Capítulo 4

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14 de enero de 2020

Llega el día de conocer a mi próximo cliente. Estoy preparándome en casa, me he depilado de arriba abajo, osea depilación integral y me he echado crema hidratante para tener la piel más suave. Después de ver que el vestido me queda a la perfección, me maquillo un poco para ir más elegante, aunque no tenga mucha idea de cómo hacerlo.

Contenta con el resultado que refleja el espejo, cojo un taxi que pasa a buscarme y le doy la dirección de la gala. Roger me ha dicho que el cliente estará entre la multitud y me reconocerá porque ha visto mis fotos del book que tuve que hacer, para que los clientes escojiesen con quién pasar su día.

Llego a la gala y me voy directa a la barra. Necesito una copa para aplacar mis nervios. Empiezo a sentirme como la primera vez que lo hice en el hostal.

Me siento para tomar mi copa hasta que veo un chico un poco más joven que yo, acercarse a la barra para pedir la suya.

—¿Qué hace una bella dama como tú tan sola en esta fiesta?—dice arrimándose y gesticulando más de lo normal al intentar espresarse y seguidamente se acerca un poco más hacia mí.

Yo no quiero separarme mucho, por si este es el cliente que estoy esperando.

—Estoy esperando a mi acompañante. He quedado con él aquí. ¿Y tú qué haces, que no tienes ninguna compañía femenina?—digo por curiosidad.

—Me han invitado a venir y he decidido venir solo—dice bebiendo todo el contenido de su copa de golpe.

La verdad que el chico a pesar de ser más joven que yo, está de muy buen ver. Tiene unos bíceps bien definidos y tiene el pelo engominado echado hacia atrás. El look lo remata con ese esmoquin que le queda realmente bien en color blanco. No es precisamente mi tipo, pero reconozco que sabe sacarse partido.

Empezamos a hablar de cosas banales hasta que escucho una voz a mis espaldas.

—Por fin te encuentro Nathasa. Pensé que te habías echado atrás, pero al verte entre la multitud con ese vestido, he deducido que me estabas esperando. Déjame decirte que ese vestido te sienta espectacular. ¿Me concedes este baile?—dice mientras mira de reojo a mi acompañante.

Yo me quedo observando el que va a ser mi nuevo acompañante de esta noche. Tiene bastantes más años de lo que pensaba, incluso diría que me duplica en edad, aunque eso no será un impedimento, porque parece estar en buena forma después de ver su fornido cuerpo. Sé lo que estaréis pensando, porque me hago llamar Nathasa, si mi nombre es Claudia. Pues por la sencilla razón de que quiero que respeten mi intimidad por si doy con un maníaco compulsivo. Lo que pase en cada salida quedará en esa cita. Con el nuevo nombre también me dará imaginación para recrearme con mi nuevo personaje y todos los que contraten mis servicios me conocerán con ese nombre.

Después de ofrecerme su mano, me voy con el cliente a bailar. No lo hace nada mal, aunque yo tampoco es que baile muy bien, porque nunca me he parado a aprender demasiado y con estes tacones tampoco puedo moverme a mis anchas, porque me da la impresión que en cualquier momento me caeré al suelo.

El hombre es muy atento se ha adelantado a todos los movimientos. Parece un gentelman en toda regla. Aunque no he visto deseo ni complicidad en sus ojos. Unos bailes después, vamos hacia la barra para beber otra copa. Cuando llegamos allí, no hay ni rastro de Emmanuel, el chico que me topé antes.

La cena pasa rápido. El hombre ha sido muy respetuoso y no ha mostrado en ningún momento que quiere sexo conmigo cosa que me ha aliviado sobremanera, pero mi cara cambia cuando al levantarse se acerca a mi oído y cuando me doy cuenta. Su cálido aliento me perturba.

Diario de una Escort (Incompleta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora