Me levanto un poco cansada por el día de ayer. Hoy decido darle una visita a mi hermana en la cárcel. Necesito saber cómo lleva el embarazo y saber que está en buenas condiciones y que no ha vuelto a consumir nada.
Cojo un taxi y voy hacia la cárcel Hilton, que está a unos veinte quilómetros de donde vivo. Al llegar, un guardia me da acceso y me abre la puerta de entrada justo he llegado en horario de visita, menos mal porque no me acordaba de la horas que tenían de visita.
Cuando accedo a la sala, veo a multitud de gente esperando para hacer lo mismo que yo. Algunos hasta traen infinidad de comida. No sabía que se podía hacer eso. La sala está pintada en un color amarillento que tiene unas cuántas manchas de sangre. No se ha molestado ni en limpiarlas y parece que llevan allí varios años. Me hacen esperar en una mesa y me dicen que en unos minutos aparecerá mi hermana por esa puerta y podré hablar con ella.
A los pocos minutos, aparece mi hermana con el típico mono naranja con el pelo todo grasiento, de no haberlo lavado en días y con la cara toda demacrada. El guardia le pone las esposas y poco después se sienta ante mí sin ninguna expresión.
—¿Has venido para sacarme de aquí?. Esto está siendo un infierno—dice mi hermana al borde del llanto.
—De momento no, pero pronto lo haré. Estoy reuniendo el dinero para poder sacarte pronto—digo ilusionada.—¿Por qué no me dijiste que le debías dinero a Roger?—digo increpándola.
Ella se queda pensativa unos minutos y baja la cabeza después de mantenerle la mirada.
—Lo siento mucho. Estaba tan enganchada que me daba igual como conseguir el dinero para meterme cualquier cosa. Lo estoy pasando fatal, hace días que estoy con el mono y estar aquí dentro no ayuda para desintoxicarme del todo. ¿Cómo conseguirás tanto dinero trabajando en un supermercado?—dice pesarosa.
—¿No me digas que has vuelto a consumir?—rehuyo su pregunta.—Susana piensa en tu bebé, pronto estarás fuera y te ayudaré a cuidarlo. He dejado el trabajo en el súper y he decidido coger otro que me da muchas más ganancias, a pesar de que me da asco—miro hacia otro lado, para que no mire que unas lágrimas acuden a mis ojos— Pero lo estoy haciendo para sacaros de aquí y pagar todas tus deudas, así que por favor no hagas tonterías porque yo también me estoy esforzando—digo emocionada a punto de llorar.
—¿Claudia que has hecho?¿No habrás hecho ninguna tontería?. No te sumergerias en el mundo de la prostitución que yo misma me he metido para pagar todos mis vicios.¡Qué tontería! ¿cómo ibas a hacerlo? Si siempre has sido la más sensata de las dos—dice observándome detenidamente.
Yo miro hacia el suelo, porque me cuesta mucho admitirlo y contarle a lo que me dedico ahora.
—¡No me lo puedo creer!. ¿Es que no has visto como he acabado yo?. Estoy esperando un hijo de sabe Dios quien. Incluso podría ser de mi chulo, ya que me he acostado con él varias veces para saldar alguna deuda. Cuando estaba bajo el efecto de las drogas me acostaba con varios incluso a la vez y ahora no sé quién es el padre de esta criatura, pero tampoco me importa ni quiero saberlo solo me importa que esté bien y poder criarlo como se merece para resarcir me de todo lo malo—me mira compasiva—. Quiero que estés tranquila porque no he recaído. He tenido la tentación pero me he parado a pensar que clase de madre sería para este bebé y he desechado la idea en seguida. Desde que me han cambiado de ala estoy un poco mejor, aunque ahora me encuentre con este lamentable aspecto—me explica ilusionada con un ligero brillo en sus ojos.
—¡Qué querías que hiciera! ¡No me has dejado otra opción!—exvlamo furiosa, mientras siento como varios pares de ojos nos observan por haber levantado la voz de esa manera. Me calmo todo lo que puedo para no dar más la nota y sigo hablando.
—Susana sé que es un mundo muy difícil de salir, pero comprende que las circunstancias no han sido fáciles para mí. Primero lo de mamá y ahora lo tuyo. Me he visto sola y con todo el peso sobre mis hombros.¿Qué otra cosa podría hacer?—la miro seria y derrotada—Roger me lo puso en bandeja al saber de mí situación—miro hacia el suelo para que no note en mi cara lo que le voy a contar a continuación.— Ya he tenido mi primer cliente y ha resultado ser satisfactorio—digo sonriendo acordándome de la grata experiencia.
—¿Qué Roger qué?. ¿Fue él el que te metió en este mundo?. Claudia quiero que tengas cuidado y que te cuides. No aceptes nada que venga de él, sino te saldrá caro. Yo me he llegado a acostar con muchas personas vomitibas y he tenido que tragar mucho—dice mientras empieza a llorar.
—Estate tranquila, no soy ninguna mojigata y se lo que me hago. Me está relacionado con gente adinerada, se está portando bastante bien conmigo, así podré pagar la deuda pronto y luego sacarte de aquí para volver a la realidad y empezar una nueva vida—digo ilusionada mirando hacia su barriga.
—Solo te pido que te cuides y que te cubras las espaldas. Nunca me había esperado esto de ti, pero lo entiendo debido a la situación comprometida en la que te he dejado. Quiero darte las gracias. Hasta hora no te las he dado y te las mereces después de todo lo que estás haciendo por los dos—se agarra su vientre emocionada.—Nunca lo voy a olvidar pero quiero que te andes con ojo. Ese mundo no es nada fácil y tampoco me fío de ese hombre.Por cierto, ¿has sabido algo de mamá?—dice en un susurro, porque sabe que no me gusta recibir noticias de ella.
La culpo por haber matado a nuestro padre y no haber llevado las cosas de otra forma. Pudo haberle pedido el divorcio y no haberse vuelto loca. No le perdono que me haya dejado sola con este marrón llegando a hacer cosas que aborrezco.
—He recibido un par de cartas, pero no he querido abrirlas. No me interesa lo que me tiene que decir. Que se pudra ahí dentro, como papá lo está haciendo debajo de la tierra por su culpa—digo cabreada, como siempre que me saca el mismo tema.
—Yo también he recibido alguna carta de ella. Se ha enterado de que estoy en esta cárcel y me ha dicho que está arrepentida de haber actuado así y de habernos dejado solas a nuestra suerte. Creo que pronto pedirá un permiso para salir hasta en siete ocasiones. Puede que se lo den por buena conducta y solo puede salir si algún familiar se hace cargo para que no escape. Estará controlada con una pulsera y tendrá unos horarios. Eso es lo que me ha dicho, pero no sé si lo logrará—dice dudosa a pesar de que sabe que no me interesa.
—Espero que si eso ocurre, para entonces, tú estés fuera porque yo no pienso hacerme cargo de ella. No quiero verla. De hecho no he ido a verla desde que está allí encerrada—digo en un susurro por el profundo dolor que siento.
—La visita se ha acabado—dice el guardia levantando a mi hermana para devolverla a la celda.
—Susana coge fuerzas y se fuerte. Cuida de mi sobrino/a—digo frotando su barriga que ya empieza a curvarse. La verdad que nos vendrá bien ese bebé. Espero que nazca sano y no tenga muchos problemas, así podrá darnos algo de alegría en nuestras sombrías vidas.
—Descuida, eso haré—la oigo decir, mientras va caminando junto al guardia y se pierde por la puerta.
Yo me quedo desolada, porque me vuelvo a sentir sola, siempre tuve una conexión especial con mi hermana y me duele tenerla tan lejos. Decido salir de la penitenciaría y llamar al taxi que está esperando mi llamada. Al llegar a casa, me tumbo en el sofá a llorar, por lo impotente que me siento, hasta que el móvil me empieza a sonar y me quita de mis pensamientos.
Cuando cuelgo, mi ánimo vuelve en sí. Era Roger, pasado mañana tendré un acto benéfico y tendré que ir vestida de gala en modo acompañante. No me ha querido confirmar si después tendré que practicar sexo con él, ya que dependerá de como esté yendo la noche. El cliente no lo ha querido especificar, así que tendré que estar preparada por si acaso. Decido ir a comprarme un vestido de gala, ya que los que tengo no son precisamente elegantes. Espero causarle una grata impresión a mi acompañante y que no requiera de mis servicios después, aunque por otro lado pensándolo fríamente, seguro que de esa forma ganaré menos, así que sea lo que Dios quiera.
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Diario de una Escort (Incompleta)
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