Capítulo 5

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Me despierto en plena noche en el medio de un charco de sudor por la pesadilla que acabo de tener. En ella mi hermana desaparecía sin dejar ningún rastro y me he pasado todo el sueño buscándola y cuando por fin la he encontrado se desvanecía entre mis brazos como una débil neblina. Me he despertado con un malestar y el pulso se me ha disparado de repente. Noto como si algo estuviese yendo mal. Me levanto rápidamente a la cocina para beber un vaso de agua para ver si así me recupero un poco del susto. Me veo en el espejo el lamentablemente aspecto que luzco. Tengo unos surcos negros debajo de mis ojos y es que últimamente desde que empezado en este trabajo no duermo nada bien. Necesito lavarme bien la cara para empezar un nuevo día porque ya no podré lograr dormir debido al nerviosismo que padezco. Hace tiempo que no me sentía así de mal y de desamparada. Tengo una angustia instalada en mi pecho que no me deja respirar. Tengo que sentarme y serenarme con ejercicios de relajación que aprendido hace poco por la psicologa que me ha tratado después de saber la muerte de mi padre. Espero que el nuevo trabajo no tenga nada que ver con mi estado de ansiedad. Después de unos minutos practicando esa técnica parece que estoy un poco mejor así que decido darme una ducha para quitar cualquier rastro de pesadilla y el sudor que aún tengo atravesando mi espalda.

Me meto debajo del chorro humeante que en seguida me alivia y me relaja. Me encanta las duchas de agua tan caliente. Me hacen sentirme bien y fresca para afrontar el nuevo día. Me pongo ropa cómoda y me voy a desayunar algo en la cocina porque visto que son las cinco de la mañana ya no podré volver a dormir. Cuando estoy sentada tomando mi humeante café me suena el móvil de repente dándome un susto de muerte. Son casi las cinco de la mañana ¿Quién será a estas horas? Todas las alarmas se me disparan al ver un número largo en la pantalla de mi teléfono porque no creo que sea por nada bueno.

-Diga-digo contestando un poco nerviosa.

-¿Es usted Claudia Fuentes Sharaphova?-pregunta una mujer con voz preocupada.

-Si soy yo ¿Qué ocurre?-digo nerviosa moviendo mi pierna por el nerviosismo.

-Es por su hermana Susana. Ha tenido una amenaza de aborto y ahora se encuentra sedada en el hospital clínico-dice la mujer explicando la situación.

No puede ser...¿Por eso he tenido ese sueño tan horrible? No puedo creer que mi hermana esté en peligro.

-Disculpe señorita, ¿me está usted escuchando?-vuelve a repetir la mujer.

-Si perdone. ¿se encuentra bien? ¿Podría ir a verla?-suelto decidida.

-Me temo que solo tendrá unas horas al día para poder estar con ella. Ha quedado mal herida debido al altercado y ahora se encuentra en cuidados intensivos. Pero puedo decirle que ha tenido mucha suerte, pero quién nos preocupa más es el bebé porque su hermana ha sufrido una hemorragia interna. Los próximos días serán decisivos para ver si pueden salir ambos adelante-dice cautelosa.

-¿Pero no entiendo nada?¿ No la habían cambiado a un ala mejor? ¿No estaba vigilada?-pregunto desconsolada aún sin entender muy bien lo que ha pasado.

-Es mejor que todo eso se lo cuente en persona. Si tiene un momento podría venir al hospital y allí aclararle todas las dudas que le vayan apareciendo-dice ofreciéndose la mujer.

-Está bien. Ahora mismo cojo un taxi y voy para allá. ¿En qué habitación se encuentra? En las doscientos cinco pero ahora mismo le están haciendo todo tipo de pruebas para ir descartando posibles síntomas. Cuando llegue pregunte por Mencía. Le podrán en contacto conmigo y estaré dispuesta a ayudarle en todo lo que pueda y ahora sí me disculpa tengo cosas que hacer aún, antes de recibirla-dice colgando el teléfono.

Yo me quedo desolada y me visto ropa más formal y abrigada debido a la hora para salir a la calle, mientras no dejo de llorar pensando en el sueño que he tenido antes. Espero que esto no sea una premonición y tanto mi hermana cómo el bebé estén bien.

Cojo un taxi y le doy la dirección del hospital, mientras no dejo de mover mi pierna derecha. Lo suelo hacer cuando me siento muy nerviosa. Diez minutos después llegó a mi destino y le pago gustosa al taxista por llegar tan rápido.

Voy corriendo a la sala dónde se encuentran los pacientes de cuidados intensivos y pregunto por la doctora Mencía que fue quien me llamó.

Me dicen donde se encuentra en ese momento y voy en su búsqueda. Al ir sorteando varias salas y doy con la que me han dicho donde estaría. Golpeo en la puerta y una voz familiar me dice que pase.

Abro la puerta y me quedo embobada por el aspecto que tiene la mujer. Es una mujer de unos cincuenta y cinco años, rubia, delgada, tez morena y una sonrisa perfecta que le cubre su rostro. Lleva su melena corta recogida con unas pinzas. La primera impresión ha sido buena. Me ha parecido muy cercana y por la edad podría ser mi madre perfectamente.

-Soy Claudia-suelto saliendo de mis pensamientos-me ha llamado antes para contarme lo de mi hermana-digo pesarosa.

-Sí, por su gran parecido, ya lo he deducido. Tome asiento-dice tecleando algo en su ordenador. Lleva el típico pijama verde y el estetoscopio colgado del cuello.

Yo me siento. La verdad que la tensión que siento ahora mismo me tiene exhausta por lo que me viene bien tomar asiento.

-Estoy intentando mirar los resultados de las pruebas que le han hecho a Susana en las últimas horas, pero me temo que aún no hay resultados-dice observándome-¿Por dónde quiere que empiece?-suelta decidida a contar toda la verdad.

-Pues me gustaría saber qué es lo que ha pasado. ¿ Quién la ha atacado?-digo nerviosa cogiendo mi pelo para volver a moldearlo y estrujarlo entre mis dedos para intentar tranquilizarme.

-Pues la verdad que ha sido una sorpresa. Se ve que han hecho un complot contra tu hermana. Una de las presas más influyentes del módulo en el que se encontraba Susana se ha fijado en ella. Es conocida por su gusto hacia las mujeres. Tu hermana al parecer le ha dicho que no en múltiples ocasiones pero no se ha dado por vencida y ha recurrido a otras dos para cogerla desprevenida y violarla con un aparato que no se muy bien de dónde lo han sacado. Le han desgarrado sus partes además de múltiples moretones en las zona de sus pechos y en otras partes de sus cuerpo. Se ve que hicieron un festín...

-Pare por favor-digo interrumpiendolavon el terror sembrando mi rostro.-Eso que me está contando es horrible. ¡Pobre Susana! ¿ De verdad qué no había nadie en ese momento cerca, para poder ayudarle?¡ No puede pasarle nada solo la tengo a ella!-suelto consternada, mientras unas lágrimas van asomando en mi rostro.

-Cuando algunos de los guardias se han dado cuenta para poder ayudarla ya casi habían acabado con ella-dice concluyente Mencía.

Yo me desmorono y empiezo a llorar más fuerte, imaginando en el infierno por el que ha pasado mi hermana. ¿Hasta cuando vamos a sufrir? ¿ Cuándo tendremos un suspiro? Son muchas las dudas que atraviesan mi mente y me detengo cuando unos brazos calientes me abrazan por ambos lados para poder tranquilizarme. Yo dejo de llorar durante unos instantes y observo a la doctora con gran admiración.

-Gracias de corazón por todo lo que está haciendo tanto conmigo como con mi hermana. Sé que está en buenas manos-digo aún hipando por el reciente llanto.

-¿Quieres verla?-dice ella intentando consolarme.

-¿Puedo?-digo en un débil susurro.

-Pues claro-contesta, mientras me va guiando por los pasillos del hospital y me deja justo delante de su puerta.

Voy a entrar cuando ella me detiene con una mano. Me giro para ver porque lo ha hecho.

-Lo que vayas a ver ahora puede que perturbe tu mente porque no está en las mejores condiciones así que ten la mente abierta. Quiero que sepas que no estás sola y que me tienes aquí para lo que necesites y tanto a ti como tu hermana os ayudaré en todo lo que pueda-dice observándome detenidamente.

-Gracias-suelto en un débil sonido debido a lo preocupada que me siento en estos momentos-Le estoy muy agradecida-le digo, mientras esta vez si consigo poner la mano en la manilla de la puerta y observo como ella se marcha. Cojo todo el aire que puedo y lo acumulo en mis pulmones para soltarlo en cuanto abra la puerta, porque aún no sé con lo que me voy a encontrar. Cuando lo hago un grito sale de mi garganta y después de cerrar la puerta caigo de rodillas al suelo.

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Hasta aquí otro capítulo. Espero que os haya gustado he tardado más de lo normal porque quiero acabar primero una de las que tengo en proceso para luego seguir con esta.❤️




Diario de una Escort (Incompleta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora