquellas palabras.
Confiaba en su tripulación pero conocía los peligros que albergaba el Nuevo Mundo, y temía que algo pudiera sucederle a sus compañeros.
Habían transcurrido unos minutos desde que llegó a su cuarto y comenzó su lectura, sentada sobre la cama, pero unos golpes la interrumpieron.
—Adelante.—dijo sin dejar lo que estaba haciendo.
—Con permiso.
—Penguin, ¿ocurre algo?
—Eso es lo que yo me pregunto.—se sentó junto a ella.—¿Qué fue todo eso?—interrogó.
—¿A qué te refieres?
—Law. Nos conocemos desde hace mucho tiempo, no intentes hacerte la desentendida conmigo.—expresó con confianza.
Si, confianza. Porque en algo tenía razón Penguin, y era que ellos se conocían hace más de diez años, él fue uno de los primeros cuatro miembros de aquella tripulación, incluso uno de sus fundadores, razón suficiente para hablar tan informalmente con la azabache.
Suspiro con resignación, dejando por completo su lectura.—Escucha. Se que mi decisión es algo repentina.
—¿Repentina? ¡Es completamente descabellada!—cuestiono furioso.
—Penguin.—llamó con voz suave mientras se acercaba a su amigo.
—¿Eh?—la cercanía de la azabache provoco un ligero sonrojo en el joven.
—Todo va estar bien, confía en mi ¿Si?—le regalo una dulce sonrisa.
—Confío en ti.—le devolvió la sonrisa mientras sus mejillas seguían coloreándose de un suave rojo.—Pero esto es demasiado. ¿Enserio, Law? ¿Nos convertiremos en cazadores de piratas?
—No es algo que yo quiera, pero el Nuevo Mundo no será fácil para nosotros. No es cuestión de fuerza.—aclaro suavemente.—Sino que existen peligros de cuales no seré capaz de protegerlos.
—No digas eso, nosotros somos quienes debemos protegerte.—respondió colocando sus manos sobre los hombros de la azabache.
—El deber de un capitán es cuidar de su tripulación... Sin importar que tan pesada sea.—bromeo un poco para aligerar el ambiente.

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La Voluntad "D" [LuLaw]
FanfictionNadie se lo espero. Desde el principio fue una sorpresa para muchos, pero los siguientes acontecimientos dejo a todos los espectadores con la boca abierta. Primero el conocido "Cirujano de la Muerte" termino siendo una hermosa y peligrosa mujer. L...