Sinopsis:
Una hermosa historia de amor que comenzó cuando dos pequeños niños se conocieron.
Un pequeño lazo que se fue fortaleciendo con el pasar de los días.
Una terrible visión que revelaría el camino lleno de dolor y tristeza que aquellas dos alm...
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Katsuki respiraba agitada en la entrada del sótano, sin esperar más el tiempo empezó a remover las cosas en el lugar, empujaba las cajas, movía los cuadros, arrancaba cada sábana con desesperación para poder encontrar aquel viejo baúl.
.- ¿Dónde está?, ¿Dónde? ¿Dónde?- decía una y otra vez mientras se adentraba a ese oscuro lugar.- MALDITA SEA, ¿DÓNDE ESTÁS?-
.-KATSUKI.- gritó Mitsuki en la entrada.- Espera un momento, deja que los caballeros te ayuden y...-
.-CALLATE, CALLATE Y DÉJAME EN PAZ.-
.-KATSUKI.-
.-DIJE QUE TE...- detuvo sus palabras al levantar unas viejas cortinas, revelando por fin el anhelado baúl.- es...es este.- se inclinó.- es el baúl, ¡ES EL MALDITO BAÚL!- con sus manos temblorosas levantó con cuidado la tapa del baúl, un fuerte sollozo escapó de su boca haciendo entrar a los reyes y los caballeros apresurados al lugar.
.-No puede ser...-susurró Mitsuki al ver el contenido de aquel viejo baúl.- él, él nunca dejó de comunicarse...-
.-el pequeño Izuku siempre mantuvo su promesa.- susurró ahora el rey con tristeza.- él siempre te recordó...-
Enfrente de la joven ceniza que había empezado a llorar, varias cartas yacían dentro del cofre olvidados.
Todas y cada una dirigidas a una persona en especial...
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Para mi princesa explosiva...
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Después de tratar de mil maneras de separar a Katsuki de aquel maltratado cofre, los caballeros lograron sacar aquel pesado objeto del sótano dejándolo ahora en el cuarto de la joven ceniza.
.-Son demasiados...-susurró Katsuki al ver con sus ojos hinchados de tanto llorar la enorme cantidad de cartas guardadas en ese viejo lugar. Se inclinó y empezó a sacarlas, las ordenó dependiendo la tonalidad que estas tuvieran.
Mientras más amarillento se viera, más antigua era esa carta...
.-Mierda...- pasó sus manos por su rostro y suspiró, tomó una de las cartas más antiguas, con cuidado la abrió y la empezó a leer.
Mi pequeña Kacchan:
Te amo, te amo, te amo, sabes que nunca me cansaré de decirlo, aun cuando tengo que enfrentarme a incontables enemigos, mi mente siempre está pensando en ti.
Ahora debes de ser una linda y hermosa señorita, una hermosa flor que está surgiendo del lugar más recóndito del planeta para después salir y ser apreciada por los demás, pero como cualquier hermosa flor, sé que llevas miles de espinas en tu ser para protegerte, definiendo estás como aquel explosivo carácter que siempre traes...
