4 de febrero de 2020
Querido diario:
Hoy he tenido otro cliente y a pesar de volver a pasar miedo por las circunstancias en que ha sido, ha resultado una grata sorpresa para mí.
Empiezo como siempre desde el principio para no liarme.
Me preparo concienzudamente para estar perfecta y dar lo mejor de mí. Tengo muchas cargas encima y quiero que cada cliente se vaya satisfecho, para que vuelva a contratar mis servicios y salir por fin de esta horrible situación y oficio.
Todo empieza cuando Roger me da la dirección de un hotel que jamás había estado. La verdad estaba bastante intrigada, porque el hotel estaba bastante bien cuando llegue allí. No sabía lo que me podía deparar esta nueva experiencia, pero por lo menos la persona se lo había currado. Lo que sí me ha dado que pensar, es que me han mandado ir a recepción e ir a la habitación 305. Algo dentro de mí, cambia al decir el nombre de la habitación en alto, pensando en los gratos recuerdos que he pasado en ese número de habitación con mi primer cliente. Supongo que será una coincidencia, porque si fuese el mismo cliente, habría quedado en el mismo sitio que la última vez, aunque es una pena. No me importaría acostarme de nuevo con ese hombre tan misterioso y que me hizo sentir como una Diosa del Olimpo. Llevo días sin dejar de pensar en él. Espero que no me esté emparanoiando. Estoy de nuevo nerviosa imaginando lo que se esconde detrás de la puerta, porque ya estoy delante de la 305.
Tiene el letrero de no molestar, otra coincidencia. Golpeo en la puerta, para ver si mi cliente ya se encuentra dentro. Pero al no obtener respuesta decido entrar con la llave que me han proporcionado en recepción y lo hago sigilosamente, para no ver algo que no deba. Al entrar, observo que es una habitación enorme. Hay una gran barra de metal para realizar bailes de estriptease, supongo en el centro de la habitación. Una corriente de pánico me invade, solo de pensar en que tengo que acercarme a esa barra, para hacer algún baile. Nunca lo he hecho y me da mucha vergüenza mostrarme en esa situación. Solo lo he visto en las películas y la verdad no sabría cómo hacerlo. Espero que solo esté ahí por otra razón y no por la que me imagino. Al ver la cama, puedo ver que es redonda. Jamás había visto una así, así que me dejo llevar por el entusiasmo y la pruebo dejándome caer. Una sensación placentera me invade, al estar tumbada y mirar hacia el techo, veo que hay un espejo circular. ¡Madre mía! Esta habitación fue creada para pecar y es lo que voy a hacer yo esta noche y a saber cuántas veces. Me muero por saber quien es mi cliente. No me había percatado que hay un traje muy explosivo de cuero, junto a un conjunto de ropa interior del mismo tejido. Y justo al lado diviso una nota. La cojo entre mis manos que aún me tiemblan porque esta situación me suena demasiado.
Querida Nathasa:
Te he comprado este traje junto a ese conjunto de lencería. En cuanto lo he visto, te he imaginado con el puesto y supe que sería para tí. Espero que no te importe y me des el gusto de ponértelo. Imagino que será de tu talla, ya que la última vez, me quedó grabado cada centímetro de tu piel. Ya sabes la dinámica. En cuando estés lista, quita el cartel de no molestar de la puerta, coge un antifaz tupido que hay dentro de la mesilla y espérame al lado del la barra metálica. Cuando empiece la música, empezarás a bailar y te irás desprendiendo de cada prenda hasta quedar sin ropa interior. Esa será tu labor de hoy.
No me lo puedo creer. Tengo una sensación agridulce en este momento. Es el mismo hombre misterioso de la primera vez. Su letra es la misma y está perfectamente cuidada si sigue requiriendo mis servicios tendré un buen número de notas atesoradas en mi cajón. Eso quiere decir que lo que ha dicho la primera vez es cierto y le he gustado. Ojalá hoy saque algo más en claro de cuál es su identidad. Me muero por volver a sentirlo. Sé que está mal desear a alguien que sabes que no te pertenece y más estando en esta profesión, pero al menos durante unas horas será mío y me hará sentir especial. Es lo que me hace falta, para poder llevar estos días tan duros que se me han presentado. Estoy demasiado tensa y un buen polvo me vendrá de lujo.
Por otro lado me muero de angustia por hacer lo que dice. Nunca he hecho una cosa así u menos con los ojos vendados porque no sé muy bien como agarrarla. Tengo miedo a resbalarme y hacer el ridículo más espantoso. Pero bueno, todo sea por hacerle disfrutar y pasar una buena noche. Hago todo lo que me pide. La verdad que el conjunto es muy provocativo y me sienta como un guante, al igual que la ropa interior que ha sabido cual es mi talla a la perfección. Estoy bastante sorprendida por todo esto y demasiado abrumada.
Cuando ya estoy lista, me dispongo a hacer lo que me ha pedido y cuando termino, me pongo en la barra metálica a esperar que suene la música.
A los pocos minutos comienza a sonar los primeros acordes de “Can't fight the Moonlight” la banda sonora del “Bar Coyote”. Siempre me ha gustado esta canción, así que me animo y comienzo a moverme al son de la música, mientras me restriego por la barra. Paso unas cuantas dificultades, debido a la altura de mis tacones, pero estoy tan sumida en la canción que nada me importa.
Empiezo quitándome uno de mis zapatos mientras me froto a conciencia con la barra en mis estremidades, ya que cada vez me dificulta más a la hora de moverme. Es una sensación extraña, el estar con los ojos tapados, mientras sigo contoneándome entre la barra. Pero me gusta dejarme llevar por esa increíble canción. Cuando ya estoy descalza, intento darme impulso para subir a lo más alto y bajar a través de ella. La verdad que está experiencia me está gustando, cada vez estoy más relajada y me ayuda el no ver nada, porque me imagino que no hay nadie delante de mí, aunque estoy segura que no es así. A continuación, me bajo la cremallera del vestido y mientras me sigo frotando con la barra, me voy ayudando para bajarlo del todo mientras pongo cara de depredadora. Solo estoy con ropa interior. Al principio noto el frío metal sobre mi piel, pero es una agradable sensación después de lo caliente que ya estoy. La canción está a punto de acabar, así que desabrocho el sujetador y me doy la vuelta para dar más tensión al momento. Pongo mis pechos para que la barra me quede en el centro y comienzo a bailar arriba y abajo mientras que siento unas cálidas manos cogerme por la cintura y bailar los últimos acordes de la canción conmigo. Todo mi bello se eriza ante ese contacto. Me encanta su olor y me hace sentir segura, como si estuviese en casa. Me gira bruscamente y me besa como lo llevo soñando desde hace días. Nunca había probado sus labios y me sorprende que lo haya hecho hoy, sabiendo que nunca lo ha hecho con ninguna. Me dejo llevar, porque el beso me transporta a algún sitio maravilloso. Si con sus manos y sus caricias, me hace sentir una Diosa, con sus besos me hace sentir algo superior. No podemos separarnos, es como si nuestros cuerpos se estuviesen esperando durante siglos. Tenemos sed el uno del otro. Él para de besarme en los labios, para hacerlo por el resto de mi cuerpo. Coge uno de mis pezones y lo besa con mimo, yo creo desfallecer y que pronto me voy a dejar ir por estas increíbles sensaciones. Al acabar con uno, sigue con el otro y sin previo aviso, me arranca el tanga negro que aún tenía y me empuja sobre la cama. Siento como abre el envoltorio de un preservativo y sin previo aviso me penetra hasta el fondo. No puedo explicar con palabras lo que estoy sintiendo, porque me quedaría corta pero os diré que si esto se siente al estar muerta, no me importaría morirme ahora mismo entre sus brazos.
Una oleada de placer me invade tras sus embestidas y me dejo llevar soltando un pequeño gemido. Me da la vuelta y me pone a cuatro patas y después de frotar mi clítoris me vuelve a penetrar. Yo apenas puedo soltar lo que siento solo sé que en nada me voy a volver a excitar y como siga con esas embestidas ese momento será más próximo, de vez en cuando noto algo frío y rígido en mi trasero y eso hace que me contraiga porque esa zona aún está sin explorar. Él parece darse cuenta y sin previo aviso me da con algo duro en el trasero. Un dolor inunda la zona que termina en un calor abrasador. Vuelve a repetir el movimiento pero está vez más despacio. Nunca había experimentado con algo así, me acerca más él y me vuelve a embestir pero esta vez, más pausado, mientras noto la zona de atrás algo dolorida un orgasmo abrasador se acerca y llegamos juntos al clímax. Yo me quedo quieta. Me encanta todo lo que me hace este hombre. Ojalá supiera que era eso tan duro con lo que me ha dado en el trasero, supongo que sería una fusta, pero tampoco estoy segura al cien por cien y con esa idea rondando mi mente, me quedo muy satisfecha y dormida. Mi cuerpo y mi mente han quedado exhaustos. Mi cara refleja lo feliz que estoy a pesar de que a penas se me vea. Estoy contenta de haber coincidido con el mismo hombre, el que no sale de mis pensamientos últimamente. Me relajo en un lado de la cama mientras siento unas leves caricias sobre mi cuerpo y me dejo llevar por Morfeo.
Cuando despierto, estoy algo deshorientada porque no sé muy bien donde me encuentro. Tocó el lado de mi cama cuando recuerdo por fin la noche anterior y al no notar a nadie me quito el antifaz. Necesito ver algo de luz después de haber llevado eso durante tanto tiempo. Por lo que puedo ver es de día ya y encima de una mesa me espera un desayuno. ¡Que considerado!
Al acercarme a la mesita a degustar semejante manjar, veo otra nota. Empiezo a acostumbrarme a sus notas.
Hola:
No puedo mostrarte con palabras lo que sentí ayer al tenerte de nuevo entre mis brazos. Desde nuestra primera vez no he dejado de pensar en eses labios tan carnosos que me llamaban a gritos. Sé que te dije que nunca besaba a nadie, pero ésta será una excepción. Ojalá tú hicieses lo mismo y tus labios fuesen solo míos, aunque viendo en el mundo en que estás metida imagino que será un imposible. Me ha encantado pasar la noche contigo. Hacía tiempo que no dormía tan bien y menos en tan buena compañía. Espero verte pronto.
Después de releer un par de veces la nota. Me quedo estupefacta con una sonrisa en los labios. Noe había dado cuenta que se había quedado a dormir conmigo. Me muevo hasta el otro lado de la cama y me doy cuenta de que esto ha sido de verdad al notar aún su fragancia impregnada en las sábanas. No me importaría tener solo citas con él y reservarme mis besos para cuando esté con él pero imagino que eso también será muy peligroso al igual que el sitio que se está ganando este hombre en mi corazón. Después de remolonear un poco en cama me doy una ducha y veo como tengo alguna marca en mi cuerpo y rememoró lo vivido. Me ha hecho sentir miles de se sanciones y despertar cosas que creí que no siquiera existian.Decido acabar el desayuno y hacer otra nota para darle una respuesta. No quiero contarle nada más, para no abrumarlo con mis nuevos sentimientos. Sé que puedo estar rompiendo las reglas o simplemente puede que nunca le llegue esta nota, pero por probar no pierdo nada. Después de darme una pequeña ducha, me pongo la ropa con la que vine y después de guardarme en el bolso ese traje de cuero tan provocativo, salgo del hotel dejando la nota en recepción para haber si consigo que le llegue a su dueño y me marcho sin mirar atrás.
Y así fue como terminó mi gran noche soñada y espero por mi bien que se vuelva a repetir.
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Diario de una Escort (Incompleta)
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